Mensaje del 08 de Febrero de 2003

Por eso, ante alguien que sufre, no digan: Jesús también sufrió, porque el que está sufriendo, le sigue doliendo su sufrimiento y no puede ponerse a comparar; hay muchas cosas que se dicen así por decirlo nada más, pero que no tiene ningún efecto positivo.

Mensaje del 08 de Febrero de 2003

Habla Artemio:

Hoy es 08, si 08 de Febrero de 2003.

Señor Jesús, uno te alaba en los momentos buenos y en los momentos malos; uno te alaba de día, de noche y al amanecer; uno te alaba Señor con el corazón partido y también te alaba con el corazón sano. Señor, uno te alaba siempre, porque vos sos siempre digno de alabanza y todas las cosas que ocurren en el mundo Señor, aquellas que están hechas con nuestra libertad Señor, vos miras, observas todo y callas viendo como usamos nuestra libertad y distinto es Señor cuando uno ofreció su libertad, entonces uno entra dentro de tu proyecto y piensa Señor que todo lo que pasa forma parte del proyecto.

Ahora, esto ocurre así con uno, pero a veces los que están cerca de uno no se han ofrecido y entonces hay un juego de libertades donde vos sos un testigo, miras las cosas, pero… no podes meterte en la libertad de uno, entonces con dolor Señor vos observaras hasta que punto el dolor traspasa los corazones y vos tenes que mirar de afuera Señor para no interferir la libertad de los seres humanos porque, el Padre en un principio y siempre nos creó libres, por eso que uno trata de asomarse y querer ver algo claro respecto a todo esto que pasó.

Duele Señor, siempre duele la ausencia irremediable, siempre duele Señor, por mas que la muerte es un gran bien pero duele Señor, aquellos que quedan esperando al que ya no viene, queriendo oír a quién ya no habla, buscando la mirada de alguien que cerró sus ojos, queriendo la caricia de manos que ya no tienen vida, entonces todo se vuelve como difícil Señor, difícil para el que lo sufre en forma directa y difícil para quién lo sufre observando todo. ¿Yo me figuro Señor?, esas criaturas querrán acordarse Señor de cómo fue el saludo que les hizo su mamá antes de irse, su mamá tenía derechos de irse y nadie piensa que haya culpables de ninguna naturaleza pero… ¿qué se le dice Señor, a un niño cuando espera a quién no llega más?.

Entonces uno se pone en la posición del que busca palabras en su interior para encontrar alguna que exprese algo, yo personalmente dije: pero... Jesús no puede querer nuestro mal, así que el va a ayudarnos porque en esto Él no tiene culpas.

Nadie me dijo nada, pero yo vi en la mente de los chicos: ¿por qué Dios si todo lo puede se llevó a mi mamá?, ellos no saben que El no se la llevó, que los hombres tienen ciertas reglas del juego donde pasan estas cosas. El otro día un muchacho de cuarenta años me decía: no voy a poder soportar que mi mamá se haya ido, perdón que mi papá se haya ido; entonces yo le dije: me parece que tu razonamiento es un poco egoísta porque tu papá tenía ya ochenta y tres años y vos cuarenta y vos no sos un bebé de pecho y tu papá vivió toda una vida y además estas en una posición óptima para seguir luchando, entonces me parece normal que llores, pero por otra parte me parece que detrás de esas lágrimas hay un poco de egoísmo, de querer retener a alguien a pesar del tiempo y de todo, con más de cuarenta años vos ya podes, creo, defenderte, no sos un bebe de pecho. Pero no sé si vale o no vale mi razonamiento, porque el seguía llorando, ahora yo me figuro Señor y me planteo aquellas palabras del Evangelio que: “ningún padre le da piedras a un hijo que le pide pan y una víbora al que le pide un pescado”.

Señor, y pienso en toda la Tierra, en los cinco continentes y la cantidad de niños que están en las misma condiciones y también pienso Señor, como harás vos para multiplicarte en cientos de miles y miles, para llevar el consuelo a quién sufre. Si, es cierto, que uno piensa que los padres siguen protegiendo a sus hijos aunque ya no estén, pero… Señor también hay que pensar en que los hijos cuando son chicos necesitan una figura humana y como decíamos antes: manos tibias que acaricien, ojos que miren, labios que den consejo y cincuenta cosas más. Señor que embrollado que es este mundo ¿no?, porque las cosas pasan a pesar de todo y vos estas cerca de nosotros y nos consolas y nos das tu aliento, pero no hay duda de que todo es un valle de lágrimas.

