• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Oración del 15 de Enero de 2006

Cuando algunos se ponen a pensar que es tan difícil la cuestión de la sanación yo les digo esto, es algo tan simple, tan sencillo, tan fácil, ¿por qué?, si partimos de lo que dije recién ¿verdad?. Entonces el amor del Señor pasa a través de nosotros y produce en el otro maravillas. Oración del 15 de Enero de 2006

Habla Artemio:

Bueno, muy bien, estamos todos acomodados ya, bueno, vamos a ver si cuando hay algún ruidito raro nos vamos un rato afuera ¿no es cierto?, si hay algún chiquito, porque los chiquitos no se acostumbran tan fácil al tiempo que se demoran los mayores ¿no?, bueno. No tenemos la fuente hoy pero hagamos de cuenta que está lo mismo ¿eh?, que cae el agua igual.

Ya tenemos 15 de Enero ¿eh?, parece ayer que hemos tenido las fiestas, parece ayer todo y sería interesante a veces preguntarse qué nos dejó todo ese tiempo que venimos ¿no? ¿verdad?, que pasó con todo ese tiempo y qué recuerdo tenemos todavía de todos esos días que hemos pasado el 24, 25, 31, 01, el 06 ¿mmm?, el 06 casi nadie lo festeja ya pero antes realmente la Navidad se hacía el, es decir se tenía en cuenta especialmente el día 06 porque los Magos que venían ¿no es cierto? a honrar al Señor eran de la parte de Occidente, del mundo conocido, entonces el 06 era como la fecha de Navidad porque ustedes saben que el 25 es un día tomado así pero no sabemos exactamente cuándo ¿no es cierto? ¿mmm?, bueno.

Bueno, muy bien, ya que hay tanta gente de Córdoba supongo que han estado en esos días de los padres lazaristas, ¿no estuvieron?, que vienen todos los primeros lunes de mes, ¿no?, son tres Sacerdotes lazaristas que hacen cosas preciosísimas, hablan muy lindo y sobre todo insisten tanto en la Misericordia, ¿ninguno de los presentes estuvo ahí?, ¿no?, no me acuerdo yo ahora en qué lugar, ya voy a averiguar, pero me invitaron incluso para que todos los lunes de cada mes si quería ir que fuera ¿no?, sé que ha ido muchísima gente porque todo se sienten muy bien con ellos ¿no?, muy, muy bien. Es decir, ustedes se han dado cuenta que cuando alguien le habla bien a uno, uno se siente bien ¿verdad?, lo problemático es que, porque, es decir, a veces las personas que tienen en sus manos la verdad o se suponen que la tienen ¿no es cierto? a veces se la refriegan en la cara a los demás como queriendo decir: esta es la verdad, tenés que adaptarte a esto sino las cosas no funcionan ¿mmm? ¿verdad?, mientras que a veces uno se encuentra con otra gente que dialoga, trata de ponerse a la altura de las personas que están escuchando porque no es nada más ni nada menos que hacer lo que hacía el Señor ¿verdad?, acuérdense de esa parte del Evangelio cuando dice que llegó Jesús, llegó y vio una multitud que lo esperaba pero lamentablemente no iban para escucharlo, iban para que repitiera el milagro de los panes y de los peces, entonces dice el Evangelio que cuando Él desciende de la barca sintió compasión por toda esa gente, compasión, que quiere decir sentir junto ¿no?, con junto, pasión, sentir, sintió junto con ellos y se puso a enseñarles largamente. Jesús no, no, no desconocía por qué muchas veces lo seguían, pero Él entendió, claro, cuando se siente compasión por alguien uno siente lo que siente el otro ¿mmm?. Normalmente pensamos que compasión es sentir lástima ¿no? ¿verdad?, no, no, no, compasión es un sentimiento muy hondo, muy profundo y muy lindo ¿eh?, tengo compasión por lo que te pasa, es decir, estoy sintiendo dentro de mi alma lo que te está pasando a vos, y yo creo que no es posible dialogar con nadie sin sentir compasión, sentir junto ¿mmm?.

