• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Oración del 25 de Enero de 2005

Señor quiero ofrecerte los compañeritos de Escuela que me amargaron la vida a lo largo de todos los años, los maestros que tuve que no me amaron como debieron amarme, los parientes que me despreciaban, los vecinos que siempre se confabulaban para hablar en contra, Señor basta, todo eso no me sirvió para nada.

Oración del 25 de Enero de 2005

Habla Artemio:

Nos ponemos delante del Señor con toda nuestra humildad, dejamos de lado todo nuestro orgullo, todas esas cosas que no nos ayudan para bien, nuestra soberbia, eso de creernos que somos centro de todo, no, no somos el centro de nada, seamos simples, seamos humildes ¿eh?, yo pienso siempre que el hombre es bueno lo que pasa es que a veces se empeña en aparentar jodido, a veces uno le dice: sacate esa careta de dañino y de sobrador porque en el fondo sos una persona buena pero hay una forma muy fácil para entender esto, si uno no ama al ser humano no se da cuenta que todos los seres humanos no son buenos.

Por eso, todos aquellos que están cerca nuestro nos aman ven y saben que lo que hacemos no es dañino y que a veces si hacemos algo mal es porque no nos damos cuenta pero no es nuestra intención hacer mal las cosas y si a veces tenemos que soportar a alguien cerca nuestro que nos hace mal ¿mmm? ofrezcámoselo al Señor porque pobre, no se dio cuenta todavía de lo que es la vida ¿eh?. Entonces hermanos míos que amo profundamente aunque no conozca ni el nombre ni el apellido, salvo de algunos, les digo simplemente: el Señor los ama mucho, una enormidad, pero no es de ahora ¿eh?, no, ya hace milenios ya estábamos en la mente del Señor y ya nos amaba y Él veía nuestra vida y el día en que nosotros empezamos a vivir en la panza de mamá entonces allí nos miró a los ojos y nos llamó por nuestro nombre, nos da un Ángel para que nos cuide ¿mmm?, ese Ángel que nos cuida, el Ángel de la Guarda, al mismo tiempo que se ocupa de nosotros está alabando al Padre por toda una eternidad, fíjense ustedes qué privilegio tenemos, nuestro Ángel de la Guarda al mismo tiempo que se ocupa de nosotros está alabando al Padre ¿mmm?, nada menos, eso tiene que indicarnos que somos importantes para el Señor y a veces somos más importantes para el Señor que para nuestra familia, nuestros amigos y todo porque muchas veces ellos nos abandonan, o cuando las papas queman, es decir hay problemas a veces se borran muchos ¿mmm?.

Aquellos que en las buenas y en las malas están a tu lado y siempre amándote en esos podés confiar, en otros no y el Señor está siempre al lado nuestro, en las buenas y en las malas, junto a su Mamá, la Virgen, porque su tarea, su trabajo es ese, amarnos, desde siempre y para siempre, incluso nos va a seguir toda la vida para el día que pasemos a la otra mejor, sigamos allá amándonos, nosotros tenemos que amar tanto al Señor, tanto para que como Él dice: ya no haya distancias entre Él y nosotros, que no se sepa dónde terminamos nosotros y dónde comienza Él. Alguno está pensando: sí, pero yo tengo tantas cosas en mi pasado que no me gustan, bueno, el Señor tiene una expresión muy sabia para eso que por ahí anda mucho a veces o al menos bastante, a veces el Señor nos dice: yo no estoy conforme de vos pero si vos no estás conforme de vos Yo sí estoy conforme de vos, porque Él quiere que todos los días nos vayamos convirtiendo, Él dijo que nos amemos unos a otros como Él nos amó. Dicen que Juan Evangelista, San Juan Evangelista, el autor del cuarto Evangelio murió muy viejito, ciento y tantos años y llevaba siempre con él el Evangelio que había escrito, y leía cosas de él por supuesto: ¿cuándo nos vas a entregar Juan el Evangelio?, y siempre le decía: me faltan algunas cosas que corregir. No se olviden que Juan era el Discípulo predilecto de Jesús y vivió siempre con la Virgen, hasta que un día dice Juan: basta, no hace falta más, porque en todos estos años me he dado cuenta que todo el Evangelio puede resumirse en esto: “ámense unos a otros como Yo los amo”, todo resumido en eso y si amamos al otro creemos que es nuestro hermano, eso se supone que también tenemos que conocer al Padre ¿mmm?, porque todos debemos conocer a quien nos da la vida ¿eh?, bien.

