Oración del 09 de Enero de 2005

Entonces ya desde siempre pasá sanando Señor todo lo que vivieron mis antepasados, porque yo no quiero que dentro de mi cuerpo, de mi alma o dentro de mi espíritu se repitan cosas malas: enfermedades, problemas, defectos físicos, cincuenta mil cosas Señor que a veces cargamos de los que vivieron antes y por supuesto Señor todos aquellos que vendrán después de nosotros.

Oración del 09 de Enero de 2005

Habla Artemio:

Señor, les he recomendado o les he sugerido a estas personas que recen sietes veces la jaculatoria: Jesús en vos confío y un Rosario a tu Madre para ganar las Indulgencias Plenarias y también les dije que pueden hacerlo para los muertos, aunque Jesús no quiere que use la palabra muerte ¿mmm?, Él lo que tiene siempre en la boca el Señor es la palabra amor y si mal no aprendí la palabra amor es lo contrario de muerte, a: partícula que quita, mor: muerte, amor, quita la muerte ¿mmm?, ¿vieron que claro que está?, entonces uno dice: por los que partieron antes se pueden aplicar también las Indulgencias rezando eso ¿mmm?, además días atrás la Madre había dicho que rezando cien Ave Marías realmente se podía lograr tantas cosas hermosas. Esto lo dijo después de la Inmaculada Concepción, porque el Ave María está relacionada con la concepción de Jesús, entonces en la concepción de Jesús allí comienza la historia de nuestra salvación ¿verdad?, por eso la Madre da tanto valor al Ave María ¿mmm?, bien.

En tu nombre Señor, antes de otra cosa, quiero darte gracias Señor por todas las comunicaciones telefónicas o personales de este día en las que anuncian que sus enfermedades se terminaron o tienen una mejoría muy grande o fueron dados de alta ¿verdad?, o que pudieron recuperar la casa que ya se la iban a rematar, o bien que esos parientes tan especiales volvieron, que los hijos que se habían ido hace tiempo también regresaron. Por eso Señor, quiero reconocerte en nombre de todas esas personas ¿eh? los testimonios que han dado, no importan los nombres, vos y yo sabemos que es cierto, el resto, el resto no importa.

En tu nombre Jesús, este día y todos los días a que alcance nuestra vida quiero ofrecerme Señor y junto con mi ofrecimiento todos aquellos que están aquí presentes y también el ofrecimiento de aquellos que no están presentes pero que están presentes en la mente de cada uno, en el amor de cada uno ¿mmm?.
Entonces, humildemente Señor me ofrezco y te ofrezco todos aquellos que realmente quieren estar junto a vos, desde hoy y para siempre, si ayer hicimos el ofrecimiento no está demás que lo volvamos a hacer hoy porque los que se aman se repiten muchas palabras, ¿por qué?, porque uno quiere convencer a la otra parte que le ama: te amo, te amo, te amo, te amo ¿mmm?, una sola bastaría pero el repetir siempre es una forma de decirle al otro: quiero convencerte de esto. Por eso, si todos los días nos ofrecemos Jesús, es porque hay un exceso de amor en nosotros y gracias a vos Señor que hay ese exceso de amor.

Sí Jesús, vos has visto como me ha ido en la vida, has visto tantas cosas Señor, incluso desde antes que nacieras Señor, ya viste mis padres como eran porque todos nacemos en una familia, en un lugar y un tiempo entonces, vos ya veías qué pasaba antes que uno tuviera existencia y en tu mente ya estábamos Señor, entonces ya desde siempre pasá sanando Señor todo lo que vivieron mis antepasados, porque yo no quiero que dentro de mi cuerpo, de mi alma o dentro de mi espíritu se repitan cosas malas: enfermedades, problemas, defectos físicos, cincuenta mil cosas Señor que a veces cargamos de los que vivieron antes y por supuesto Señor todos aquellos que vendrán después de nosotros, que se vean libres de todas las cosas que no son buenas, de por sí ya la vida Señor nos está siempre teniendo en jaque en cuanto a que los demás a veces quieren pasarnos por arriba, los demás siempre nos inoportunan, nos molestan, nos hieren, pero Señor yo eso no lo tengo que tener en cuenta Señor, porque si vos me amás el resto, el resto se arregla Señor, si podemos tener una relación hermosa Señor qué puede importarnos a vos y a mi que nos hieran los demás, si es como querer introducir un cuchillo en una piedra Señor, por más que ellos insistan no puede.