Ahora, claro y si Jesús dijo eso o los que recogen sus palabras dice: “sintió compasión por toda esa gente y se puso a enseñarles largamente”, después también vino la, el milagro de la multiplicación de los peces y los panes ¿no?. Es decir, es cierto que todos tenemos necesidad de alimentarnos, de poner algo en nuestro estómago pero también es cierto que todos sin excepción ansiamos con toda nuestra alma encontrarnos con alguien que nos entienda ¿no es así? ¿mmm?, y justamente vengo a hablar de esto porque les decía de esos Sacerdotes lazaristas que habían estado ¿no? que les hablaba a toda la gente con compasión, por eso pregunté que lindo si hubieran estado porque dice que realmente sacaron muchos beneficios, preciosos beneficios, bueno.

Volviendo a esto ¿no?, lo que estábamos diciendo, todos tenemos una tremenda necesidad y atendiendo al buen sentido de la palabra que para hablarnos se compadezcan, que sientan junto a nosotros sino la cosa no va ¿mmm? y para que haya compasión tiene necesariamente que haber primero un amor muy grande sino ¿mmm?, si vos no amás a una persona no podrás sentir compasión por ellos, no podrás sentir lo que le pasa a ella. Por eso cuando hay pérdidas grandes en las familias, etc. ¿no? muchos se acercan, ponen la mano sobre el hombro, o te tocan las manos o te miran simplemente y no te dicen ni una palabra pero uno nota hasta qué punto están compenetrados con el dolor que uno tiene ¿mmm?. Y eso buscamos todos los seres humanos, todos los buscamos, que nos traten con afecto, que nos den un poco de amor, que no decimos que nos den amor, un poco siquiera, un poquito si quiera, lo necesitamos para vivir.

Mientras yo estoy haciendo esta introducción ¿no es cierto?, los estoy mirando a ustedes y salvando las distancias estoy tratando de penetrar qué es lo que les pasa a cada uno ¿mmm?, porque si no hago eso para mí la Biblia no sirve para nada porque dice que el Señor sintió compasión de la multitud y se puso a enseñarles largamente, yo no tengo la pretensión de enseñar nada pero todos los días cuando salgo de la puerta de la cocina y llego hasta la Capilla le digo al Espíritu Santo que me haga ver qué es lo que está pasando aquí adentro ¿verdad?, porque yo podría tener previsto el Evangelio del día, yo podría tener previsto alguna otra cosa, algún cuentito, alguna cosa para que llame la atención, podría tener previsto pero no, nada, nada, nada, porque si hiciera eso no pensaría en el Señor ¿mmm?, de ahí por ejemplo que a veces me da pena ver que alguno dice que se demoran tanto en preparar la Homilía del día, es que no hay que preparar nada, si nosotros realmente estamos convencidos de que el Espíritu Santo sopla en nosotros, en nuestra conciencia Él nos dirá que tenemos que decir siempre, no alguna vez, siempre, poquito o mucho, grande o pequeño pero siempre ¿mmm?. Y a medida que uno va hablando ¿no es cierto?, tiene que ir mirando el rostro de quien tiene adelante y esperando que el Espíritu Santo en el interior nos diga algo.

Pero lo estoy diciendo como una práctica que tendríamos que hacer todos, no solamente yo, yo lo estoy diciendo como lo estoy haciendo yo ahora pero una práctica que tendríamos que hacer todos ¿eh?, me levanto a la mañana ¿y con quien me encuentro?: con mi esposo, o mi esposa, mis hijos, ¿los miro de veras?, ¿siento compasión de ellos en cuanto a qué les está pasando, qué les ocurre, qué tienen, qué no tienen, etc.?, si entro al supermercado o voy al banco, entro a la farmacia o voy no sé adonde, a la tienda miro a ver qué es lo que pasa en los que me atienden, en los que me dejan pasar, en los que me abren la puerta el que está en la ciudad, el que me abre el ascensor, etc. ¿no?, ¿siento?, ¿trato de mirar a ese ser humano a ver qué le pasa?, y vos dirás: ¿pero qué obligación tengo?, no, pará, pará, un montón de obligaciones morales porque el otro, vos, vos, vos, vos, son hermanos míos ¿mmm?. Si no lo creyéramos así estaríamos demás aquí adentro, si no partiéramos de la base que todos somos hermanos y estamos aquí para compartir nuestros dolores, nuestras alegrías, nuestras angustias, nuestras preocupaciones ¿verdad?, estaríamos totalmente demás, tendríamos que apagar todo, dejar que siga corriendo el agua e irnos porque no tendría valor, ningún valor ¿mmm?, ningún valor. Ustedes dirán: ¿y es tan fácil eso?, hablando el lenguaje del amor sí, es muy simple, es muy sencillo, si vos amás a otra persona la mirás y entendés lo que le pasa, en profundidad si lo amás mucho sí, en profundidad. ¿Y, pero para qué?, qué me importa la vida del otro, ah bueno, bueno, si vamos a decir esto entonces apaguemos la vela, la luz y vayámonos pero estamos aquí porque nos importa la vida de los demás, así como deseamos que nos importe, o mejor dicho que les importe a los demás nuestra propia vida.