Todas estas cosas nos encuentra pensándolas en este día y todos los días a que alcance nuestra vida, podríamos hacer mis queridos hoy como ante un viaje ¿no? que preparamos nuestro equipaje y meter en una valija o en un cajón o en lo que quieran todos los problemas que hemos vivido a lo largo de nuestra vida, algunos más, otros menos porque en la vida nos va de una manera, nacimos en un lugar, en un tiempo, dentro de una familia y a veces nuestra familia no fue lo mejorcito porque mi papá a lo mejor le pegaba a mi mamá, mi mamá tenía que sufrir, me llevó a mi con sufrimiento y todas esas cosas cuando pasa el tiempo una las sabe pero muchas no, entonces en este día Señor yo he decidido llenar una caja o lo que sea con todos los dramas de mi vida, todas las injusticias que pasé, todos los dolores que sufrí, todos los malos sentimientos que brotaron de mí ante muchas situaciones, las broncas que me sacaron de quicio, los rencores que me quitaron el sueño ¿mmm?, el odio que no me dejó vivir en paz.

Hoy he decidido Señor dejarte todo en este lugar, porque aquí Jesús venis como el Señor de la Misericordia, como si no tuvieras lugar en otro sitio para escuchar tu palabra ¿mmm?, para que escuchen tu palabra Señor, entonces vos sos Señor la Misericordia, el amor obrando, entonces todo lo que me pasó y me pasa vos lo entendés Señor, todo lo que me ocurrió a lo largo del tiempo vos lo sabés todo Señor, ya incluso mi nacimiento Señor fue accidentado porque venía mal, tuvieron que operar a mi mamá para que me sacaran o bien tuve que esforzarme demasiado para salir por un lugar demasiado estrecho y antes Señor, incluso cuando me fecundaron no me desearon Señor, no fui un hijo deseado. Entonces Señor empecemos a contabilizar todos los dolores y te los voy poniendo en una caja Señor para dejártelos acá, porque aquí acampaste vos con tu Mamá como el Señor de la Misericordia, dispuesto a perdonarlo todo, en consecuencia todo lo entendés, todo lo sabés, todo lo tenés en cuenta Señor, no hace falta que me ande disculpando si alguna vez hice esto o lo otro o lo de más allá, bueno y si hice algo malo no lo voy a hacer más Señor, porque no estaba convencido de eso, ahora me convencí Señor entonces te ofrezco Señor los dolores de mi mamá y de mi papá, te ofrezco los sufrimientos de ellos y los de toda mi familia, cuando pasaron hambre, cuando no tuvieron lo fundamental para vivir, cuando el trabajo escaseaba o no había, Señor todo te lo doy, estoy dispuesto a dártelo siempre Señor pero hoy te lo doy y quiero olvidarme Señor. Mi niñez no fue tan linda, hubo tantas cosas de las que me acuerdo y son horribles, te lo dejo a vos Señor, de qué vale Señor que siga resentido con aquellos que no me hicieron bien ¿mmm?, todo. Hoy estoy deseoso Señor de derrochar perdones para todos y también perdonarme yo mismo porque tantas veces no me acepté como soy o me vi muy gordo o me vi muy flaco, o la nariz no me gustaba o los ojos no eran celestes o que se yo, Señor, ni me perdoné como era yo, cómo iba a perdonar otras cosas.

Pero todo eso es historia, ya estamos otra vez delante tuyo Señor para sacarnos todo lo que hemos almacenado en tantos años. Es increíble Señor, cuando uno deja delante tuyo todos los dramas y los rollos que cada uno tiene hasta el rostro cambia Señor porque uno tiene marcado el dolor en el rostro, es cuestión de mirar con amor los rostros de las personas y van a ver cuánto dolor hay en ellas, pues bien, basta, hoy se terminó, quiero ofrecerte todo Señor, toda mi vida, las enfermedades que tuve, las operaciones que me hicieron, los remedios que me cayeron mal al estómago, los médicos que no me atendieron bien y también aquellos que me atendieron bien que son Santos varones.

