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Mensaje del 01 de Marzo de 2003

Pero entonces tendría que pensarse en este sentido, ¿qué pesa sobre mis espaldas?, ¿qué responsabilidades pesan sobre mis espaldas?, porque a veces el día menos pensado uno tiene que dar cuenta de lo que pesa sobre sus espaldas, no porque Dios las pida sino porque uno directamente cree conveniente dar cuentas.

Mensaje del 01 de Marzo de 2003

Habla Artemio:

Hoy es 01 de Marzo de 2003.

Hay que ir acomodándose sobre la marcha.

Dice Jesús:

“Yo soy la luz del mundo quien me sigue no anda en tinieblas y quien me sigue tampoco debe tener temores de ninguna naturaleza”.

Porque ¿qué es lo que la gente piensa que podría ser lo peor que puede pasarle a alguien?, que lo destruyan, pero en este caso quedarían miles de hojas escritas y grabaciones y Mensajes diseminados por todo el universo, claro…, y además la muerte no es una cosa que debe asustar a un cristiano porque en todo caso es un beneficio, un beneficio muy grande.

Los escuchaba hablar Yo a ustedes, y por supuesto razonaban como personas, no lo pueden hacer de otra forma. Hay que partir de la base que siempre en todos estos acontecimientos conmocionan a las personas, en lugar de tratar de ubicarse en cuanto a que el Hijo de Dios y Dios mismo y su Madre y los Santos, nunca pueden ser un motivo que debe preocupar a nadie para mal, excepto que uno esté peregrinando sobre la Tierra por senderos demasiado estrechos, pero tan estrechos donde no se puede caminar. Ahora, el problema es que a veces si el que no puede caminar por estrecho que es el sendero tiene que seguirle alguien detrás, entonces se hace difícil porque cuando en un camino no se avanza el resto está como soportando el peso de la impotencia de no poder avanzar.

Quiero ser benévolo y benigno con las palabras, nunca podría querer lastimar a nadie, entiéndanlo; ahora es importante que se lea esa Parábola del Buen Pastor, es sumamente ilustrativa. Vuelvo a repetir: tan lejos está de Mi de querer molestar a alguien, o poner en apuros, o lo que sea, está muy lejos de Mi eso. Pero entonces tendría que pensarse en este sentido, ¿qué pesa sobre mis espaldas?, ¿qué responsabilidades pesan sobre mis espaldas?, porque a veces el día menos pensado uno tiene que dar cuenta de lo que pesa sobre sus espaldas, no porque Dios las pida sino porque uno directamente cree conveniente dar cuentas.

Piensen ustedes por ejemplo, que se le comenta a los niños que si en algún lugar hubiese reparto de golosinas, suponiendo que los niños es lo que realmente quieren ¿no?, bien y esto hace referencia al Evangelio de esta mañana: “dejen que los niños vengan a Mi”. Pero sigamos con lo que les decía, entonces se dice: que hermoso si apareciera en algún lugar alguien que realmente repartiera golosinas a montones, tanto como para saciar a todos los niños, pero tantas golosinas, tantas, tanto dulce, y de repente alguien se entera aunque a medias, o por oídas, o por informaciones confusas, que en tal lugar apareció justamente alguien que tiene golosinas para repartir, golosinas que no acaban nunca. Entonces ¿qué pasa?, yo le informo si me entero de esto a los niños o directamente me hago el sordo, pero en el fondo yo sé que los niños gustan de las golosinas y entonces el que sabe donde alguien reparte golosinas, aunque lo calle, tiene sobre su alma el peso enorme de decir: ¡caramba!, tantos niños esperan un poco de dulce y yo soy el tapón para que ese dulce no llegue a los niños.

Esta comparación parece un poco pequeñita, pero es muy ilustrativa respecto a…, a todo esto ¿no?, muy ilustrativa.

El que quiere oír que oiga.

