Mensaje del 01 de Septiembre de 2006

La vida es vida tanto en las plantas como en los animales como en el hombre.

Mensaje del 01 de Septiembre de 2006

Habla Artemio:

01 de Septiembre de 2006. Habla la Madre, Nuestra Madre, la Virgen

Dice la Madre:

Sí, hoy quiero aclararte muchas cosas, lo hago con ejemplos tuyos pero que sirvan para toda la humanidad, no son pequeñas cosas, uno las hace pequeñas, el hombre las hace pequeñas, para la mirada del Señor nada hay pequeño.

Y vamos al grano, Yo quiero hablarte sobre tus pájaros, Yo te veo a veces acostarte un poco más tarde para que ellos tengan la luz suficiente para alimentar a sus hijos pequeños, también veo levantarte temprano para seguir con la misma tarea y por supuesto, esa bendición hacia todos y cada uno para que pueda prevalecer la vida.

Vos no estás criando pájaros, vos estás redimiendo a los hombres, y te voy a decir por qué, en esa lucha incesante por la vida que despierta en el pequeño capullo de un animalito recién nacido y esa intención tuya de que viva ensayando comidas y otras cosas para que no se mueran y además el trinar ofrecido para que la Misericordia de Mi Hijo lo tome como una alabanza al Señor, cada trino, cada gorjeo es una alabanza al Señor y vos muchas veces estás privilegiando toda esa pequeña vida que te rodea, porque no es nada más ni nada menos que la vida mayor de los seres humanos, quien no respeta la vida de un simple animalito, tampoco respeta la vida del ser humano, no se engañen.

Hay personas que no han amanecido ni por casualidad a toda esta problemática, el hombre tiene que llegar a emocionarse cuando ve temblar sobre una hoja la gota de rocío o cuando ve que un pequeño huevo se rompe y aparece la vida en él, además vos lo enseñaste a lo largo de los años el respeto por la vida, no solo el respeto sino el fomento por la vida, por eso la preocupación para que no haya abortos y si los hay, que estén bautizados.

La vida es vida tanto en las plantas como en los animales como en el hombre, un pequeño niño no puede, o más grande, no puede aprender a respetar y a querer y amar la vida si no se empieza desde muy pequeño, cuando la mirada de papá y mamá le están infundiendo todas estas cosas; pero para que la mirada de papá y mamá infundan esto tienen primero que sentirla ellos y si no la sienten, permitir que ese ser que está creciendo logre hacer esto que digo.

Esa pequeña emoción, esa pequeña alegría de ver un pájaro que pone sus huevos, luego se cuentan los días para cuando nazcan y así con esta posición Yo veo que te indentificás con sus padres porque ellos a pesar de ser irracionales tantas veces nos dan ejemplos maravillosos. Todos los seres de la naturaleza, plantas, animales y hombres, alguien dirá: la Madre está exagerando, no, Yo no exagero, estoy diciendo que cuando alguien se identifica con la vida y esa vida se refiere a un ser muy pequeño y por pequeño que sea, si han entendido algo de la Misericordia de Mi Hijo sabrán que toma todo ese caudal de vivencias y lo reproduce en obras gigantescas; algunos dicen: cuántos problemas tiene el mundo, y sí, pero si todos empezaran a mirar las cosas como lo que estoy diciendo, los problemas se terminarían, siempre estará la amenaza constante de querer arrebatar la vida de parte del maligno, claro que sí, pero tenemos que armarnos del amor suficiente, de la humildad grande, de un corazón generoso para que el maligno nunca pueda filtrarse y hacer lo que él pretende.

Hombres, padres y madres, no se puede amar la vida pensando siempre en uno, en la comodidad y en darle a los hijos todo lo mejor, dicen pero son nada más que cosas materiales. Me acuerdo que hace muchos años vos les enseñabas a las profesoras que se preparaban para los niños pequeños, toda una metodología para que los niñitos aprendieran a amar la vida, si todos se ponen de acuerdo en estas cosas vamos a tener hombres sabios, felices, porque quien ama la vida ama también su vida y al amar su vida no la pone en peligro, no la llena de vicios ni de todas esas cosas terribles que el hombre de nuestro tiempo ve, pero la mayoría de los que legislan, y la mayoría de las personas en general, aplican sanciones, castigan, castigan y castigan.

Si queremos que los hombres respeten la vida tendremos que enseñarle a respetar la vida, si queremos que los hombres amen la vida, no solo la de los que tienen cerca sino la de todos los seres humanos tenemos que enseñarles.

Así funciona la Misericordia de Mi Hijo, toma todos esos pequeños o grandes
acontecimientos de la vida diaria, hechos en su nombre, para multiplicar de una forma infinita la Misericordia para que el mundo a pesar de todo se sostenga en pie, o qué les importaría decir mejor: paren el mundo que me quiero bajar, claro, muchas veces el hombre ante los problemas huye o quiere huir, no quiere ver, el hombre lamentablemente no quiere ver por dónde van las cosas, Mi Hijo les dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, ¿quién de ustedes escucha a Mi Hijo?.

Entonces, puede redimirse la humanidad poniendo a disposición de la Trinidad desde las más pequeñas hasta las más grandes obras, desde los esfuerzos más simples a los más complejos, ¿o qué creés?, que Yo no veo que cuando alimentás a pequeños animalitos para que no se mueran y lo lamentás si alguno muere, ¿no estás haciendo eso?, porque directamente o indirectamente quisieras salvar a todos aquellos niños que no pueden nacer porque son tirados, o si nacen están tan mal alimentados y sin amor que les espera una infancia y una vida
desgraciada. ¿Puede redimirse al mundo amontonando piedritas en el suelo?, ¿puede redimirse al mundo cuando se fomenta la vida, en todos los órdenes, en todos los aspectos y en todos los niveles?.

Mi Hijo no les pide grandes cosas, pedir grandes cosas sería: dejen todo y váyanse lejos a llevar la palabra o..., nooo, hasta las más pequeñas cosas repito, pueden servir a la Providencia y a la Misericordia para edificar, pobre de los hombres si no hubiera seres anónimos que aman la vida, la fomentan, la protegen y están siempre ansiosos de seguir protegiendo la vida.

Si de repente se te ocurre pensar, le digo a los hombres, si se les ocurre pensar que muchas veces hicieron cosas así, pero una manera de hacer no es lo mismo que la otra, si Yo estoy salvando la vida de un animal, cualquiera que sea, tanto sea doméstico como silvestre y lo he hecho así nomás sin ofrecerlo pero el Señor tomó todo eso, lo hubiera tomado mucho más porque se hubiera santificado quien lo ofrece, lo hubiera tomado mucho más si uno lo ofrece y puede ofrecer todo el pasado de una vida si así pensaron, pero cuidado, el respeto por la vida no por intereses económicos, o por orgullo personal, o para prevalecer sobre los otros, noo, la vida por la vida misma como una continuación de la obra del Creador.