Mensaje del 14 de Febrero de 2004

Por eso Mis queridos, les regalo Mi presencia, la presencia de Mi Mamá, la presencia de todos estos Santos.

Mensaje del 14 de Febrero de 2004

Habla Artemio:

Hoy es tanto como ¿13 o 14?, 14 de Febrero de 2004.

Dice Jesús:

“Bienaventurados, es decir felices aquellos que ven y creen, pero especialmente bienaventurados aquellos que no ven y creen”.

Me siento muy complacido con, con la presencia de estas personas en este día, de estos hijos Míos que vienen de lejos pero que Yo también estoy con ellos diariamente, bueno aquí se viene por Mí ¿no? creo y no por Artemio, porque Yo elegí este lugar para manifestarme junto a Mi Madre, los Santos y todos ¿eh? y en consecuencia, este lugar es Sagrado y todos los días este es el Templo más apreciado por Mí en toda la Tierra porque concreto Mi presencia, en Mi existencia física que es materia incorpórea, pero materia y en consecuencia esta materia tiene todas las características de la materia humana y lo primero que se debe pensar cuando están las apariciones de alguien…, lo primero que se debe pensar es que es una forma de ser más accesible, más tocable, porque como dicen ustedes en un canto: “que hasta me pueden tocar con sus manos”, y sí. Y como leyeron en la palabra: “a Mi Papá no lo pueden ver, al Espíritu Santo tienen que hacer un esfuerzo para oírlo y también para verlo, pero a Mí no, me tienen aquí” y hasta cuando me levanto alguno viene a tocar el asiento para ver si está caliente, ¿o Yo soy frío como un fantasma?, nada que ver, tienen que valorar todo lo humano.

“Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”, bien, entonces…, por eso todo lo que me represente, todo lo que diga de Mí, todo lo que responda a lo Mío es necesario, es importante porque ya la presencia de Dios no es lejana y extraña, porque no es fácil pensar en Dios cuando piensa uno en una Luz muy grande, no, pero cuando me tienen al alcance de la mano y saben que soy el Hijo de Dios y Dios mismo entonces, entonces todo cambia, entonces se enteran que me peino la barba y el cabello con los dedos, tengo las necesidades que tienen ustedes y cuando me emociono también se me caen las lágrimas ¿eh?, eso no implica que Yo no sepa que va a pasar después, así como se me cayeron las lágrimas ante la tumba de Lázaro, Yo sabía que iba a resucitar, sin embargo lloré la muerte de Mi amigo. No creen que en esas lágrimas ustedes se apoyan mucho, es decir apoyan vuestra humanidad, uno quiere estar con los iguales, siempre, es muy humano eso, entonces aquí estoy al alcance de vuestra mano.

Yo sé porqué todos no pueden ver, pero cuántas son las personas que aquí ven, un montón, porque Mis queridos ustedes tienen que pensar esto, no es que Yo venga como dije una vez sino que el que me ve entra en otra dimensión, una dimensión que está siempre entre ustedes, es por eso que Yo estoy con Artemio varias veces en el día y no por eso él se altera, ni se cansa ni nada como cualquiera podría creer, porque al final termina por ser una cosa muy sencilla el entrar en otra dimensión que pueden llamar vida contemplativa, vida mística, de muchas formas pero es entrar en otra dimensión.

Por eso Mis queridos, les regalo Mi presencia, la presencia de Mi Mamá, la presencia de todos estos Santos y aquí detrás de Mí, tocándome el hombro derecho, tengo alguien que amó mucho vuestra tierra, el Padre Gabriel, acuérdense, tienen con él una deuda de gratitud porque los amó profundamente, pero lamentablemente nadie reparó en ello, cantaba como un ángel, realmente era un ángel.

No quiero demorarlos más, sepan que estoy siempre con ustedes, sepan que les amo profundamente, sepan también que nadie viene a este lugar y se va como vino, no, porque Mis queridos se habrán dado cuenta que aquí todo huele a verdad, todo y como dice este Santo Sacerdote que es el Padre Aguirre: aquí lo sobrenatural se vuelve natural y se vive siempre en una vida sobrenatural.

Lleven a vuestros hogares Mi bendición especialísima y sepan Mis queridos, que todos aquellos que pisan este lugar tendrán de Mi parte todas las bendiciones y la protección por siete generaciones, que es decir siempre, este regalo les hago Mis queridos.

Amén.