Mensaje del 25 de Enero de 2005

Hombres de todas las latitudes, hombres de buena voluntad, hombres que realmente están deseosos de escuchar la palabra de Dios, no se engañen, que nadie..., que nadie crea que está en la verdad si no está haciendo lo que Yo les digo.

Mensaje del 25 de Enero de 2005

Habla Artemio:

Día 25, la conversión de Pablo.

Dice Jesús:

“Por tanto, que nadie los venga a criticar por lo que comen o beben, por no respetar las fiestas, lunas nuevas o el día sábado. Tales cosas no eran más que sombras, mientras que lo real es la persona de Cristo. No se dejen impresionar por esos que vienen con una religión de temor o con liturgias angélicas. En realidad solo hacen caso de sus propias visiones y se inflan con sus propios pensamientos, en vez de mantenerse en contacto estrecho con aquél que es la cabeza. Él mantiene la unidad del cuerpo entero por un conjunto de nervios y ligamentos y le da firmeza haciéndolo crecer según Dios.
Si ustedes han muerto con Cristo y así se han liberado de los reglamentos del mundo, ¿por qué se dejan adoctrinar ahora como si todavía fueran del mundo?. No tomes esto, no gustes eso, no toques aquello.
Siempre se trata de cosas que se usan, se desgastan y desaparecen, lo que es propio de mandatos y doctrinas de hombres. Todo eso pretende pasar por sabiduría, religión, humildad y desprecio del cuerpo, pero solo sirve para satisfacer la voluntad propia.
No se mientan unos a otros: ustedes se despojan del hombre viejo y de sus vicios y se revistieron del hombre nuevo que no cesa de renovarse a la imagen de su Creador hasta alcanzar el perfecto conocimiento. Ahí no se hace distinción entre judío y griego, circunciso e incircunciso, extranjero, bárbaro, esclavo o libre sino que Cristo es todo en todos.
Pónganse, pues, el vestido que conviene a los elegidos de Dios, sus Santos muy queridos la compasión tierna, la bondad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia. Sopórtense y perdónense unos a otros si uno tiene motivos de quejas contra otro. Como el Señor los perdonó, a su vez hagan ustedes lo mismo.
Por encima de esta vestidura pondrán como cinturón el amor, que lo hace todo perfecto. Así la paz de Cristo reinará en sus corazones, pues para esto fueron llamados y reunidos. Finalmente, sean agradecidos.
Que la palabra de Cristo habite y se sienta a gusto en ustedes. Tengan sabiduría, para que puedan enseñar y aconsejar unos a otros, canten a Dios de todo corazón y con gratitud Salmos, himnos y alabanzas espontáneas. Y todo lo que puedan decir o hacer, háganlo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios por medio de Él”
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Hombres de todas las latitudes, hombres de buena voluntad, hombres que realmente están deseosos de escuchar la palabra de Dios, no se engañen, que nadie..., que nadie crea que está en la verdad si no está haciendo lo que Yo les digo.

Amén.