Señor quiero ofrecerte los compañeritos de Escuela que me amargaron la vida a lo largo de todos los años, los maestros que tuve que no me amaron como debieron amarme, los parientes que me despreciaban, los vecinos que siempre se confabulaban para hablar en contra, Señor basta, todo eso no me sirvió para nada, es basura Señor, es basura y lo quiero dejar porque a vos te gusta amontonar la basura, porque, porque vos nos amás, querés que saquemos toda la basura que tenemos adentro, todos los cargos de conciencia, porque hice esto, lo otro, lo de más allá, Señor, perdoná a aquellos que me hicieron que cargara con toda la conciencia de todos los pecados, perdonalos Señor porque, porque no sabían, basta de culpas, basta de todo, las cosas que hice mal Señor aquí están Señor, las que hice bien aquí están Señor, aquí están todos mis dolores, todas mis angustias, mis preocupaciones, todo el rencor, el odio, la envida, los celos, la ira, está todo acá Señor, te lo dejo todo para vos, no lo quiero más, porque no me gusta vivir así Señor, llegué a la conclusión en un momento en que todo eso era una carga que no se podía llevar. ¿Cómo es posible Señor que no entendí yo que no tenía que hacer sufrir a mi esposa o a mi esposo con mis desplantes, con mis vicios, o no vicios, malos hábitos?, ¿por qué Señor tengo que hacer sufrir a mi esposa emborrachándome o a mi esposo emborrachándome?, ¿por qué tengo que tratar mal a los que amo? si yo los amo con mi corazón en lo más profundo de mi ser, ¿por qué tengo que compartir mi cama Señor sin dar una palabra de alivio, de amor a quien está a mi lado y forma parte de mi vida?, ¿es que es posible que haya sido tan tonto?, ¿es posible que no me haya dado cuenta que por muy larga que sea la vida yo no puedo desperdiciarla y que tengo que repartir amor por todos lados?, pero no el amor así, como, no, no, no, el amor difícil también, porque el amor fácil todo…, no, no, no pero el amor difícil también ¿eh?.

Cuando digo así me refiero a aquél que cuesta darlo porque si alguien te golpea no es fácil amar pero que ese golpe vaya hasta el Señor para decir: ten compasión de mí Señor, en lo profundo de nuestro ser, en lo más profundo de nuestro ser Señor te digo humildemente: ten compasión de mí Señor, Jesús de la Misericordia, ya nunca mas tonterías, ya nunca más hacer sufrir a los otros, ya nunca más ni odios, ni rencor, ni orgullo, ni soberbia, ni ser puente roto que nadie me traga, nunca más Señor, quiero ser bueno Señor, de repente me convencí que no puedo andar fingiendo otras conductas, yo en el fondo he sido siempre bueno pero quiero demostrarlo también por fuera, no voy a tener miedo a que los demás se abusen de mí por parecer bueno, porque siempre voy a conservar mi carácter firme, mi voz justa, mi palabra adecuada, mis sentimientos a quien corresponde y con la intensidad que corresponde.

Señor cuánto te amo Jesús, cuánto te amo Señor, quiero permanecer a tu lado Señor este día y todos los días a que alcance mi vida, Señor yo comprendo que si me amás tanto ya no existe más mi enfermedad dentro de mí, tendré que todavía hacer algunos tratamientos o algo pero ya hay un retroceso en mi enfermedad, porque en este mismo instante Señor en que vos te hacés cargo de mi enfermedad, o de mis problemas, o de mi vida en ese mismo instante Señor todo empieza de nuevo, solamente Señor tengo que confiar en vos, porque vos me dijiste que cuando uno te pide algo uno tiene que hacer como si ya lo hubiera concedido porque sino está dudando. Sí Jesús, te repito: este día y todos los días a que alcance la vida, te digo Señor: Jesús de la Misericordia ten compasión de mí, Jesús de la Misericordia ten compasión de mí Señor, Señor Jesús, vos que me amaste desde hace milenios y me seguís amando no me niegues Señor la salud, quiero estar bien Señor, quiero que mi rostro revele toda mi alegría interior, quiero que mi vida se un canto de alabanza a vos Señor porque has entrado en mi vida y la has transformado, depende mí Señor que yo te deje entrar.

Por eso Jesús, saco a un costado todos los argumentos, de esto, que lo otro, que aquí, que allá, Señor no puedo ser y hacer las cosas como si fuera un puente roto, basta, a quien no amaba voy a amar, a quien golpeaba voy a dejar de golpear, a quien hería con mis palabras ya no lo voy a ser, porque vos me dijiste Señor que ame a mis hermanos, a todos, con mas razón a aquellos que tienen mi sangre. En este día Señor sé que haces una limpieza de toda mi herencia y por supuesto toda mi descendencia, para que nadie tenga que soportar cosas viejas, todo empieza de nuevo hoy porque entrás en mi vida Señor... (se corta la grabación) ... .

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