Mensaje del 04 de Febrero de 2003

Si, por supuesto, quiero estar reposando en vuestro corazón hoy y siempre; quiero que abran vuestro corazón porque Yo quiero amarlos, quiero protegerlos, quiero darles todo lo que ustedes necesitan para que sean felices.

Mensaje del 04 de Febrero de 2003

Habla Artemio:

04 de Febrero de 2003.

Te estamos agradecidos Señor porque con toda tu Misericordia, con toda tu bondad, con todo lo que vos sos capaz Señor, has pasado sanando, nosotros que estamos aquí presentes y las personas por las cuales te invocamos, Señor tené especialmente en cuenta, tenenos a todos especialmente en cuenta y aquellas personas de la cuál una de ella nos preocupa especialmente hoy que se sane Señor, por ella, por su criatura, por su esposo, porque todo está en un tembladeral que se puede venir abajo, hay necesidad Señor que vos sanes, hay necesidad que sanes o que pongas delante un especialista que le de el medicamento justo, pero todo lo hereditario Señor que allí hay a rollete, este… tenes que sanarlo vos Señor ¿eh?.

Sananos Señor a nosotros, todo aquello que ves que no está a la altura de nosotros como seres humanos delante de tuyo, porque no podemos estar adelante tuyo Señor siendo indignos de estarlo; ya sé Señor que para vos no hay nadie indigno, ya lo sé, pero uno quiere estar delante de vos Señor de la mejor forma posible ¿mmm?, uno piensa aquello de que: cae la noche, las aves del campo tienen sus nidos, las fieras sus madrigueras y el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza; entonces Señor uno quiere hacerse digno para que vos vengas a nuestro corazón y reclines tu cabeza en nuestro corazón pero no por hoy nomás sino para siempre Señor, que permanezcas con nosotros ¿mmm? y también nos acordamos Señor de que cuando vos llamabas a los discípulos les decías: “ven, sígueme”.

Entonces tenemos que tener en cuenta todo lo que nos pueden decir los pastores, los sacerdotes, pero a veces no están a nuestra altura, no porque nosotros somos más altos o más bajos sino porque son de una manera que a lo mejor no nos comprenden, no nos entienden, entonces la solución está en seguir tus palabras Señor, cuando les decías a los discípulos: “ven, sígueme”; no le decías: vení, seguí todo esto que está acá; no, no, no, a mi ¿eh?, vos como Jesús decías: “ven, sígueme”; o ¿acaso no hacías eso con los discípulos?: vengan, Yo los voy hacer pescadores de hombres ¿mmm?, bien. Es decir, tenemos que ser muy cuidados y respetuosos de todas las instituciones, de toda la organización que mantiene todo este edificio, pero en el fondo de mi corazón Señor, yo tengo que seguirte a vos y ¿por qué?, porque sé Señor que nadie me va a comprender tanto como vos, nadie me va a aliviar tanto como vos, nadie me va a dar todo lo que vos me das, nadie me va amar como vos me amas y no por un día o dos sino por toda una eternidad. Es decir, el único amor que tenemos seguro Señor es el tuyo, no hay otro amor así seguro, es el único que va a durar por toda una eternidad, por eso Señor confiamos tanto en vos porque vos no nos fallas nunca Señor, jamás, podemos pensar que vos nos vas a fallar Señor.

Dice Jesús:


Es cierto, quién me sigue a Mi no anda en tinieblas; quién me sigue a Mi ya no tiene más miedo; quién me sigue a Mi ya no tiene ningún temor de los hombres; quién me sigue a Mi sabe que todo lo que Yo le prometí lo voy a cumplir y sabe que Yo siempre le voy a perdonar todas las ofensas, porque uno de Mis sinónimos es la palabra perdón…

Habla Artemio:

Entonces Señor qué mejor que estar con vos.

Dice Jesús:

Si, por supuesto, quiero estar reposando en vuestro corazón hoy y siempre; quiero que abran vuestro corazón porque Yo quiero amarlos, quiero protegerlos, quiero darles todo lo que ustedes necesitan para que sean felices, ábranme vuestro corazón de par en par, déjenme entrar, hace milenios que estoy esperando, ya en el seno de Mi Padre los conocía y los amaba y los amé siempre y los sigo amando hoy y los amaré por toda una eternidad. Es tan poco lo que pido, que me abran vuestro corazón; todo esto… ¿a cambio de qué?, a cambio de nada, porque todo amor verdadero es gratuito, todo amor verdadero es gratuito y ese es el amor que les tengo Mis queridos, ese es el amor que desde siempre y para siempre está con ustedes en Mi parte.

Les amo tiernamente, he estado tanto tiempo con ustedes hoy, he mirado cada una de vuestras partes y de las partes de las personas que me pidieron y en cada uno fui dejando Mi sanación, ahora es una cuestión de tiempo, pequeño, un poquito más largo, un poquito, depende de cada ser humano, pero tengan la seguridad de que dónde Mis manos pasaron, dónde Mi pensamiento pasó y sobre todo dónde Mi amor les colmó de gracia, todo será plenificado y resuelto para bien. “Ámense unos a otros como Yo los he amado”, ámense, ámense como hoy se han amado, que no solamente han pedido por ustedes sino por todos aquellos que necesitan de que Mi amor los sane. Los amos profundamente y quiero que siempre sean Mis compañeros, Mis amigos, Mis hermanos porque no hay mayor felicidad para Mi, que estar en vuestros corazones para siempre.

Amén.

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