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Mensaje del 12 de Marzo de 2005

El Señor de la Misericordia está con ustedes y los rayos que salen de Mi Corazón los está envolviendo en su Gracia y en su Luz, es el regalo mejor que puedo darle a Mis hijos.

Mensaje del 12 de Marzo de 2005

Habla Artemio:

En este día que está así lloviendo ¿no? vamos a pedirle al Señor por intercesión de su Madre que cada una de las gotas que están cayendo sobre esta República Argentina y en este lugar sean una alabanza al Señor, alabar es rezar dos veces ¿mmm?, entonces que esta lluvia ¿eh?, incontables la cantidad de gotitas de agua, sean una alabanza constante al Señor, y vamos a abrir un poquito la ventana para escuchar esos animalitos que normalmente cuando está nublado no hacen nada pero como ustedes sienten están hoy alborotados, bueno, el Señor los llama: Mi Coro de Ángeles ¿mmm?, en el sentido de que también ellos contribuyen a alabar al Señor ¿verdad?. Cuando uno ordena todas las cosas, todo lo que depende de uno también se ordena ¿verdad?, bien, tampoco es cuestión de exagerar pero seamos honestos en nuestra forma de pensar, en nuestra forma de mirar todas las cosas, nuestra forma de vivir nuestra fe todos los días ¿mmm?, no podemos tener la forma de actuar y las actitudes de cuando éramos bebés de pecho, ahora somos grandes ¿mmm?, bueno, en ese sentido no hay edades sino que hay edad
mental para crecer en todo este tipo de cosas, pues bien.

Entonces, yo propondría ¿no es cierto?, que cada uno piense, al pensar en el Vía Crucis, piense en el Vía Crucis personal que cada uno tuvo en la vida, en cada rostro están marcadas las cicatrices que ustedes tuvieron ¿verdad?, entonces, qué mejor, que mejor que ofrecer todos los dolores que hemos tenido en nuestra vida desde la cero hora, todo lo que pasamos en la panza de mamá hasta que hemos nacido y las cosas que pasaron después, se la ofrecemos al Señor para completar lo que aún le falta a su Pasión ¿mmm?, lo que aún le falta a su Pasión porque todos nuestros sufrimientos deben contribuir para ayudarle al Señor en el pago de las deudas de todos los hombres ¿mmm?, si bien sabemos que Jesús está vivo entre nosotros pero también sabemos que sus llagas siguen sangrando como el primer día, entonces por qué nos quedamos con nuestro dolor de tantos años, ofrezcámoselo al Señor, con todo nuestro corazón: Señor, todo lo que padecí a través de los años y en el tiempo, las injusticias que sufrí, los golpes que me dieron, las heridas que se quedaron marcadas en mi cuerpo, el hambre que sentí tantas veces en mi casa cuando era chico y no tan chico, todas las injusticias que sufrí con mis compañeritos, después cuando fui creciendo en la Escuela, injusticias con los maestros, con mis compañeros, dolores de todo tipo que quedan marcados con fuego en el hombre. Yo te ofrezco todo Jesús, te lo ofrezco con toda la fuerza de mi corazón y además en adelante, cuando fui cumpliendo años, cuando dejé de ser niño empecé a ser púber, después adolescente, el despertar del amor, toda esa etapa difícil de la identificación sexual, todo Señor, yo te lo ofrezco Señor para que vos pases sanando mi vida Señor porque todos estos dolores que fui padeciendo a lo largo del tiempo dejaron huellas imborrables en mí y son todavía heridas, por eso, saná las Señor y después borrá las cicatrices de todas las cosas que fui padeciendo en el tiempo.

A esta altura Señor de mi sanación en este día quiero decirte humildemente: tu eres el alfarero, que con tus manos me has transformado, mientras pasan los días, pasan los años más te venero. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo. Rompe mi cántaro, rompe mi copa, rompe mi vida y hazla de nuevo. Bien Señor, bien, yo quiero realmente que todos los problemas que tengo, mentales, por todas las cosas que sufrí a lo largo de la vida la pases sanando Señor, no puedo negarlo porque en Mi rostro se notan las cicatrices de los dolores que fuimos padeciendo a lo largo del tiempo, que quedan marcados tremendamente en nuestro rostro.

