Mensaje del 18 de Enero de 2003

Como decía el Santo Profeta: "han taladrado Mis manos y Mis pies y se pueden contar todos Mis huesos" y derramé Mi sangre para pagar todas las deudas, pero el hombre se empeña en no entender estas cosas.

Mensaje del 18 de Enero de 2003

Habla Artemio:

18 de Enero de 2003.

Dice Jesús:

"Yo soy el camino, la verdad y la vida, quién me sigue no anda en tinieblas".

Te escuchaba recién atentamente cuando hablabas y no puedo decirte otra cosa que tenés razón y todo eso que te duele a vos también me duele a Mi y no de hoy ¿eh? hace mucho tiempo; alguno diría: dos mil años, nooo, desde que estaba en el corazón de Mi Padre, en el momento de la creación ya me dolían todas estas cosas.

Cuando el Espíritu revoloteaba sobre las aguas y Mi Papá miraba toda la obra realizaba, cuando Él pensaba que todo esta bien, que todo tenía orden y cuando todo tenía orden, bueno después el hombre hizo tantas cosas y siempre se empeñó en desordenar todo, pero con estas venidas aquí, en medio de la pampa gringa, para hablarles a los hombres de todo el mundo, en primera y última instancia, es querer restituir de alguna forma el orden que Mi Papá imprimió en todas las cosas del universo. Por supuesto lo dije siempre, el maligno se va a encargar siempre de hacer de la suyas pero, pero los hombres al comenzar este milenio tienen que tener su oportunidad ¿mmm? de alinearse dentro de una forma de vida que no es otra que la forma de vida del amor, como decía San Agustín: "ama y has lo que quieras ", pero se empeñan en no escuchar eso de San Agustín y eso que lo dijo en el Siglo IV, tendrían que saberlo de memoria ya ¿no? "Ama y has lo que quieras".

La palabra amor, como hablaste bastante de esto y Yo también quiero decir algo, la palabra amor es lo máximo ¿no?, tal es así que el amor entre Mi Papá y Yo es también Dios, tercera persona de la Trinidad, el Espíritu Santo y todo lo que pasa en la Tierra tiene una sola explicación, si es a través del amor sino… como vos decís: apaguemos las velas y vayamos. Pero hace dos mil años me dejaron en este estado a Mí, se ven Mis manos, se ven Mis pies, como decía el Santo Profeta: "han taladrado Mis manos y Mis pies y se pueden contar todos Mis huesos" y derramé Mi sangre para pagar todas las deudas, pero el hombre se empeña en no entender estas cosas, pero hay que seguir insistiendo ¿no? hasta que llegará un día en que las entienda y así pueda vivir bien, en paz; por supuesto que quien ha pasado a este lado ya, está viviendo en esa realidad y no por un día o dos, sino para siempre.

Yo te vi hacer esos comentarios sobre aquellas personas que se relacionaron con vos allá en donde estuviste, como ves me cuidé muy bien decir dónde y es cierto, es posible que ellos hayan hecho un Dios personal, a su manera, sí, evidente, cada uno puede tener su opinión, porque Yo quiero unidad no uniformidad, pero… ellos creen que llegaron a todo y todavía no empezaron. Pero les han hecho creer, le han inculcado, le han metido en la cabeza que ya han llegado, claro tienen que ir perfeccionándose un poquito todos los días, que…, porque han llegado, no empezaron todavía. No, por supuesto, algunos si y se nota de lejos aquellos que si y tampoco han llegado sino que están en camino, porque como decía Francisco de Asís: la conversión dura hasta el último día.

Y ahora… Yo me pregunto: bueno, el sacrificio no fue tan terrible ¿no?, pero adquiere una dimensión muy grande porque fue hecho por amor, eso no quita que Mis heridas dolían en aquel entonces y siguen doliendo y la sangre sigue saliendo y Yo sigo pagando. El drama está en que la mayoría no lo entiende así y lamentablemente es como decías vos el otro día: muerden la mano que les da de comer, porque uno pagó las deudas y las sigue pagando. ¿A cambio de qué?, a cambio de nada, sí, por supuesto que me gusta muchísimo cuando abren vuestro corazón y me dejan reclinar Mi cabeza en el, no les pido nada o tan poco y el deseo permanente de amarlos, no un día o dos sino por toda una eternidad, ¿por qué?, porque nos justifica nada sobre la Tierra si no es por amor y así como lo describías antes: ese que en este momento está acarreando cosas, pesos grandes o el otro que regresa a su casa con el sudor en su frente y en su cuerpo y todos aquellos que padecen en los Hospitales y en las cárceles y en los neuropsiquiátricos y en todos lados…, evidentemente que ellos con su dolor y su peso, evidentemente que están amando mucho más que otros, que creen amar pero figuran nada más.

Yo no digo nada, espero, toda una vida espero, ahí en frente de la puerta de cada uno para que me abran y me dejen entrar; ¿para qué?, ¿para pedirles algo?, ¿qué rindan cuenta de algo?, Yo quiero amarlos nada más, Yo no les pido nada, ni que pidan perdón de nada, ni que…, nada, porque si me abrís la puerta para que entre a tu corazón ya me has dicho que sí a todo; ¿a todo qué?, a que puedo seguir amándote a vos y a cada uno de los hombres aunque me golpeen, me destruyan, cometan injusticias, sean malditos pero sigo esperando que me den un lugarcito nomás a pesar de todo, porque no tengo otro oficio que el de amar. Me adjudicaron sí otros oficios como el de castigar y poner a pruebas esto, lo otro, lo de más allá, no, no tengo otro oficio que el de amar así como Mi Papá, desde siempre y para siempre y tampoco jamás condeno a nadie, en todo caso el hombre si quiere puede condenarse a sí mismo pero jamás recibirá una condena de Mi parte, nunca. No se olviden que esto es palabra del Señor, que no es poco decir ¿eh?.

Bueno Mis queridos, los voy a dejar hoy, el Mensaje de hoy es breve ¿no? pero creo que dice mucho, piensen en todo esto, pero no por favor con la cabeza no, con el corazón piénsenlo, la cabeza se equivoca siempre, el corazón no, no, por eso la gente se consagra a Mi Sagrado Corazón y no a Mi Sagrada mente ¿no? Sí, necesitamos razonar también, claro, pero lo que vale es lo que se piensa con el corazón, no se equivoca nunca, nunca dije, nunca; ¿tanto Señor? dirán ustedes, y si, porque aunque que, aunque se equivocara, Yo aprovecho ese error para sacar un beneficio.

Gracias Mis queridos por todo, por esta constancia de ocho años de esperarme siempre, donde sea y como sea, habiendo poquitos o muchos, pero siempre esperando y con esa alegría contenida porque el Hijo de Dios y Dios mismo viene a traer su palabra para todos los hombres y no falta mucho para que todos los hombres masivamente la escuchen, se los digo Yo, que soy Jesús, el Hijo de Dios y Dios mismo.

Los amo ¿eh?.

Amén.