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Mensaje del 13 de Enero de 2003 (1º)

Ahora… es necesario entender también, que ese amor desmesurado tan grande, como lo manifiesta la Misericordia Divina ¿no?, es algo que al no poder ser comprendido, directamente se lo pasa a un plano de una expresión de deseos.

Mensaje del 13 de Enero de 2003

Habla Artemio:

Hoy es 13, hoy es 13 de Enero de 2003.

Uno cuando uno graba Señor, uno siempre puede pensar que es la última grabación Señor ¿no? pero vos decís que no, no es así. Que te parece Señor si ya que el deseaba tanto que yo intercediera delante de vos para sanarse, que te parece que si nombro a M. G. Santo Protector, el no sabe de estas cosas pero estando cerca tuyo ya debe saberlas a qué me refiero, me refiero que tengan un curso favorable y rápido, todo esto que está analizando Monseñor Rovai ¿no es cierto?.

Dice Jesús:

No debe ser para vos una preocupación de cuánto se demoran, qué hacen, qué no hacen, vos seguí nomás recibiendo Mis Mensajes, que de una u otra forma están teniendo la facultad de redimir a la humanidad, es decir se hace posible que Mi Misericordia llegue.

Ahora bien, Yo comprendo que no es tan fácil entender en profundidad todo lo referente a la Misericordia, no evidentemente que no, pero… el ser humano tendría que hacer un esfuerzo, ¿de qué forma?, bueno comparando los momentos sublimes de amor que se puede vivir entre los seres humanos elevando eso, para decirlo de alguna forma, a la enésima potencia. Ahora bien, o sino tener por ejemplo en mente cómo es posible que una piedra dura, durísima, de un momento para otro se rompiera en mil pedacitos distintos sin que nadie ejerciera sobre ella ninguna fuerza especial; por ejemplo es una forma de decir, por ejemplo… el mirar una semilla y hacer que nazca, es decir reviente su envoltura y salga un brote, así como si fuera algo inverosímil, algo…, bueno increíble directamente, es decir pensar como una semilla sin que tenga ni calor, ni humedad, ni tierra propicia ni nada ¿verdad?, de repente, rompe su envoltura y empieza a crecer un brote sin que reciba nada.

Es decir, pensar en esa situación de cómo puede crecer una pequeña plántula, cómo puede crecer sin que nadie la esté sustentando ¿eh?, esa es una de las tantísimas cosas o lo que dije recién de la piedra que se desintegra sin que tenga ninguna fuerza ¿no? y podríamos citar muchas cosas por el estilo.

Ahora… es necesario entender también, que ese amor desmesurado tan grande, como lo manifiesta la Misericordia Divina ¿no?, es algo que al no poder ser comprendido, directamente se lo pasa a un plano de una expresión de deseos, por ejemplo… situarse en un lugar determinado y pensar que, con el pensamiento llegar hasta un pequeño poblado, muy lejano en el extremo del planeta y confiar tan ciegamente en la posibilidad que tiene el Señor de derramar su Misericordia si uno le está prestando esa expresión de deseos que está mucho más allá de todo cálculo y de todo pensamiento. Es decir, creer hasta en cosas que para la razón pueden resultar ridículas, lo que decía recién por ejemplo de la plántula que crece sin recibir ningún nutrimento de nada ni de nadie; es decir allí está claro hasta qué punto la Misericordia del Señor estaría actuando ¿no es cierto?, entonces sería como decirme a Mi: dame la mano Señor y vamos a recorrer el mundo, dame la mano Señor, vamos a recorrer el mundo y de esa forma llevar, llevar esto que es increíble e inverosímil, que es algo que está fuera de todo cálculo, creer en eso ciegamente.

Creo que me explico bien… (se corta la grabación) …., es decir no entendiéndolo porque sería una facultad de pensamiento, sino esa expresión de deseos de decir: penetro en el cuerpo de este hombre porque el Señor me manda, me ordena que lo haga, que use su poder, que empiece a correr por su sangre y lleve a los lugares más recónditos, a los lugares más inaccesibles, toda una carga de afecto pero en forma de sanación para destruir células malignas que están destruyendo un organismo.