Yo me siento muy bien si ustedes me miran con afecto y yo pienso que ustedes también se sienten bien si yo los miro con afecto, es tan simple eso ¿no?, siempre tomando las palabras aquellas de Jesús: “miró a la multitud, sintió compasión por ellos y se puso a enseñarles largamente”, yo como dije recién no tengo el propósito de enseñar nada pero sí tengo el propósito de sentir compasión por todos, así como supongo que cada uno de ustedes estando en un Templo Católico Apostólico Romano ¿no es cierto?, etc., ¿no?, delante de Jesús y aunque estuviéramos en otro lado en medio del campo o en un templo protestante, no importa, pero se sobreentiende que la base es que si voy es porque tengo necesidad ¿verdad? y también la obligación moral que me despierta mi hermano que tengo cerca para ver qué le pasa. Cuando algunos se ponen a pensar que es tan difícil la cuestión de la sanación yo les digo esto, es algo tan simple, tan sencillo, tan fácil, ¿por qué?, si partimos de lo que dije recién ¿verdad?. Entonces el amor del Señor pasa a través de nosotros y produce en el otro maravillas, maravillas produce, que pena que no ocurra normalmente ¿no?. Cuando la mamá mira a su bebé que está llorando porque está enfermo, se siente tan preocupada, lo mira con tanto afecto y yo estoy seguro que ese niño se sana de lo que le pasa si le duele la panza o está resfriado o tiene un poco de fiebre, estoy tan convencido de eso, tan convencido, además aquí está el Padre para decirme, cuando reciben el Sacramento del Matrimonio o de hecho tienen el matrimonio el Señor les regala el poder de sanar a aquellos que aman, claro, el Señor les regala el poder de sanar a aquellos que aman y se supone que uno piensa enseguida en la familia pero el mundo no está formando solamente por nuestra familia, estamos todos y si uno toma un mapita donde están todos los países ve que hay millones de personas.

Ustedes dirán: yo vengo de lejos para buscar sanación a mis problemas y me encuentro acá con que me están hablando de cosas que tal vez no se refieren a mis problemas, no, no, no, todo se refiere a los problemas de todos, así como ustedes esperan que el Señor me use a mí, pase a través de mi y llegue a ustedes, también yo estoy deseando que el Señor pase a través de ustedes y llegue a mí, porque sino no tenemos comunidad y ese estado maravilloso de que nos amemos, el Cuerpo Místico de Cristo hace posible una vida maravillosa o ustedes no se sienten muy bien cuando han salido por ahí y se encontraron con doña María, don José, doña Juana o don Pedro y vieron que los miró amablemente, los miró con amor, les dijo buen día pero deseándole buen día, ¿no vuelve mejor a la casa? ¿eh?, me encontré con fulano de tal, incluso si se encuentran con alguien que no los saludaba tan bien ¿verdad? y de repente ustedes intentan un buen saludo y la persona responde con un buen saludo se sienten bien ¿mmm?, porque eso que estaba roto entre nosotros parece que se está como recomponiendo.