Por eso, Señor, ten compasión de nosotros y danos lo que necesitamos para estar en paz y bien Señor, Señor todos los problemas que tengo: mentales, pienso en las heridas de tu cabeza Señor, por el mérito de esas heridas te pido la sanación de todos mis problemas, tanto sea del cerebro, del físico o de la mente, los problemas de los ojos, nariz, oídos, todo Señor tené en cuenta y en base a las heridas que vos sufriste Señor, en tu cabeza con las espinas, que con ella era suficiente para que murieras, pasa sanando Señor todo lo que en mi cabeza no esté funcionando bien, además Señor si tengo problemas en la boca pienso en los dientes que te arrancaron a patadas Señor, entonces todas esas heridas yo quiero participar de ellas Señor y que me sanes de mis problemas en la boca, dientes, muela, garganta o lo que sea ¿mmm?.

Todos mis dolores de brazos, mis problemas de artrosis o estos brazos que pasa el tiempo y ya no los puedo mover como antes, por los méritos de las heridas de tus manos Señor, que es justamente en la mitad de la mano, no en la muñeca como hay en algunas figuras por ahí, en méritos a esas heridas Señor pasá sanando todo lo que esté mal en mis manos y en mis brazos, sí Jesús, pasá sanando Señor.

Por los méritos de la herida de tu costado Señor, pasá sanando todo lo que se refiera a mi estómago, esófago, garganta, laringe, faringe, pulmones, riñones, el corazón especialmente Señor y todo lo que tenga relación con mi abdomen Señor, todo lo que tenga relación, por los méritos de esta herida Señor pasá sanando mis problemas de salud en toda esta zona. Jesús, todas las patadas que te dieron en los riñones, en el abdomen, que te han dolido tanto Señor, por los méritos de la sangre que derramaste, los dolores que sufriste, la humillación que te postró, que en base a todo eso Señor pases sanando todas las enfermedades que yo tengo en el abdomen Señor, todas las enfermedades y que esto no se aplique solamente Señor a mi persona sino también a todas las personas que yo amo y que no han podido venir a este lugar y las personas que me acuerdo y cuando pienso Señor en los malditos que te hicieron tanto daño también pienso en los malditos que a uno le hacen daño y así como vos los perdonaste de corazón yo los perdono también de corazón Señor.

El Señor pasa sanando no solamente cada uno de nosotros que está presente sino también todos los que han quedado en casa, los que son objeto de nuestro amor y todos aquellos que nos han malquistado la vida durante todos los tiempos, porque hoy tenemos el propósito de dejar en la fuente de la Mamá María, que ella mandó a construir para el 15 de Septiembre ¿mmm?, tenemos que dejar todos nuestros problemas porque ella quiere que lo dejemos acá, que no lo llevemos de vuelta a casa.

Todos los problemas que se refieren a nuestros órganos genitales, del varón y de la mujer ¿verdad?, aplicamos las heridas que Jesús sufrió en la parte baja, que por los méritos de esa herida desaparezcan en este momento todos los fibromas, nódulos y cosas que puede haber, malignos o no malignos en el cuerpo de cada uno de nosotros, que desaparezca todo y no solamente eso sino lo que tiene relación directa que son los nódulos en los pechos y en las tetillas, pasa sanando Jesús, pasa sanando. Un ochenta por ciento de las señoras y señoritas tienen problemas de este tipo, a veces buenos, a veces malos, pasá sanando Jesús, que todos dejen sus dolores aquí, que hoy empiece el proceso de sanación de ellos, yo confío plenamente en vos Señor que lo lograrás, por eso te digo con todo el amor del mundo Señor: ten compasión de nosotros Señor, ten compasión de nosotros.