Yo estoy convencido de una cosa, cuando el hombre realmente quiere dejar entrar en él todo Mi Espíritu Santo para que sea posible el actuar de la Misericordia hasta en la, en las cosas más terribles, incluso tener la seguridad de que uno se coloca delante de alguien que ya ha muerto y le dice con seguridad: arriba. Pero esto no tiene que ser obra en un momento determinado, de un capricho momentáneo, para ver como se manifiesta la Misericordia, no, es decir tiene que haber una real necesidad para que ese cuerpo deje el ataúd y se levante. Quiero expresar lo siguiente, no pueden las cosas realizarse porque sí, porque a alguien se le antoja que esto debe ser así, sino donde hay una verdadera necesidad. Ahora, el hombre… (se corta la grabación) …, en la misma situación ó que el Señor estaría calculando exactamente lo mismo que calcula el hombre, no, no, no, puede que alguna vez coincida, como no, pero en la mayoría de las veces no, las cosas van por otros caminos; es decir como la Trinidad se mueve dentro de parámetros donde no hay ni pasado ni futuro sino que es un continuo presente, entonces eso cambia toda la perspectiva ya que se ve, se sabe a la perfección qué es lo que conviene y qué es lo que no conviene o por lo menos no conviene en su totalidad, o si bien puede ser reemplazado por otra cosa.

Bueno, no quiero perder el hilo de esta Revelación sobre todo porque al hombre lo coloca ante la posibilidad de ser un puente de la Providencia para resolver todo; es decir Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es decir la Trinidad, a través del hombre, resolvería todo si el acto de fe fuera perfecto. Ahora ¿y puede llegar a ser perfecto un acto de fe?, ahí también viene a unirse a este planteo la necesidad de que el hombre considere también, es decir no solamente que el Señor quiere sino que uno como hombre también lo está deseando en su grado máximo. Se sobreentiende siempre dentro de la dimensión del amor, vuelvo a explicar, es decir la idea de, del amor que el hombre tiene, del amor que obra milagros, es tan precaria pero tan precaria que, es decir le resulta tremendamente difícil al Señor hacer algo cuando no está todo el campo propicio.

Lo digo con otras palabras, acuérdense del Evangelio cuando se explica con claridad: “el Señor se retiró de tal pueblo, ciudad, sin hacer ningún milagro porque la gente no tenía fe”, entonces como ven el milagro, si bien depende de Mí, también depende del hombre que lo invoca al Señor o el que lo recibe, que sea como una verdadera necesidad, el amor como necesidad, así con toda la gravedad que eso tiene; es decir: esto tiene que ser así Señor, porque es necesario que tal persona se salve porque, sin decirlo pero estar convencido de que salvándose, solamente se pueden remediar todo lo que hay que remediar.

Tal vez esto lo haga entender más y también haga entender hasta que punto ¿no es cierto?, todo depende de la Trinidad, pero el hombre tiene que pensar en que él tiene que dar al máximo, en este caso su expresión de deseo, para que algo se realice como el quiere que se realice. Es decir se sobreentiende que en los actos así sublimes de amor, nunca se da un capricho; es decir que algo sucede porque a Mi se me ocurre que tiene que suceder, es decir nunca hay que asociar ¿no?, nunca hay que asociar el amor al capricho.

Concretamente, es decir: sí quiero esto, porque quiero que sea así, porque a mi se me antoja, que sea de esta forma, es decir normalmente, quién pide algo con fuerza es posible que lo haga en forma vehemente, pero como una consecuencia de su convencimiento, pero no por un capricho o para demostrar algo en especial, salvo que sea una situación como la de, la de Lázaro cuando Yo digo: sí, esto tenía que suceder así para que la gente creyera. Claro, allí ustedes ven que no es un capricho Mío, sino directamente había una necesidad fundamental que eso pasara para que se vieran las consecuencias.