Como ustedes pueden ver la vida parece muy difícil y parece que está llena de tormentos y de tantas cosas, sin embargo no, vista de donde la estamos mirando nosotros no, para nada, en absoluto, todo es muy fácil, muy fácil, siempre y cuando haya en nosotros una actitud ¿no es cierto? de apertura, de abrirnos al otro para ver qué le pasa ¿mmm?. Yo te digo como me va, yo desde que entré estoy mirando la cara de cada uno de ustedes, de alguno de afuera ya los conozco asi que no les miro tanto pero los estoy mirando también los que puedo para ver qué es lo que les pasa. Porque si han venido de lejos o aunque no tan lejos es porque están buscando algo, ¿qué es lo que se busca siempre?, estar bien, que yo sepa nadie sale por ahí para que le den un martillazo en la cabeza, se sale buscando estar bien ¿mmm?, de una u otra forma ser feliz ¿verdad?. Hagamos lo que hagamos siempre secretamente o diciéndolo estamos buscando en los otros aprobación a lo que hacemos o aprobación a la cara que tenemos porque algunas personas son muy lindas pero a otros nos tocó algo bastante feo en el reparto de caras ¿no es cierto?, sin embargo todos buscamos la aprobación de que a pesar de la cara que nos tocó en el reparto se nos mire bien, se nos mire con, con dedicación, tratando de encontrar en nosotros alguna cosa que tal vez ni nosotros sabemos que la tenemos. Y si ustedes salen a visitar a doña Juana o doña María, a don José llegan a la casa y empiezan a mirar no todas las cosas para ver como están acomodadas ni si se compró nada nuevo, no, no, si no empiezan a mirarlo a don José, doña María para ver cómo está ese día, o cómo está porque hace mucho que no lo veo y si yo le miro a los ojos trato de penetrar su interior, el Espíritu Santo me va a decir como está don José y doña María y también la actitud mía, la buena voluntad mía de mirarle a los ojos ¿no es cierto?, me va a informar que pasa en la otra persona.

Tal vez lo que yo esté diciendo de una forma que se puede decir de mil formas diferentes sea la base de cómo deben tratarse los seres humanos ¿mmm?, tal vez los que vinieron en el ómnibus se conocieron hoy porque no se conocían de antes ¿verdad?, y aquí estamos todos delante del Señor y de su Madre, bueno, vamos a pensar que Jesús bajó del barco, del barquito que venía ¿no es cierto?, nos miró a todos, incluso a mi, a los que están afuera, a todos ¿no es cierto? y siente compasión por nosotros, trata de sentir todo lo que nos pasa; ustedes dirán: no, pero usted corre con ventaja, porque si todos los días viene Jesús a hablarle, la Virgen también, no usted corre con ventaja, no se puede comparar con nosotros, no mi querido, yo un día le pregunté a Jesús cuando estaba con bronca por muchas cosas feas que habían pasado, le digo: Señor, si vos encontrás dos minutos de felicidad en mi vida, le dije así medio fuerte porque cuando uno habla con los hermanos, con los amigos, a veces tiene un tono mas fuerte que el otro, y por qué no tenerlo con Jesús si es mi hermano, mi amigo, mi compañero, mi compinche, mi todo ¿eh?, Señor si encontrás dos minutos de felicidad en mi vida señalámelos, dale, decímelo, cuándo, el Señor se levantó de donde estaba sentado y se fue, no me dijo nada, yo me quedé con más bronca todavía, vos dirás: ¿con Jesús bronca?, bueno, es una forma de decir bronca ¿no?, cuando vino a la noche de vuelta me dice: como no los encontré los dos minutos por eso no te los dije ¿mmm?. Entonces, como ven no corro con ventajas como ustedes porque Jesús venga todos los días y su Madre también a dar una visita y a traer sus Mensajes, no, y detrás de todo eso me hizo entender una vez más que ¿verdad? a pesar del dolor diario, a pesar de todas las cosas que nos pueden pasar ¿verdad? no por eso el Señor deja de estar con nosotros, no por eso el Señor deja de mirarnos, no por eso el Señor deja de sentir compasión con nosotros, lo que pasa es que Él nos creó libres, libres totalmente, que estamos condicionados por montones de cosas, ya lo sé, pero Él nos creó libres y respeta nuestra libertad y la tuya y la tuya y la tuya, a nadie le dice: mirá hacé esto, vos lo hacés si querés sino no lo hacés, así de simple.

Por eso que parecería después de lo que dije que lo fundamental está como pactar con el Señor, es una forma de decir, tal vez no sea la palabra justa pero mirarlo como amigo, como hermano, como Padre, como compañero ¿verdad? y decirle con toda sinceridad todo lo que me pasa, aunque sea doloroso lo que me pasa, aunque no pueda encontrar dos minutos de felicidad en toda mi vida. Si uno obra de esa manera ¿saben?, uno empieza a encontrarle sentido al sufrimiento, porque miren, por más que querramos, todos los días sufrimos, a veces mucho más, a veces menos pero en general todos los días tenemos sufrimientos y hasta las incomodidades de que si hace frío, si hace calor, si pasó alguien y no me saludó o bien algún dolor, o el comienzo de una enfermedad o la pérdida de alguien que amé mucho ¿verdad?, parecería como si tenemos que aprender a convivir con el dolor, pero no en forma negativa diciendo: che, pero que mal que me va, no, yo no, esta vida no, yo no la quiero, que la tengo otro, que se joda, no puede ser que Jesús me tenga sí olvidado, no, no, no, no, no, el dolor no visto desde ese ángulo. Será importante entrar en lo más profundo del alma y poder decir mirándolo al Señor, decirle: Jesús, ¿a quién otro puedo hablarle tanto del dolor como a vos con todas las que pasaste?, ¿a quién puedo hablarle?, a nadie, porque que yo sepa ningún Hijo de Dios y Dios mismo sufrió lo que sufrió Él, ¿o ustedes conocen alguno en la historia?, si hay algún profesor de historia aquí, si conocen alguno dígamelo que ha sufrido lo que pasó Él ¿mmm?, no.