Por eso Jesús, este día te repito y todos los días a que alcance nuestra vida aceptanos Señor que nos entreguemos a tu Corazón, a tu Sagrado Corazón y además pedile a tu Mamá, la Virgen, que también ella nos acepte en su Inmaculado Corazón y no solo por hoy sino para siempre y ahora Señor, que estamos tan cerca de vos, nos animamos a decirte Señor: Jesús de la Misericordia tené compasión de mí, Señor vos que lo entendés todo, lo comprendés todo, lo sabes todo, tené compasión de mí Jesús, te lo pido yo directamente Señor y lo pido a través de tu Mamá que es la Mediadora de todas las Gracias, sí Señor, tené compasión Señor, es decir sentí Señor lo mismo que estoy sintiendo yo Señor, no puedo pensar en otro Señor, ni como le va a otro porque yo tengo que pensar en mi vida, también la de los otros, pero yo tengo que comprender que vos me has creado a tu imagen y semejanza, en consecuencia yo tengo que valorarme ¿mmm?, porque vos no hacés porquerías ¿eh?. Entonces, los otros entran en mi vida pero no por eso tengo que olvidarme de mí Señor, se pueden decir muchas palabras al respecto Señor pero qué necesidad tremenda Señor es que vos estés así dirigiendo nuestros días, alentando nuestras obras, corrigiendo nuestros defectos, perdonando nuestras cosas equivocadas, sanando las heridas viejas y las no tan viejas y las de ahora, sí Jesús, esa es la relación que quiero tener con vos y si estoy en tu Corazón Señor, si me has aceptado, ofrecido, entonces me siento tan cobijado dentro de vos Señor, me siento tan amado Señor por vos.

Por eso, yo sé que vos querés que piense en este momento y no en mañana, porque el mañana es tuyo, pero a veces me asusta un poco el mañana Señor porque tengo miedo a las cosas imprevistas, a una enfermedad que aparezca, a un accidente que ocurra o algún desliz en nuestra vida, por eso Señor libranos de los imprevistos, porque quiero realmente hacer lo que vos querés Señor, porque tu amor es el que me alienta y el que me sustenta, yo no quiero pensar Señor, pensá vos por mí y andá dándome en la conciencia todo lo que necesito para hacer de mi vida algo que valga la pena, ¿y quién me va a decir qué vale la pena?, y vos Señor, porque no puedo esperar que los otros me digan ni tampoco tengo que esperar nada, a los otros tendré que amarlos mucho, con toda mi alma, pero no voy a esperar que me digan nada Señor porque los egoístas son el mundo y nadie abre su boca para darte un aliento, solo vos Jesús, solo vos Señor sos el que alienta y sustenta, vos sos el que sostiene, vos sos el que sana, vos sos el que seca nuestras lágrimas, sos el testigo Señor cuando he engendrado mis hijos, cuando los he visto nacer, sos siempre el testigo en todos los momentos de la vida Señor, y en la medida en que yo lo reconozca y sienta que vos formás parte de todo esto, es como yo soluciono todo, porque desde las cosas más simples a las más complejas veré que está tu mano Señor, no porque vos me mandes cosas adversas o contrarias o terribles, pero al ocurrirme Señor porque los otros hombres pueden jugar conmigo o menospreciarme o lo que sea ¿eh?, vas aprovechar de eso y vas a sacar hermosas enseñanzas, porque en tus manos todo se convierte en oro Señor, incluso los defectos más tremendos y las cosas más injustas que podemos pasar, solamente hay una necesidad Señor, hacé que mi voluntad quiera Señor dejarte aquí en esta Capilla, en este oratorio, aquí en esta fuente que tu Mamá hizo construir para decir que el agua representaba el Espíritu Santo descendiendo sobre nosotros, entonces Señor ayudame a limpiar todo mi pasado Señor, todas las injusticias que padecí, los golpes que me dieron, las cosas que me hicieron, las injusticias que colmaron la medida de mi ser, todo te quiero dejar aquí Señor, las ingratitudes de aquellos que amé y amo, los olvidos de mis hijos o de mis parientes, todo, todos mis defectos Señor que me hicieron hacer tantas tonterías en la vida, ya sé que vos lo perdonaste todo Señor pero hoy quiero dejarlo aquí como una especie de bolsa llena de toda esa basura que ya no me sirve y nunca me sirvió para nada Señor, aquí te dejo Señor en esta pileta, en esta fuente de agua, te dejo todas las cosas que me pasaron, las que te enumeré y las que si sigo enumerando no terminaría nunca, porque antes ya cuando estaba en la panza de mamá pasé tantas cosas, luego el nacimiento y más adelante todos aquellos ¿mmm? que tal vez me hicieron sentir distinto, diferente, todos aquellos que me marginaron, que no me dieron posibilidades, que se rieron de mí, que me amargaron la vida, que le quitaron el sabor a mis horas mejores.