Todas las enfermedades de nuestro abdomen dijimos Señor que lo ponemos en la herida de tu costado y también por las noches Señor cuando estoy dolorido y estoy mal por lo que tengo quiero refugiarme en la herida de tu costado porque sé que voy a encontrar alivio y sanación para todos mis problemas, es cuestión de que yo te crea Señor y vos vas a obrar todos los milagros en mi ser. Sí Jesús, así es, ¿saben por qué les digo esto queridos tan convencido?, porque antes de venir fui al baño y entonces dije: Señor ¿qué digo?, entonces el Señor me mandó a buscar esta lámina, esta fotografía, hablá sobre ella y hacé la sanación sobre ella, cómo no voy a confiar que ustedes se sanan todos, hoy, ya, en este momento.

Todos los problemas que se refrieran a los miembros inferiores, cuántas cosas ¿mmm?, el otro día miraba una foto de la Madre Teresa, los pies de la Madre Teresa de Calcuta parecen..., no sé, un montón de carne ahí ¿no? y todos los dedos torcidos, terribles, pero ella no tenía ningún dolor para hacer sus trabajos, absolutamente ningún dolor porque todo ya estaba en manos del Señor aunque ella estaba toda deformada. Bien, entonces pensemos en las enfermedades de las piernas ¿verdad?, de los muslos y entonces viene a nuestra mente las patadas que recibió el Señor en todas estas partes, lo mismo, quién no tiene problemas en las rodillas, pues bien, miremos las rodillas de nuestro Señor y démosle a Él todo lo que padecemos para que partir de este momento Él nos sane de todos los problemas en nuestras rodillas, también en nuestras pantorrillas, pensando en las heridas tremendas de las pantorrillas que tuvo y todos los problemas de nuestros pies ¿verdad? que el Señor lo sane por los méritos de las heridas del clavo que tuvo en sus pies.

Pasa sanando Jesús, pasa sanando, sientan dentro de ustedes como el Señor va sanando porque en las distintas enfermedades que podemos tener lo básico y fundamental está en que uno se las entregue al Señor, que logre ese desprenderse, logre uno desprenderse de lo que tiene para que el Señor pueda entrar en uno, háganlo con fe, piensen profundamente en que el Señor quiere que ustedes estén bien, Él no puede ser alguien que disfruta con nuestros dolores, nunca eso. Entonces, miren todo ese cuerpo del Señor llagado y por los méritos de cada unas de las heridas aplíquenlo a la parte que les duele o que están enfermos, háganlo con tanta fe y confianza que el Señor no se puede negar, nunca se puede negar, es necesario solamente la entrega de parte de ustedes, entréguenle al Señor los dolores, dénselo a Él, Él quiere que se lo regalen a Él, porque Él no quiere que estemos enfermos, así como hace dos mil años Él pasaba entre las personas y decía: “¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?”, hoy le digo al Señor: aquí estamos los enfermos que tenés que sanar Señor, aquí estamos Jesús, en esta tarde te lo pedimos y todas las tardes a que alcance nuestra vida, Señor Jesús vení a mi cuerpo, entrá en él, Jesús, entrá dentro de mi sistema sanguíneo para que lleves la sanidad a todo mi cuerpo Señor, que no quede una parte de mi cuerpo Señor sin que tenga la afluencia de tu Sangre Preciosísima para que de esa forma pueda yo sanarme de todo. El principal interesado en nuestra salud es Jesús, algunos médicos también pero otros no tanto, que Dios los cuide y los bendiga y los convierta, y aquellos que realmente colaboran con el Señor que Dios los bendiga muy especialmente y a los otros que los convierta y puedan ser realmente hombres al servicio del Señor.