¿Para qué es esto, para que pongamos el dolor juntos y lloremos juntos?, no, sino para que encontremos dentro de ese dolor toda la felicidad posible, vos dirás: pero ¿qué está diciendo?, sí, porque vos lo ves aquí a Jesús en la cruz ¿no es cierto? pero Él detrás de los golpes, de los martillazos, en sus manos, en sus pies y del lanzazo y de los golpes y de todo estaba pensando en la felicidad tuya, tuya, tuya, mía y de todos. Es decir, Él aceptó estar en esa cruz voluntariamente porque dijo sí, sí Señor yo lo voy a hacer, no hay vueltas, y si se quejó por qué Señor, “aparta de Mi este cáliz”, Señor no, y cuando le pegan una vez sí dio la otra mejilla pero no mucho antes de la muerte cuando le pegan Él mismo dice: “¿por qué me pegaste, decime ¿por qué me pegaste?, si hice algo malo decímelo ¿eh? ¿verdad?. Entonces, aquí estamos viendo algo claro ya, que por más dolor que esté metido dentro de nosotros en una enfermedad o en lo que sea lo podemos compartir y compartir quiere decir partir juntos con Jesús. Él sufrió terriblemente, toda su vida y también en la cruz ¿mmm?, ¿ustedes creen que es tan fácil estar en la cruz por más que sea el Hijo de Dios y mirar que su Madre se queda llorando terriblemente perdiendo a su Hijo, viéndolo todo ensangrentado como estaba?, no es nada simple eso, bueno.

Entonces, qué es esto de compartir el dolor con el Señor?, sí, vení Jesús, vení, sentémonos aquí un rato, decime todo lo que te duele y yo te voy a decir todo lo que me duele y hablemos largamente Señor porque el mundo, en el mundo nos va de una manera, que no tenemos buena circulación en las piernas como hay tantos acá, otros dos o tres que tienen las llagas, los seis que tienen diabetes, los tres que tienen cáncer terminal ¿mmm?, los siete que tienen problemas en la familia, las diez personas que hay aquí que se llevan como perro y gato en el matrimonio ¿mmm?, ustedes dirán: ¿y quién le dijo todo eso?, el Espíritu Santo en mi conciencia porque los estoy mirando con afecto, con amor, así de simple y no hago nada del otro mundo, hago lo que tendrían que hacer todas las personas aprendiendo de nuestro Señor: “los miró a todos, sintió compasión de ellos y se puso a enseñarles largamente” ¿mmm?. Ustedes dirán: pero ¿cómo hace esto?, entonces venimos nosotros para sanarnos y usted nos habla que tenemos que aceptar el dolor?, no, no, no, mientras tanto acepto el dolor, pero Señor juntos vamos a hacer que yo me sane, Señor, me creaste a tu imagen y semejanza, soy hijo tuyo, vos me amás, aunque yo duerma vos estás velando conmigo, aunque yo me esté no sé como retorciendo de dolores vos estás a mi lado ¿verdad?. No es que estemos sacándole como si sufrir nos gustara, no, no nos gusta, ¡sacame Señor este dolor!, pero a pesar de eso tenemos que comprender que hay que sufrir un poco ¿mmm?, tenemos que sufrir, ¿qué?, que los otros tenga carácter feo, tal vez y no nos traten tan bien, que mi marido o mi esposa le gusta saltar el alambrado ¿verdad? o la tapia ¿mmm?, que mis hijos, yo los crié tan bien, con tanto amo, sin embargo uno se pone borracho ¿no es cierto? todos los días casi y el otro anda en la droga, pero Señor por qué si yo los crié bien, puse todo mi empeño, cómo es posible esto Señor ¿eh?.