Sí, ¿sabes Señor? uno quisiera tener las palabras justas y exactas para que fueran bálsamo y cuando una persona es grande Señor, puede decir: te ofrezco este dolor, pero un niño, se queda atragantado con la comida que no hizo su mamá y se queda mirando a lo lejos cuando ve que ya no viene; en el fondo del ser de cada uno, hay una reacción diferente en cada caso, totalmente diferente.

Señor… vos que estas, que sos siempre testigo de todo Señor, hacé descender tu gracia Señor para que el sufrimiento, a pesar de que tenemos que tenerlo, no sea tan grande como para deshacernos y destruirnos. Sí, felizmente cada día el hombre entiende más, que en las cosas horribles vos no estas metido sino que los hombres la provocan y después la sufren, pero en este caso particular Señor, sé generoso Señor con esos niños, sé generoso Señor y que no piensen que su madre está allá dentro de una caja, encerrada para siempre, sino que crean o que por lo menos vislumbren, que su mamá sigue estando con ellos; como el otro día cuando vino esa niña de diecinueve años, que le dijo que su papá estaba en la luna y le dice: no mamá, no está en la luna, está ahí al lado de la puerta.

Ya que hoy Señor, me han hecho conocer a estos cuatro mártires: Plácido, Eustiquio, Victorino y Flavia, te pido que los pongas de protectores permanente de esos dos niños para que pierdan la noción del tiempo y para que encuentren refugio en algo, sí Señor, por algo los trajiste aquí esta mañana a estos cuatro Santos, por algo los trajiste.

Y ahora Señor, te escucho a vos, te escuchamos a vos.

Dice Jesús:

Es cierto, lo que decía Santa Teresa: de que la vida sobre la Tierra era tan corta como pasar la noche en un hotel, en comparación con la eternidad, pero también reconozco que para algunos es mucho más corta aún.

El gran drama del hombre, está en acostumbrarse a la idea que un día tiene que morir, no tanto porque tiene que morir sino por el echo de que a quién tiene que dejar y cada uno cree que todavía no le dio a quién deja todo lo el amor suficiente que debió darle.

Todos aquellos que argumentan el dolor de Mi Mamá, cuando me ve en la cruz, o los dolores que Yo padecí en la crucifixión, Yo creo que no hacen bien, porque olvidan que Mi Mamá hacía toda una vida que se preparaba para eso y Yo también y es muy distinto sufrir cuando uno tiene los objetivos bien claros por qué se está sufriendo, totalmente distinto.

Por eso, ante alguien que sufre, no digan: Jesús también sufrió, porque el que está sufriendo, le sigue doliendo su sufrimiento y no puede ponerse a comparar; hay muchas cosas que se dicen así por decirlo nada más, pero que no tiene ningún efecto positivo.

Solamente les digo esto, piensen en la Economía Divina que, que Mi Misericordia es tan, pero tan, pero tan grande que alcanza para todo, incluso para…, en este caso, ser un bálsamo para esos niños que ya no tendrán las caricias de su madre. En estos casos similares es mejor no pensar o si prefieren piensen con el corazón, porque estas cosas no pueden razonarse, porque si uno las razona enloquece, entonces parecería que es obvio pensar en cualquier cosa que está delante de mi o dejarme llevar simplemente por el vuelo de un pájaro, o el agua tibia que acaricia el cuerpo, o las gotas de lluvia que me mojan, pero nunca ensayemos fórmulas razonadas de consuelo, porque no solamente que hacemos el ridículo sino que además nos sentimos ridículos porque sabemos que no sirven para nada. Es mejor el silencio, pero un silencio conciente, donde las palabras no llegan pero si llega el corazón para entender todo, que muchas veces el entender todo es una forma de no entender nada, pero que le agrega cierta dulzura a cosas que ni por casualidad suenan a dulces.

Ante el que sufre, es preferible guardar silencio, hasta que los mecanismos espirituales, psicológicos y físicos empiezan a engendrar otras fuerzas para continuar y cuando ya se está en edad para entender, tomar conciencia de que las separaciones son momentáneas, no es un consuelo ni es la zanahoria que hace caminar al burro, es una realidad, más allá de todo loro sufrimiento está el amor para siempre. Ya sé qué me dirán: ¿y mientras tanto?, mientras tanto también pensar en ese amor para siempre.

Amén.

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