Sí Jesús, esto es este día y todos los días a que alcance nuestra vida, por supuesto Jesús que los méritos de tu Sangre Preciosísima se apliquen también sobre nuestro pasado para que no tengamos que heredar nada y si ya tenemos en nuestro cuerpo la herencia de cosas malas que a partir de este momento el Señor lo sane todo, sane todos nuestros problemas. Por más que ustedes me cuenten vuestros problemas, me cuentan una partecita nada más, todo lo que les pasa en vuestro cuerpo la mayor parte ustedes no lo ven o cosas que puede pasar dentro de un tiempo, entonces no confíen en mis palabras, confíen en la palabra del Señor que les está diciendo: déjenme todo a Mí, ofrézcanse ustedes, totalmente, para que Yo pueda sanarles y evitar todos los imprevistos que puede aparecer mañana, pasado o pasado y después que hagan este ofrecimiento vivan en paz dejando que el Señor obre por su cuenta, que aunque nos pase lo que nos pase Él va a estar siempre con nosotros y va a rescatarnos siempre de todo mal, hagamos esto con sinceridad, hagamos esto más allá de todo lo que nos pueden decir o sugestionar o impresionar, hagámoslo sinceramente nosotros Señor delante tuyo.

Ven Señor Jesús, ven Señor Jesús, ven Señor, pasa sanando Señor, el Señor ya hace un buen rato, no quiso interrumpir la sanación pero hace un buen rato que está sobre ustedes, está el Señor en el centro allí en el aire flotando ¿no es cierto?, al lado izquierdo de Él está la Virgen María, sigue Santa Teresita de Niño Jesús, después está Santa Faustina y adelante y un poquito al lado está la Madre Teresa de Calcuta, Beata Madre Teresa, después está San Pío de Pietralcina, después sigue San Benito Abad, San Martín de Porres ¿verdad? y después hay familiares míos y también otras personas que yo no conozco y que deben ser familiares de ustedes, que ya están cerca del Señor y el Señor les permite, si tienen por ahí algún tirón de pelo o alguien que los toca es el Señor, la Virgen o los Ángeles que son a veces un poco traviesos, no mal pero son chicos, qué querés, al lado de Jesús, del lado derecho de Él está San José, su Padre Adoptivo, después siguen tres Francisco, San Francisco de Asís, San Francisco de Paula y San Francisco Javier ¿mmm?, sigue el Padre Emiliano Tardiff, el Padre Gabriel Guillén, el Cardenal Eduardo Pironio ¿mmm? y otros Santos más que tendríamos que seguir enumerando y familiares de ustedes.

Escuchemos al Señor que quiere decirnos algo.

Dice Jesús:

Paz y bien a todos Mis queridos.

Como siempre en estos diez años de apariciones uso la voz de este hijo Mío para hacerles llegar un Mensaje a ustedes y a todos los hombres del mundo. Mi Mensaje no es otro que el Mensaje de la Misericordia, es decir, todos Mis principales atributos están contenidos en Mi Misericordia, que es el amor obrando, tienen que pedir siempre que haga descender sobre ustedes toda Mi Misericordia, con todo el alcance que ella tiene, Yo quiero que ustedes estén sanos, estén bien, vivan felices, olvídense de las cosas que no hicieron bien porque Yo ya los he perdonado y si alguno cree que tiene algo muy grande que Yo no perdoné démelo igual que Yo lo quemaré con el fuego de Mi amor.

El Señor de la Misericordia está con ustedes y los rayos que salen de Mi Corazón los está envolviendo en su Gracia y en su Luz, es el regalo mejor que puedo darle a Mis hijos, después de oír todas las palabras que he oído hoy, qué otra cosa puedo hacer Mis queridos que inundarlos de la Luz de Mi Misericordia para que ustedes estén bien, en paz, sean felices.

Todas las cosas que ustedes necesitan no dejen de pedírmelas y cuando me las piden confíen plenamente en que ya lo han conseguido, siempre deben rezar pensando que lo que piden ya lo han conseguido y después aférrense a todo porque Yo ya he escuchado vuestras peticiones y vuestros deseos. Sean generosos con vuestra familia, con todos aquellos que realmente necesitan, piensen en vuestras comunidades, en todos los enfermos de vuestras comunidades, en aquellos que cuidan el orden público, en aquellos que generosamente asisten a las personas, tengan en... (se dio vuelta la cinta) ..., espiritual, también tengan en cuenta el poder político y el poder económico con todos sus representantes porque necesitan vivir en un mundo que les de seguridad.