Entonces como ven el Señor dije se pone a mi lado, a tu lado, a tu lado y empezás a compartir con Él tus dolores y Él es nada menos y nada más que el Hijo de Dios y Dios mismo para decirte: bueno, bueno, tené un poco de paciencia, ya esto va a pasar, hay un tiempo para todo tu hijo puede ser un desgolletado pero ya va a cambiar, tu marido le gusta saltar mucho la tapia o el alambrado pero ya va a cambiar sobre todo si lo pesca el marido de la otra mujer, va a ver como va a cambiar o toma conciencia de que me juró amor eterno y no me está teniendo amor eterno ¿verdad?, pero tengo que ponerme al lado de Él y compartir las cosas, partir junto el dolor que tenemos, la enfermedad o lo que sea. ¿Saben?, cuando yo estaba internado en terapia intensiva y en la unidad coronaria, hace meses nada más, me dolía muchas cosas como le duele a cualquiera ¿verdad?, y yo no decía nada porque sabía que el Señor estaba mirando todo el sufrimiento que tenía y por la noche tanto Él como la Madre me pasaba la mano en la frente y me decía: paciencia, paciencia, ya esto se pasa, soportá un poquito, ofrecé ese dolor por algo o por alguien, tenés muchas personas a quien amás y quisieras hacerle bien, bueno, soportá un poquito, a ver, tené paciencia, tené paciencia, soportá un poquito este dolor porque ya va a pasar, ya va a pasar pero mientras tanto este dolor que tenés por ser un hombre, por ser una persona, porque te operaron, porque esto, porque lo otro, bueno por todo eso tiene que dolerme algo alguna vez ¿no es cierto?, bueno, bueno, yo te digo que y cuando sentía la mano en la frente, más te digo, durante el día cuando sentía tanto dolor yo sabía que Él andaba con ganas ya de pasarme la mano en la frente y te la va a pasar a vos también si realmente lo deseás y te va a pasar la mano no solamente en la frente sino en el lugar que quieras si realmente deseás que lo haga, si realmente sentís la presencia del Señor cerca tuyo, porque Él está a tu lado, porque está en todo lugar, y sobre todo está en tu corazón para decirte todo lo hermoso que Él tiene para decir.

Sintió compasión de ellos y se puso a enseñarles largamente. Venimos a la Capilla, aquí perdido en medio de la pampa gringa ¿verdad?, de lejos, de cerca, con el teléfono, con una carta, con un correo electrónico, etc., pero siempre lo mismo, quiero estar bien, quiero esto, quiero lo otro, pero ¿el mientras tanto?, ¿la uña encarnada que tenés en este momento, el juanete que te hace ver las estrellas porque hoy te pusiste el zapato que no te lo ponías siempre y te hace ver las estrellas el juanete para no decirte de esa otra enfermedad terrible cuando la tiene metida adentro o le tiene miedo que todavía no se haya ido ¿no? ¿eh?. Este es el mientras tanto, estamos aquí delante del Señor y de su Madre, en el mientras tanto, cuando me duele el juanete, siento que el cáncer lo tengo metido adentro, la uña encarnada, el oído que está tapado, el brazo que me duele, las rodillas que no me tienen en pie, este es el mientras tanto, Señor yo te lo ofrezco este mientras tanto de dolor, te ofrezco que mi hijo sea un zaparrastroso, que tome demasiado y venga en casa y me vomite todo y me ensucie y me deje hecho un desastre, Señor, lo comparto con vos, sé que a vos te duele tanto como a mí ¿mmm?, que vos tené compasión de todos, yo sé que a vos te duele tanto como a mí, pero mirá, yo sé que a vos te duele, a mi también, pero debe haber alguno que le duele más todavía que a mí lo que le está pasando y también siento que me acosté y que tengo algo en el estómago para digerir pero hay billones de personas que se acostaron con hambre, Señor sirve algo mi pequeño sufrimiento o mi sufrimiento grande para calmar el hambre de todas esas personas?, sirve de algo Señor si querés aceptar mi pequeño sufrimiento o mi gran sufrimiento para mi hijo que tiene malos hábitos, tiene una compañía que Dios mío adonde lo van a llevar, incluso hasta lo metieron preso una vez y alguien sabe acá dentro a quien me refiero, Señor, yo te lo ofrezco para que mi hijo sea distinto, cambialo che, si te sirve de algo este dolor que tengo usalo Señor para algo, puede ser para mi familiar que me necesita, puede ser para mi vecino, puede ser para mi enemigo, puede ser para que el mundo vaya mejor, para que no haya tantos muertos injustamente en tantos lugares del planeta pero primero hacelo por alguno que tenés cerca y que amás mucho. Señor, este dolor que me taladra yo te lo ofrezco para que mi esposa que me es infiel se de cuenta que me juró amor para toda la vida y ahora no sé que le pasa, se me enamoró de este chico, Señor me duele esto, no la voy a dejar de un día para otro, vamos a tener que charlar el asunto pero mientras tanto Señor ¿no podes hacer que me quiera un poco?, Señor no podés hacer que ese viejito que está en el geriátrico y que los hijos son pudientes y andan paseando en un coche importado, ¿no podés hacer que me paguen una mujer para que yo me quede en mi casa y viva entre mis cosas y me muera entre mis cosas y no en este geriátrico que somos siete en una pieza de cuatro por cuatro?, bueno Señor, si te sirve algo mi dolor te lo ofrezco para ese pobre viejo que está ahí metido en el geriátrico con un calor terrible, deshidratándose y a lo mejor mañana se muere, ¿y, y, y qué?, bueno Señor si te sirve lo mío yo te lo ofrezco, al fin y al cabo no es nada más que una uña encarnada o la muela que me duele o no sé qué, o mi hijo que son las cuatro de la mañana, las cinco, las seis, siete y todavía no vino este desgracia, donde andará, seguramente alguna compañía, quien sabe donde estará. Ustedes dirán: ¿esto es para justificar el dolor?, no sé para qué es, en todo caso para compartirlo con mi Dios y mi Señor, para compartirlo, eso no quita que también le pida Señor, no puedo aguantar tanto tiempo... (se dio vuelta la cinta) ..., quiero sanarlos, a Él le importaba sanar los enfermos, yo no les estoy diciendo que acepten la enfermedad con gusto y decir: que lindo que sufro, noo, yo no te estoy diciendo eso, estoy diciendo: ya que no podés sacarte el dolor tremendo que tenés adentro por lo menos sacale provecho a ese dolor, llevalo hasta la cruz del Señor para que los dos hagan algo por alguien que lo está necesitando ¿mmm?.