Dice Santa Faustina:

Claro, si no se hacen como niños no entran en el Reino de los Cielos y después como oímos esta mañana: dejen que los niños vengan a Mi. Claro aquí yo voy a traducir un poquito y digo que: las golosinas son la palabra del Señor y más aún concretamente la Misericordia, pero…, habrá que volver a pensar eso de: si no se hacen como niños no van a entrar en el Reino de los Cielos, en el sentido de…, bueno cómo es un niño, piénsenlo, y piensen también que lo dulce es lo que más les atrae, claro el problema consiste en…, en si tengo un caudal infinito de golosinas y no las reparto, sinceramente les digo que no sé como terminará el razonamiento.

Dice la Madre Teresa:

Bueno, en todo caso hay muchas formas acá, tal vez las mías no sé si eran las mejores, pero eran las que yo necesitaba, yo siempre te dije a vos: no hagas cola, pasá adelante pidiendo permiso y entrá adonde sea y cuando estés adentro pedí disculpas de que entraste, yo creo que es claro esto ¿no?, no, no te queda tan claro, pero ya lo vas a ver más claro.

Dice Santa Teresita:

Es posible que los grandes males de nuestros días, bueno desde siempre ¿no?, pero en nuestros días sea el que por no ahondar la santidad no, no se entienden muchas cosas y miren que se recomienda mucho en muchos círculos la lectura de: Historia de un alma, que es mi vida, entonces habrá que volver a leer esto, aunque ya lo hayamos leído, pero tal vez pidiéndole al Espíritu Santo su presencia activa sobre nosotros, tal vez se logre a entender más.

Dice Nuestra Madre, la Virgen:

Yo no puedo hacer otra cosa que decir lo que dije una vez: “y era una pequeña chiquilla, pero que se animó a decir: he aquí la esclava el Señor, hágase en Mi según tu palabra”.

Por supuesto que el Espíritu Santo me hizo decir todo aquello, porque una chiquilla no podía decir tanto, pero el Señor me había concedido estar llena de gracia, entonces fue posible que Yo dijera: “he aquí la esclava el Señor, hágase en Mí según tu palabra”.

Dice el Padre Pío:

En verdad les digo que…, tantas cosas que me resultan especiales, porque la Mama podía haber hablado después de su Hijo, pero antes hablaron otros. Esto que les quede claro a muchos, que hay muchas formas de ir haciendo las cosas que pueden tener pequeñas variaciones, pero que eso no quita lo esencial, la Mama Nostra seguirá por siempre siendo la Reina, la Reina de todo lo creado, Medianera o Mediadora de todas las Gracias y Co Redentora con su Hijo, hable antes o hable después. Esto es bueno porque les hace ver a muchos enfoques diferentes de la cuestión ¿no?.

Más, yo no puedo expresarme tan bien pero creo que, todos me entendieron.

Dice San Martín de Porres:

Si yo, yo voy a decir algo que no sé si está un poco descolgado de lo que dijeron los demás pero, en última instancia todo hace a lo mismo ¿no?, y bueno, ninguno se anima a decirte que vos corres serios peligros de todo tipo, decí que la Virgen te protege, el Señor te ha señalado con el dedo, sos el Celoso Custodio de sus Mensajes pero eso no quita que sos el blanco de…, bueno de cosas que no voy a decir pero que se pueden imaginar.

Lo que más me resulta extraño es que lo que debería ser una alegría para tantos, pasó a ser un problema y otra cosa que no se entiende es que… hay tantos que esperaron que Nuestra Señora hable y Nuestro Señor también y dijera cosas, diera indicaciones, etc., y cuando alguien aparece, tiene esas locuciones íntimas, comprobadas perfectamente, se tenga miedo de asumir todo eso, evidentemente que no condicen unas cosas con las otras ¿mmm?.

Conmigo fueron un poco más benévolos cuando me autorizaron que podía hacer tanta cantidad de milagros por día, no más, ilustrativo el ejemplo ¿no?, pero ¿saben? yo tenía una ventaja, era negro, bastardo, no había podido llegar a ser cura por esa condición, es decir tenía todo en contra, quién se iba a ocupar de mi y me pusieron esa limitación: no tantos milagros, algunos por día nada más. Claro, que si uno se pone a pensar un poquito en como están todas las cosas así dadas ¿no?, uno supone que cada tiempo que pasa trae más lucidez y en consecuencia…, en estos tiempos post conciliares se supone que el Espíritu Santo está hablando continuamente para quien quiera escucharlo ¿no?, sobre todo se ha fomentado enormemente todo eso para que el gran desconocido dijera tanto a través de los hombres ¿mmm?. Por eso, aunque las entiendo pero hay montones de cosas que daría la impresión que nos las entiendo.