Nunca podemos agotar el tema de la Misericordia porque si nosotros vemos como algo grandioso ¿verdad?, un acto de amor humano, siempre en el fondo está un poco, no sé si decir contaminado pero algo parecido ¿mmm?, o bien por la expresión de deseos, o bien por intereses creados o bien… por cincuenta cosas, que en sí son malas pero que sutilmente están influyendo, porque el hombre lo, aunque lo quiera con toda su alma, nunca se independiza totalmente de sus características humanas entonces a nivel concientes, subconscientes, inconscientes o como quieran ¿no?, pero siempre hay allá en el fondo, digamos algo, que lo impulsa a hacer esto o lo otro. Por supuesto que hay situaciones muy gruesas y situaciones pero sumamente sutiles, tanto que el que lo siente no se da cuenta, no se da cuenta.

Bien, el tema da para tanto pero es necesario por ejemplo, incluso uno mismo, el hombre probarse hasta que punto desea que algo pase realmente ¿no?, probarse ¿verdad? y aunque no esté pidiendo al Señor un milagro ni mucho menos, pero conviene saber hasta que punto uno puede llegar en la situación de querer algo y quererlo con toda intensidad y también esto es una cuestión de práctica y también por supuesto, es una iluminación cada vez más cercana y totalizante del Espíritu Santo que llega hasta el ser humano, pasa a través del el y llega hasta lo que ese ser humano está pensando que debe realizarse.

No quiero complicar las cosas, solamente decir que la Misericordia es todo, es lo máximo como amor obrando ¿verdad?, pero también el ser humano tiene que llevar cada vez a límites más avanzados su expresión clarísima de que esto podría ser de esta manera. Es decir, como si hubiese la necesidad de que el hombre tuviera que convencerme a Mí de que algo debe hacerse, al mismo tiempo sabiendo que eso que debe hacerse y el lo necesita así compulsivamente que se haga, pero al mismo tiempo sabiendo que no depende de el sino de Mi que se haga, pero que el hombre debe poner totalmente de su parte todo lo que tiene a su alcance, en cuestiones de fe, etc., para que algo se realice y esto es ¿en qué ordenes?, ¿a quién?, ¿para quién?, ¿cómo?, ¿dónde?, ¿cuándo?, en todos los casos, en todos. Es decir, si un milagro es como detener las leyes naturales para modificarlas como a uno se le antoja, dicho en el buen sentido antoja ¿no?, bueno pero… el milagro va por allí y todos aquellos que incluso dicen estar iluminados por el Espíritu Santo y todo por el estilo, no, no puede nadie decir: mi posición es la más completa, la más exacta, la más perfecta porque tal vez se encuentra con alguien delante de el que sin decirlo puede mucho más, eso lo ve el Señor nada más.

Así que todos aquellos que… creen ¿verdad? que por haberse sustentado en libros de teologías con principios básicos, sobre todo lo que concierne al trabajo de la Trinidad sobre el mundo, como si lo supieran todo, Yo les digo: saben relativamente y en cuanto a las posibilidades de creatividad que tiene la Providencia, esto ya lo dije una vez, están directamente faltando porque nunca un ser humano puede darse una idea ni remotísima, hasta dónde puede llegar la Providencia y por otra parte, no por otra parte sino directamente en el mismo sentido, los alcances de la creatividad de la Providencia.

Es hermoso todo esto pero ¿saben cuándo se vuelve hermoso?, cuando existe en el hombre, en forma tanto gruesa como sutil, la humildad hasta las últimas consecuencias. Es decir, si alguien dice no a este planteo ¿verdad?, que puede hacerlo un hombre tranquilamente, si dice: no, esto no, está como poniendo límites al poder creador del Señor y eso es una ofensa muy grande a la Trinidad. Lo que ocurre que esos que creen dominar tan a la perfección los diversos derechos ¿no? tendrían que saber que esos derechos fueron inspiración del Espíritu Santo, pero no quita que el Espíritu Santo pueda seguir inspirando para perfeccionar aquello que a lo mejor fue precario, no por el Espíritu Santo en sí, sino porque la mente del hombre que recibió al Espíritu Santo era precaria. Porque sino las cosas vistas así desde el comienzo tendría que haberse dado todo, si el hombre marcha hacia un estadio de plenitud total y en este momento aún no lo tiene ni por casualidad, entonces ¿quién se atreve a negar la posibilidad de cualquier tipo de gracia, o de milagro, o de participación divina que salga totalmente de los esquemas que el hombre está acostumbrado a ver? ¿no?.