“Los miró a todos y sintió compasión por ellos y se puso a enseñarles largamente”, bueno, se puso a enseñarles largamente, repito, no tengo la pretensión de enseñar nada a nadie, solamente acompañarlos en vuestros problemas.

Cuando llegué miré los rostros de cada uno y como digo siempre vi marcado los rostros por las cicatrices del dolor que hay en vuestro cuerpo y en vuestra alma ¿verdad?. Entonces tengo que olvidarme de los dolores que en este momento yo tenga en el cuerpo, tengo que olvidarme, ¿por qué, porque soy un desorejado?, no, porque tengo que ocuparme del dolor de ustedes, vienen acá para algo, buscan algo, buscan mucho y yo no tengo para dárselos, es el Señor el que se los da, pero yo tengo que ponerme en un lugar para hacer posible que el Señor pueda manifestarse a través de mí como si fuera uno un pequeño alambrecito donde pasa la corriente eléctrica pero esto no es para que yo quiera darte el ejemplo de mi vida, te estoy pidiendo que hagas vos lo mismo con tu hermano, con tu hermana, con tu padre, con tu madre, con tu hijo, con todos, el amor de Dios no va a pasar por vos si vos no te hacés pasable para que el amor esté, ¿y como uno se hace pasable para el amor de Dios?, siendo bueno, humilde, simple, sencillo, usando la lengua para lo que corresponde y no hablar mal de los demás y no usarla para desprestigiar a nadie ni hacer daño ni nada por el estilo ¿eh?. De esa forma, así de simple te hacés posible de que el Señor pueda pasar a través tuyo y al mismo tiempo que pasa a través tuyo para que vos puedas sanar a tu hijo pequeño que tiene fiebre o a tu mamá que le duele la panza o que se yo ¿mmm? te estás sanando vos también, porque en la medida en que uno empieza a acordarse del dolor de los otros empieza a desaparecer los dolores de uno y es cuestión de que mires un poquito a tu alrededor, no para comparar sino para decir: no che, mirá, si lo mío no es tanto al fin y al cabo.

