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Mensaje del 10 de Febrero de 2003

Yo estoy al lado de aquellos que sufren y solo intervengo cuando me lo piden, porque Yo no puedo vulnerar la libertad de nadie; por eso, ahí donde viene uno y hace diez, pongan más amor que él y harán cientos.

Mensaje del 10 de Febrero de 2003

Habla Artemio:

10 de Febrero de 2003.

Dice Jesús:

“Yo vine al mundo para que todos oyeran Mi voz y creyeran en Mis palabras, por eso todo aquel que cree en Mi se salvará”.

Entreguen a este hombre en Mis manos y después descansen haciendo oración, porque la Trinidad hará con él todo lo mejor, es importante que lo diga hoy para continuar las palabras que vos dijiste antes, para pensar en la sanación de alguien y hay que amarle profundamente y pedirme a Mi que entre en su corazón, que entre en todo su sistema sanguíneo, circulatorio para llevar a las partes afectadas la sanación. La fe siempre es un salto al vacío, abandonándose en la esperanza de que el amor todo lo puede, todo lo consigue, todo lo transforma, todo lo puede.

Yo estoy al lado de aquellos que sufren y solo intervengo cuando me lo piden, porque Yo no puedo vulnerar la libertad de nadie; por eso, ahí donde viene uno y hace diez, pongan más amor que él y harán cientos.

“Yo soy el camino, la verdad y la vida, quien me sigue a Mi no nada en tinieblas”, quien me sigue a Mi puede tener la paz y la seguridad de aquellos que todo lo han conseguido, todo lo pueden, todo lo solucionan, todo lo realizan; es por eso que, como digo siempre: todos aquellos que pisan este suelo de esta casa, hasta la tierra de su calzado se vuelve sagrada, porque este lugar de la pampa gringa elegí Yo para venir, ya desde hace ocho años y Mi Mensaje es el Mensaje de la Misericordia, que quiere decir el Mensaje del amor por excelencia; ¿qué hay que rezar?, dirán ustedes, Yo digo simplemente: invoquen a Mi Madre como el Inmaculado Corazón de María, invoquen a la Trinidad diciendo el Gloria, e invóquenme a Mí diciendo simplemente: Jesús en vos confío.

Que nada les atormente ni les quite la paz, porque Yo soy la paz y vine a traerles la paz, quien confía en Mi tendrá la paz para siempre, quien confía en Mi no se perderá, porque Mi amor es eterno y eterna es Mi Misericordia. Esto que estamos viendo es la prueba más evidente de lo que es el Pueblo de Dios, un conjunto de personas que de repente se conocen y ya tienen objetivos en común: amarse y amar, esto es el Pueblo de Dios en pequeño, pero Pueblo de Dios al fin.

Entonces…, ningún temor, nada, nada que pueda enturbiar todo aquello que representa el amor obrando sobre todos los hombres. Ámenme y déjense amar por Mi, tengo tantas ganas de estar en vuestro corazón, así es también el propósito de Mi Mamá, tantas ganas tiene de estar en vuestro corazón y es tan simple decir: Jesús entrá, Madre entrá, y a partir de ese instante se sentirán tan fuertes y poderosos que dirán: si el Señor y su Madre están conmigo ¿quién contra mi?, pobres de aquellos que estén contra de Mí porque desaparecen como las estrellas al salir el sol.

Tengan la paz que solamente Yo puedo darles, estén en paz y nada teman, nada, nada.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)