Mensaje del 17 de Marzo de 2003

Siempre usen la alabanza para llegar a la adoración del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ¿qué tienen que hacer para ello?, nada, simplemente dejarse llevar por el momento y estar en contemplación de todo lo que ocurre.

Mensaje del 17 de Marzo de 2003

Habla Artemio:

Nosotros te alabamos Señor, nosotros te adoramos, te damos gracias, te pedimos favores y te pedimos perdón, somos concientes Señor en la medida de nuestras posibilidades de que somos hijos tuyos Señor y somos criaturas tuyas Señor y como criatura tuyas nosotros te amamos Señor, te amamos mucho Señor, tal vez no alcancen todos los días de nuestra vida para amarte Señor, pero también abrimos nuestro corazón Señor para que vos entres en él y permanezcas allí para siempre, para que vos nos ames Señor a nosotros, porque lo nuestro es pequeñito, mientras que lo tuyo Señor es enorme y ni siquiera podemos entender.

Señor aquí presente y también tu Madre y todos los Santos te digo que todos nos consagramos nuevamente a tu corazón, a tu amadísimo corazón y también nos consagramos al Inmaculado Corazón de tu Madre, que esta consagración Señor, aunque la repitamos valga para toda una eternidad, desde hoy y para siempre. Señor tenemos mucho gusto en decirte que estamos tan alegres Señor porque aunque nuestro corazón solloce por los hermanos, pero tenemos tu presencia y la de tu Madre dentro de nosotros, fuera, adelante, detrás, arriba, abajo, derecha, izquierda.

Todo esto Señor pasa porque te amamos, te amamos tiernamente, te amamos como podemos, te amamos como nos da nuestro entendimiento la posibilidad de hacerlo, recibí Señor, recibí Señor este acto nuestro, pequeñito, sencillo pero recibí lo mismo que tu Mamá, que reciba esto de nuestra consagración para siempre, por toda una eternidad.

Dice Jesús:

Si todo esto que Yo acabo de oír y ver ocurriera en montones de lugares del mundo, otra sería la realidad que viviríamos, Yo no cuento cuánto son en este momento, aunque tantísimas en tantos pueblos y ciudades y países están reunidos también en este mismo horario para compartir la oración, con todas las intenciones que ustedes tienen; ustedes dirán: pero esto es muy fácil y muy simple, si pero Yo dije: no miro la cantidad sino la disponibilidad, miro la buena voluntad, miro la entrega, miro el poner todo a Mi disposición, entonces eso hace que esto se multiplique en tantos lugares porque Mi Mamá y Yo así lo queremos.

Lo más que admiro en este momento es que ustedes se sienten normales, como si hubieran hecho un acto muy simple, como si hubieran hecho algo corriente y común, eso es lo que importa, el querer hacerse olvidar para que prevalezca el amor del Padre, Mío y del Espíritu Santo, de Mi Madre, de los Santos, de los Arcángeles, de los Ángeles, de los Querubines, de todos, que esto dado a los medios masivos de comunicación sirva como ejemplo de la tarea que puede hacerse por los hermanos, no importa la distancia, no importa el lugar, no importa, nada importa, sí importa el sentirse hermano universal, eso es lo que importa, en otras palabras haber entendido Mi palabra, es haberla puesta en práctica y también es la promesa… (se dio vuelta la cinta) … En un momento te preguntaste hasta que punto valía lo que hiciste recién en lejanas tierras, no lo hagas, porque siempre te digo que vos no hablas sino que el Espíritu Santo habla por vos, entonces no sientas ningún temor de cómo hacer las cosas.

Dice Nuestra Señora:

Que bueno sería si cada mañana al abrir los ojos, cada uno dijera: "he aquí la esclava o esclavo del Señor, hágase en mi según tu palabra", y además si esto fuera dicho con total entrega, con total coherencia interior y exterior, piensen ustedes que la Alianza del Padre con los hombres empieza cumplirse cuando Yo digo: "he aquí la esclava del Señor", entonces todo el amor del Padre se derrama sobre el mundo para que su Hijo tome forma dentro de Mi y "el verbo se hizo carne y habitó entre los hombres", tan grande y enorme y hermoso es todo esto, porque están reviviendo cada vez que lo hagan todos los misterios de la salvación, lo que parecen simples palabras tienen y están tan llenas de contenido que los cielos y la Tierra se estremecen y los Ángeles cantan himnos de alabanzas.

Siempre usen la alabanza para llegar a la adoración del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ¿qué tienen que hacer para ello?, nada, simplemente dejarse llevar por el momento y estar en contemplación de todo lo que ocurre. Es decir, es en gran parte de lo que dijiste al comienzo, el hombre que está en presencia del Señor y no dice una palabra porque todo está dicho, no arma hermosas frases porque no hace falta, El los cuida, ustedes los miran y todo está consumado, háganlo, no se olviden, no piensen en los dolores de la vida ni que les va de una manera, no piensen en nada, dejen que Mi Hijo y Yo pensemos por ustedes en vuestros problemas, ustedes tienen simplemente que entregarse con la simplicidad de un niño, con la ingenuidad de un bebé de pecho y con la santidad que ustedes quisieron tener y que la Trinidad les regala, entonces siempre al abrir los ojos: "he aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra", y verán Mis queridos que todo se transforma, todo es diferente, todo tiene solución.

Sepan cuanto los amo, peor no mientras se los digo solamente, los amo todo el tiempo, desde siempre y para siempre y no solo los días a que alcance vuestra vida, sino por toda una eternidad y si les gusta porque no dicen mañana a alguien que pueda escucharlos: anoche la Madre de Dios me dijo que me ama y que te ama a vos también, no miren la expresión de asombro de quien tiene delante, sigan con naturalidad haciendo vuestro trabajo, cuánto los amo, desde que estoy aquí en forma visible esta noche he puesto Mis ojos en cada uno de ustedes y me he fijado en las necesidades que cada uno tiene y me he fijado en todo lo que necesitan para ser felices y por supuesto ya se lo he presentado a Mi Hijo para que diga: si, así como le dijo al ciego de Jericó cuando él dijo: Señor haz que vea y Mi Hijo le dijo: ve, entonces ustedes esperen que todo aquello que necesitan Mi Hijo ya ha dicho: hágase.

Y para despedirme de ustedes haré lo mismo que hago cuando se duerme, escuchen Mi voz que les dice: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón, arrorró mi niño…

Los amo.

Amén.

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