Mensaje del 26 de Febrero de 2003

Habla Artemio:

Hoy es 26 de Febrero de 2003.

Señora, como hoy hay dos reuniones seguramente en una venís vos y en la otra vendrá Jesús, no sé cuáles son tus objetivos de este día ni sé qué nos vas a decir en tu Mensaje Señora.

Dice Nuestra Madre, la Virgen:

Hoy comienzo con lo mismo que les dije ayer, vine acompañada como siempre con Santa Teresita de Lissieux, Santa Faustina y todos los Santos, Ángeles, Arcángeles, Querubines y como dije ayer: “Mi alma engrandece al Señor y se alegra Mi espíritu en Dios Mi salvador, porque fijó los ojos en la pequeñez de su esclava, en adelante todas las generaciones me llamarán Bienaventurada”.

Y todo aquel que sigue la palabra de Mi Hijo también será bienaventurado y tendrá un futuro hermoso y ya un presente, un presente con todos los problemas que pueden tener los hombres pero, siempre dentro del proyecto del Señor, de Mi Hijo ¿mmm?, y además la Bienaventuranza Eterna; es decir, ustedes se pusieron a pensar lo que es que un buen día cuando uno cierre los ojos tenga delante de sí toda una eternidad, que puede ser de muchas formas, “dichosos aquellos que pueden ir a contemplar el rostro del Padre para siempre, porque tendrán un amor que no termina nunca”.

Hoy vos dijiste, que Yo ayer, había opinado sobre lo que habían hablado, sí, es cierto, Yo asentí, dije que sí, que era verdad, pero puedo mostrar muy poco porque el futuro, cuando faltan muchas cosas que pasen, resulta extraño y difícil, entonces no se lo entiende, por eso vivan naturalmente sin preocuparse por todo eso que vendrá, no, no, no se preocupen ¿mmm?. ¿Será grande todo?, muy grande, así como sabe hacer las cosas el Señor y todas las palabras pronunciadas por Mi Hijo y por Mi serán todas cumplidas para siempre, todas.

Se corta la grabación………………………