Señor, no tengo nadie en especial que señalarte y todos especialmente para señalarte pero no como una forma de descarga, de broncas Señor sino como una forma de decir: Señor, ante tu amor qué valor puede tener las injusticias que uno sintió sobre sí. Acá dentro hay muchas personas que han padecido tantas injusticias en su vida que hasta las injusticias se le hicieron como... esas partes de la piel que trabajan tanto y que se hacen callos, acá dentro hay hombres y mujeres que tendrían tantas cosas para gritar porque a veces la vida fue un calvario Señor, pero como hoy quiero dejar así todo blanqueado quiero dejártelo aquí Señor por invitación de quién está hablando pero sobre todo que es una invitación tuya Señor, quiero dejarte aquí la bolsa llena de porquerías, porque lo que no me sirve para edificar es una porquería, no sirve, te lo dejo acá Señor porque vos estás ansioso que yo te deje todo porque querés quemar todo con el fuego de tu amor.

Señor, cuando vos hablás de tu Misericordia decís: “si los hombres siquiera vislumbraran un poquito de todo el amor que les tengo, todo sería tan diferente”, y sí Señor, nosotros no valoramos todo lo que vos nos amás, si tenemos una idea vaga de lo que es tu Misericordia pero es tu principal atributo Señor, tu principal condición ¿mmm?, entonces está bien Señor, no logro entender el alcance de tu Misericordia o es muy poquito lo que entiendo pero de cualquier forma Señor aplicá sobre mi vida, sobre la vida de los que amo, sobre la vida de los que yo amo pero ellos no me aman, sobre la vida de los que me hacen a mí la vida imposible, sobre la vida de todos aquellos que tienen algo que ver con mi vida, sobre todos aquellos que de una forma u otra han contribuido para que yo esté aquí en este momento, sí Jesús, sí Señor.

Para vos no es desconocido porque vos fuiste viendo a través del tiempo todo lo que a uno le pasó Señor, pues bien, hoy lo junto todo y te lo entrego Señor, porque quiero irme de acá todo blanqueado, en el sentido que ya no tengo que ni por casualidad sentir rencores, ni broncas, ni orgullo, ni egoísmo ni soberbia ni nada Señor, porque sé que lo que vos valorás es la humildad Señor, es sentirnos nada más que lo que somos, hijos tuyos y herederos de tu Gloria y que si hay en nosotros alguna condición, algo que realmente nos destaque de los demás, que reconozca Señor que son nada más y nada menos que obra tuya.

Sí Jesús, ven, pasa sanando Señor, pasa sanando Señor, pasa sanando toda mi vida y la vida de aquellos que amo Señor y también aquellos que yo amo y no me aman, aquellos que ni me tienen en cuenta pero yo sí los tengo en cuenta, aquellos que no pueden razonar más que lo que le da las luces que tienen, aquellos que no saben amar Señor. Por eso, los presento a todos Señor para que vos los colmes con tus gracias y le des todo para que puedan ser felices Señor porque esa es tu voluntad, que seamos felices Señor.

Entonces Jesús, aunque pueda ser reiterativo Señor pero otra vez te vuelvo a decir: cuánto te amo Señor, te amo mucho Jesús, te amo un montón Señor o como dicen hoy los chicos: un tocazo Señor, te amo un tocazo, ya sé que es poquito al lado de todo lo que me amás vos Jesús, pero yo quiero que no te apartes nunca de mi vida Señor, que estés siempre arriba y abajo, a derecha e izquierda, delante y detrás, para que no me mueva sino solo en vos, con vos y para vos Señor, porque te amo Señor, entendelo Jesús, yo sé que lo entendés pero yo quiero que lo entiendas más todavía Señor: te amo Señor, te amo Señor, te amo tanto Señor, porque además de mi Padre, sos mi amigo, sos mi hermano, sos mi compañero, sos el que está siempre a mi lado y cuando los Discípulos te preguntaron Señor: “cuando tenemos que rezar ¿cómo hacemos?, y le dijiste vos, digan así: Padre Nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo, danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden y no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal, Amén”.

Señor, y ahora queremos decirle a tu Madre algo así como: la Virgen se está peinando, entre cortina y cortina, sus cabellos son de oro y el peine de plata fina. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver al Dios nacer. La Virgen lava pañales y los tiene en el romero, los pajaritos cantando y el romero floreciendo. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben al ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver al Dios nacer. La Virgen se está lavando, con un poco de jabón, se le han picado las manos, manos de mi corazón. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver al Dios nacer.

Ahora mientras escuchamos temas referentes a la sanación voy a pasar a darles la bendición en nombre del Señor de la Misericordia, pensemos en todas las cosas de hoy, no nos vayamos de aquí sin dejar en la fuente del Señor todos nuestros problemas y nuestras cosas, el resto lo hará la Gracia del Señor, Él dice que aquí sobreabunda su Gracia y nosotros porque lo dice Él se lo creemos, entonces seamos conscientes de dejarle todo acá a Él y tratemos de no acordarnos más de las cosas malas que pasamos, que son tantas y además en nombre del Señor, estamos convencidos que Él pasa sanando todas nuestras preocupaciones, problemas, enfermedades o lo que sea.

Estamos en presencia del Señor y seamos generosos, Jesús está aquí, como dice el canto: venid adoradores adoremos, Jesús está aquí.

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