Ahora, esto que estoy diciendo yo de que hay que tener un acto así grande por el semejante, tanto tiene que tenerlo el que lo da como el que lo recibe ¿verdad?, sobre todo por el Señor, cuando uno pasa a buscar la bendición ¿no es cierto?, que a veces caen al suelo desmayados, parece desmayados pero oyen todo, eso es tan viejo como el tiempo de los primeros cristianos que cuando se tocaban entre ellos caían al suelo, ¿y por qué caían al suelo?, porque les tomaba el Espíritu Santo y les sanaba de sus enfermedades ¿verdad?, cuando fueron pasando los tiempos ¿no? y se está antes de la Edad Media y después se tenía mucho cuidado de que la gente no se cayera al suelo porque en ese entonces las personas que se caían eran porque eran deficientes mentales o tenían ataques de epilepsia o lo que sea, entonces todo el mundo se cuidó de si se hacía una sanación o se tocaba a otro nadie se cayera porque si se caía iba a decir: tengo epilepsia, tengo esto, tengo lo otro, lo de más allá, nada que ver ¿verdad?.

Entonces cuando uno parece que se desmaya pero se cae al suelo, si uno pasa cuando están ustedes sentados no se caen, quedan así un poquito mareados pero a veces cuando están de pie sí, no hay que tener miedo a eso, es lo que se llama el sueño blanco, el sueño del Espíritu, donde el Espíritu Santo entra en vos y hace una renovación general. Yo sé hasta de Obispos que durmieron dos días seguidos, un Obispo en Punta Arena en Chile y yo he conversado con él, dice: cuándo me tomó el Espíritu Santo, incluso el Padre Pugñata, el que algunos de ustedes va, la primera vez que entró así en sueño del Espíritu, en sueño blanco estuvo seis hora que parecía dormido y una vez yo estuve tres días también así, pero yo estaba muy mareado, tanto que tuve que pedir que me fueran a buscar porque no podía volverme solo con el coche, Dios por testigo que estoy diciendo
la verdad ¿eh?, bueno.

Entonces no le tengamos miedo a cuando entra el Espíritu Santo en nosotros y nos caemos al suelo es realmente que el Señor nos invadió y nos da todas las gracias, parecería que, y uno lo nota desde lejos la persona que se cae o no se cae porque la que está abierta plenamente, algunos no se caen porque no lo necesitan, otros sí. Entonces, todo forma parte de lo mismo, en última instancia qué?, que ustedes y yo seamos más felices, si vos te vas bien de aquí, escuchando las palabras del Señor, que nadie se va de este lugar como vino yo me voy a sentir muy feliz y vos también y si has venido de lejos por algo es, lo estoy viendo en tu cara, no me digas, algunos me dicen: yo tendría que hablar en privado con usted, queridos, gracias al Señor Él me lo hace saber sin que ustedes me lo digan porque si yo tuviera que atender a cada uno de las personas no me alcanzaría unos trescientos años de cincuenta horas por día, pero justamente unos de los dones del Espíritu Santo es la palabra de conocimiento y la palabra de conocimiento es saber qué le pasa al otro en su interior pero con, si querés lujo de detalle. Entonces puedo decirte acá dentro sin mirar a nadie con los ojos cerrados, hay seis mujeres que fueron violadas por un miembro de la familia cuando eran chicos ¿mmm?, hay diez personas que fueron violadas psíquicamente por los padres o por religiosos que no estaban a la altura de sus funciones, tengo los ojos cerrados para no mirar a nadie, porque no sea cosa que alguno se de por aludido, pero sepan que la palabra de conocimiento como carisma del Espíritu Santo hace posible saber qué le pasa al otro en su interior ¿verdad?, y hace posible también ver hasta qué punto ¿no es cierto? podés tener un cáncer que te está comiendo las entrañas, sin embargo, y de un momento a otro empieza el retroceso de ese cáncer pero para todo eso qué habrá que tener en cuenta, qué es lo que habrá que tener en cuenta, aquellas palabras del Señor: “bajó de la barca, los miró a todos, sintió compasión por ellos”, compasión, sentir juntos y yo te digo: qué esperás para sentir junto con tu esposa, o tu esposo, con tus hijos, con tus nietos, con tus parientes, con todos los que te llevás como la mano, qué esperás para sentir juntos, para tener compasión de ellos, entonces vas a ver que el mundo que querés que cambie empieza a cambiar en vos, porque el mundo empieza a cambiar en uno, no podemos hacer que cambie el otro de la otra cuadra si yo todavía no cambié, pero ¿cambiar para

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