Tengan confianza en la Divina Misericordia y sean propagadores de ella, pidan el auxilio de Mi Mamá con el nombre de Mensajera del Espíritu Santo, para que ustedes puedan entender el alcance de todo lo que Yo quiero de los hombres.
Ustedes son laicos, Yo quiero que los laicos tengan un lugar muy grande dentro de la Santa Madre Iglesia, que cada laico se sienta responsable de llevar la palabra, no solamente algunos deben llevar la palabra sino todos los hombres que lo sienten, entonces sean propagadores de Mi Misericordia, entren a los lugares más insólitos, métanse adonde les parece que incluso pueden echarlos, salgan a la calle, crucen en los caminos y díganle a todos: el Señor de la Misericordia te ama y dice que su amor puede remediar todo, el Señor te ama díganle y todo se soluciona. En este mundo tan convulsionado, tan deteriorado, tan terrible solamente el Señor puede darme lo que necesitan para estar bien y feliz.

Les amo Mis queridos con todas la fuerza de Mi Corazón, les cobijo en Mi manto pero mucho más en todos los rayos que salen de Mi Corazón, han mirado una fotografía de las partes de Mi cuerpo sangrante, todo Mi cuerpo fue una inmensa llaga pero una vez que ofrecieron vuestros dolores acuérdense que la imagen que tienen que recuperar de Mi es la de Jesús triunfante en medio de ustedes, estuve horas en la cruz y aunque Mis heridas siguen sangrando pero estoy vivo entre ustedes, totalmente vivo para vivir con ustedes, padecer con ustedes, alegrarme con ustedes, vivir en paz con ustedes. Quiero estar en vuestras familias, vivir en vuestras casas, entrar adonde trabajan, sanar a todos los que tienen problemas en el trabajo, o con sus superiores o con sus inferiores en el trabajo jerárquicamente. Siempre confíen en la intercesión de Mi Mamá como Nuestra Señora y piensen todo lo que ella puede hacer pos ustedes, que es justamente el trabajo de una madre, pidan siempre la intercesión de la Madre, siempre,
siempre la intercesión de la Madre.

Dice Nuestra Madre:

Yo Mis queridos también quiero hablarles en este día y decirles con toda la fuerza de Mi Corazón y todo el amor que les tengo que confíen en la Misericordia de Mi Hijo, Yo soy vuestra Madre del Cielo y quiero siempre para ustedes todo lo mejor.

Récenme todos los días, por lo menos un Ave María, porque me llena de alegría cuando me recuerdan Mi Inmaculada Concepción, díganme alguna vez un Ave María, díganme, porque Yo voy a ver que el mismo Arcángel Gabriel me la está diciendo y Yo vuelvo a repasar las palabras que dije una vez: “he aquí la esclava del Señor, hágase en Mi según tu palabra”, ustedes también díganlo hoy y siempre, porque de esa forma se injertan en la dimensión Divina, hoy y siempre.

Tengo Mi vestido abierto como un delantal enorme para que me dejen todos vuestros dolores y vuestras preocupaciones y vuestras enfermedades, déjenme todo aquí hoy, déjenmelo, déjenme todas las preocupaciones y dolores aquí, déjenmelo en este día Mis queridos, déjenmelo, que Yo después se lo presentaré a Mi Hijo. Piensen también en Mi Corazón, tanto que sufrió al pie de la cruz cuando veía a Mi Hijo en esas condiciones pero no por eso dejen de ver también que Yo era consciente de que Mi Hijo fuera el sanador de todos los hombres y pagara las deudas de todos.

Les amo Mis queridos, les amo hoy y siempre y así como cada noche los hago pequeñitos, los pongo en Mis brazos, los acuno suavemente y les digo así mientras Mis brazos van y vienen cuidándolos, meciéndolos, lo que les digo siempre todos los días: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.

Soy Yo Mis queridos, vuestra Madre del Cielo, que quiere darles a ustedes todo lo mejor, todo lo mejor Mis queridos, todo lo mejor, arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.

Les amo profundamente, hoy y siempre, no dejen de llamarme a toda hora, en cada momento y a través del tiempo.

Amén.

Habla Artemio:

Cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor, Dios está aquí, venid adoradores...

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