Este es un llamado muy intensísimo, ¿a quién?, a todos aquellos que creen que la ley la manejan en totalidad, completamente, ellos es como si lo supieran todo, entonces el que se maneja con el principio: yo lo sé todo, está empezando por negar la excelencia en el prójimo; es decir el que esta delante de Mi puede dominar mucho más tal vez, es decir nunca uno tiene que llegar a tener la soberbia tan grande como para decir: lo sé todo. Es decir, pudo haberse aprendido un libro de derecho canónico de memoria, pero aprendió de memoria lo que está escrito en ese libro, no lo que en adelante puede seguir haciendo la Providencia del Señor ¿eh?.

No cometan nunca la torpeza, jamás cometan la torpeza de decir: si, esto está en el catecismo de la Santa Madre Iglesia, si está aquí es, si no está aquí no es, despacio, porque puede que no esté ahí y ser, sin faltar a ningún dogma sino como una manera o forma de decir algo desde una dimensión distinta, en el fondo todo va a parar a un mismo lugar ¿verdad? pero, entonces en esa variedad tan grande, de formas diversas en que podría manifestarse la Providencia, la Misericordia, etc., en ese momento estamos reconociendo que: esto que esta aquí en este libro yo puedo conocerlo de memoria pero no debo descartar cuanto puedo agregarle a este libro aún ¿eh?, porque nadie es tonto para no darse cuenta que dentro de cien años muchas cosas dichas hoy, aunque tengan la misma verdad, pero cuando pase un tiempo necesitará ser dicha de otra manera de acuerdo a las circunstancias y a los diversos elementos que maneja el hombre de ese tiempo que le toca vivir.

Así que repito, no considerar que uno lo sabe todo, porque sabe libros básicos y fundamentales de memoria, de cabo a rabo, al derecho y al revés, no, porque están cayendo en el error muy grande de suponer la Providencia Divina como agotada. Si uno se los dice a ellos, dicen: nooo, pero yo tengo que ser custodio de esto, sí, que sean custodio de eso, claro, pero que a su vez estén abiertos para ver si eso ya puede ser mejorado de alguna forma o dicho de alguna manera en que no había sido dicho antes y que contemple la situación especial de un hombre determinado, con problemas determinados, en situaciones determinadas, etc. Claro, algunos dirán: sí, pero, de esta manera entonces nos movemos siempre dentro de un terreno relativo, no, no ¿por qué?, porque se nota cuando algo se desprende de una verdad, aunque sea dicho de otra forma y parezca algo diferente, se nota por elementales leyes de la evidencia y además por qué no usar aquellos métodos de algunos Doctores de la Iglesia que después de haber escrito algo lo ponían al lado del Sagrario y esperaban a que Yo ahí le dijera si habían escrito bien o escrito mal y en que debían corregir.

Y si repito las cosas es porque me parece que tengo que repetirlas, pero hay una tendencia en muchos doctos señores en querer ignorar por completo la excelencia en el prójimo, si está en la Sagrada palabra de que hay que considerar al otro siempre como el ser que a lo mejor puede ver las cosas más claras que Yo, pero aquellos que se atan a ciertos esquemas fijos y de los cuales nadie los puede mover porque creen que son realmente los guardianes de la fe ¿mmm?, entonces esas personas en su posición, están cerrando los caminos del Señor.

Esto es mucho más largo, no sé si largo pero tiene que ser explicado mucho más creo.

Se corta la grabación………………………………………

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