Mensaje del 25 de Enero de 2004

Bienaventurados porque, creo que la mayoría de ustedes me ha entendido lo que dije en cuanto a donarse, a darse, a entregarse.

Mensaje del 25 de Enero de 2004

Habla Artemio:

Jesús está sentado ahí en la mecedora ¿no?.

Hoy es 25 de Enero de 2004.

Por los que no ven y quieren saber Jesús tiene una túnica, medio desflecada abajo o rota ¿no?, tiene unos cuantos lamparones, es decir está bastante rotosa su túnica, diríamos: tiene tomas de aire ¿mmm? y por supuesto en sus manos que están allí y en sus pies están las llagas como siempre, no sanas, sino viendo de que en cualquier momento puede salir sangre, en la cabeza, en las manos, en los codos, en las rodillas y en el hombro derecho tiene pegada la túnica y le pasa como a nosotros cuando tenemos una herida, se nos pega la tela.

Dice Jesús:

“Bienaventurados todos los que están aquí porque tendré especial consideración de cada uno de ustedes; bienaventurados porque, algunos ven y creen y otros no y creen también; bienaventurados porque, si están aquí es porque me aman”.

Incluso al Hijo de Dios y Dios mismo le encanta cuando le aman, así como le encanta a los seres humanos que los amen y de paso ¿por qué son tan reacios en amar?, aman a los amigos, aman a los que tienen cerca, aman…, pero no, no tanto, deberían amar un poco más, se olvidarían un poco de ustedes y serían más felices. Justamente, en gran parte de la felicidad reside en eso, en olvidarse de uno y pensar en los demás, claro que, olvidarse de uno…, como quien dice: salir de uno para llegar a los otros, pero uno tiene que pensar también en cada uno, porque ¿saben?, son hijos Míos, creados a Mi imagen y semejanza y además son herederos de Mi Gloria.

Bienaventurados porque, vuestros nombres ya están escritos en los Cielos y también los nombres de siete generaciones más, Yo nunca me olvido de aquellos que me aman, no me olvido de nadie pero especialmente de aquellos que me aman y aquellos que no me aman o no creen en Mí Yo estoy en las puertas de su corazón toda una vida si es necesario hasta que me abran las puertas y entonces empezarán una hermosa vida, porque como dije tantas veces se vive tan distinto cuando uno está con el Señor.

Ámense entre ustedes, ámense dignamente, ámense como hermanos, no importa si están cerca o están lejos, no importa cuanto daño le hicieron a ustedes o ustedes hicieron, uno nunca sabe, no importa, amen, amen a todos, porque cuando uno ama se redime, cuando uno se redime está con el Señor y cuando está uno con el Señor de alguna manera es feliz.

Todo es diferente Mis queridos, por eso: bienaventurados, felices, felices porque hoy podemos compartir esta tarde con gente de lugares muy lejanos y otros no tanto y además mientras estamos aquí en oración lo he llevado a Artemio a muchos lugares muy lejos de aquí sin que él supiera a llevar Mi palabra; y ustedes dirán: ¿por qué, él viaja gratis?, no, no, él no viaja gratis, él para viajar primero tuvo que ofrecerse, es decir: Señor, estoy dispuesto a que me lleves adonde haga falta para llevar tu palabra, entonces como ven no es gratis sino que él se donó plenamente entonces Yo puedo llevarlo, todos pueden hacer lo mismo, diciendo simplemente: me entrego Señor en tus manos, hacé de mí lo que quieras, me entrego Señor en tus manos, hacé de mí lo que quieras, y entonces Yo no voy a pedirle más que lo que puedan dar porque…, porque no es Mi estilo ¿no?, pero todos aquellos que puedan sí.

Bienaventurados porque, creo que la mayoría de ustedes me ha entendido lo que dije en cuanto a donarse, a darse, a entregarse, bueno si no lo quieren hacer totalmente al menos una partecita, mirá a Mi me gustan que se den todos, se entreguen todo: Señor me doy totalmente a vos para que hagas conmigo lo que quieras; ¿quiere decir que ya no tienes que preocuparte por vos?, sí, tenés que preocuparte, pero sobre todo tenés que escuchar lo que Yo digo en tu conciencia para que vos puedas edificar tu vida y como se dijo antes: que sean muchos años, muchos, porque la prioridad uno para Mí es sanar a los enfermos y lo ven a lo largo de todo el Evangelio, que Mi primera preocupación cuando llego a cualquier lugar es: “¿dónde están los enfermos? que quiero sanarlos” ¿mmm?.

Entonces, bienaventurados, es decir felices ustedes que confían en que Yo puedo sanarlos, que es decir volver a la normalidad o al orden que Mi Padre allá en el comienzo de los tiempos cuando todas las cosas estaban bien.

Gracias Mis queridos por ser buenos, por ser honestos, por confiar, por amar, los tengo muy grabados en Mi corazón y como les dije: vuestros nombres están escritos en los Cielos pero no solamente vuestros nombres sino siete generaciones más, de ustedes, de cada uno de ustedes.

Nada más por hoy, tengan presente que los amo ¿eh?.

Amén.