Habla Artemio:

Dice San Benito Abad, el fundador de la orden de los Benedictinos ¿eh?.

Dice San Benito Abad:

Si hablamos de amenazas a lo que se refirió recién San Martín de Porres, yo también quiero expresarme al respecto: el maligno está tentando a mucha gente en contra de vos, y no tengas ningún temor de que alguno diga: que vos tenés complejo de persecución, porque si lo tuvieras obrarías de otra forma. Son cosas elementales dentro de las ciencias especialmente, en este caso, de la psicología, obrarías de otra forma si tuvieras ese complejo, no, aquí es real y concreto, el maligno ha tentado a mucha gente ya y sigue tentando a que se deshagan de la molestia que sos. ¿Qué es ridículo?, sí, pero que el maligno está tentando a muchos también.

Tenés que comprenderlo, para todos aquellos que están bien cerquita al Señor no hay problemas, pero aquellos que no lo están o lo están de una forma relativa, evidentemente que no saben que hacer.

No es para que te asustes, la Madre cuida de vos y la Trinidad también, pero las escaramuzas y otras cosas por el estilo sucedieron, suceden y sucederán, pero no es para preocuparse demasiado. Vos podrías razonar, a lo largo de los tiempos de toda tu vida ¿cuántas veces caminaste por el filo de la navaja? y como vos decís: descalzo, entonces ¿ahora preocuparse?, no, tampoco ser ingenuo de tomar las precauciones necesarias, no juegues con eso, porque vos jugás, dicho buenamente para no tomar precauciones.

Dice el Padre Gabriel Guillén:

Yo dije ayer que era, que… ¿ayer?, sí, que era lógico que había que desensillar hasta que aclare con todo lo mío, sí, pero eso no quita que tengas que pensar en mi vida, en todo lo que me pasó, en todos los golpes, moretones, cicatrices, heridas y todas las cosas por el estilo, hasta la herida final de la muerte ¿no?. Evidentemente que yo estaba mejor si no estaba, para muchos.

En aquella oportunidad también no sabían que hacer conmigo, me decían que no fuera tan rápido, me decían que yo estaba demasiado apurado, me decían tantas cosas, inventaron sobre mi tantas barbaridades y cosas terribles, pero con muy poquitos años tuve que partir a la casa del Padre.

Ya creo que te lo dije que…, que te quiero mucho, por eso te, fui uno de los que insistió ante el Señor de que vos fueras a la República hermana, porque tenías que conocer ciertas cosas y tenían que pasar otras y todas las que van a pasar todavía.

Pero yo siguiendo a San Benito, el cual quise mucho siempre, sostengo sus palabras, me hago eco de sus palabras, condigo con él, cuidado, cuidado.

Habla Artemio:

El Padre Hurtado, protector de la República hermana.

Dice el Padre Hurtado:

Yo ayer vine y dije que te iba a dar muchos regalos y uno de esos regalos es que…, que yo te cuide especialmente, porque ¿cuántas veces fuiste a mi casa ya?, a descubrir al Señor y a estar con mis hermanos ¿mmm?.

Adelante, como vos a veces les decís a los demás: nadie puede detener a un hombre cuando el Señor le da la fuerza para caminar, más vale que no se pongan delante, o ¿acaso no dijo Jesús que vos sos la locomotora y Él el que la conduce?.
Habla Artemio:

El Señor ahora quiere que lea la palabra…

Apareció una lámina donde dice: una señal estupenda apareció en el cielo, una mujer vestida de sol con lunas bajo sus pies y una corona dos estrellas. Entonces vamos hacia atrás a ver que dice… el Salmo 112, 111: “¡alégrense!, feliz el hombre que teme al Señor, que encuentra en sus mandatos su contento, tendrán poder sus hijos en la Tierra… (se corta la grabación) ….

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