Mensaje del 30 de Marzo de 2003

Cada uno tiene, si quiere, la Luz suficiente para distinguir claramente la verdad del engaño, distinguir claramente la verdad de la mentira, el amor del odio, y lo que es nada más que una opinión de una certeza absoluta total y definitiva.

Mensaje del 30 de Marzo de 2003

Habla Artemio:

"… sobre la roca y la casa no se cae porque está sobre la roca. Yo construí una casa, yo construí una casa, sobre la roca construí. Yo construí una casa, yo construí una casa, sobre la roca construí y la casa no se cae porque está sobre la roca, y la casa no se cae porque está sobre la roca. Yo construí una casa, yo construí una casa, sobre la roca construí. Yo construí una casa, yo construí una casa, sobre la roca construí y la casa no se cae porque está sobre la roca, y la casa no se cae porque está sobre la roca".

Bueno, Señor a lo largo del día, durante la noche, Señor en toda nuestra vida, a pesar de todo, a pesar de ser precarios, a pesar de ser débiles, a pesar de no amar como Tú quieres que amemos, te decimos Señor con toda nuestra fe, con todas las fuerzas que tenemos en este día y todas las fuerzas a que alcance nuestra vida: Yo soy de Jesús, yo soy de Jesús, yo soy de Jesús y soy de su Madre Santísima, yo soy de Jesús.

Señor que cada acto de nuestra vida, que cada momento que vivamos, que cada cosa que hagamos esté bajo la advocación constante de tu Madre que intercede y de Vos que concedes Señor, pero no sólo lo que podemos pedirte en especial sino sobre todo nos concedes, el amor Señor que hace que podamos vivir a pesar de todo; Vos nos concedes tu gracia Señor que permites que nuestra vida llena de miseria se vuelva una preciosura; vos hacés posible Señor que con tu Misericordia estemos libres de cometer maldades y pecados; vos hacés posible Señor que estando en tu proyecto tengamos la iluminación constante del Espíritu Santo, a cada momento, a cada instante, para que no cometamos errores, para que no cometamos nada que vos no quieras Señor, por una razón muy simple, porque el Espíritu Santo nos está iluminando a cada momento, entonces de esa forma nos veremos libres Señor de todo mal y de todo pecado.

En tu nombre Señor, en tu nombre, todo lo hacemos en tu nombre, por eso Señor no nos defraudes nunca Señor, más allá de todas nuestras precariedades, de nuestras deficiencias, de nuestras tonterías, de nuestra boca que a veces no dice exactamente lo que tu Espíritu quiere que digamos, pero más allá de eso confiamos siempre en que tu Misericordia llenará todo lo que es necesario para todo lo que es posible, remediará todos los males y hará que nosotros siempre, siempre estemos con vos Señor, pero no por un día o dos sino por toda una eternidad.

Todos somos peregrinos hacia la Jerusalén celestial, que en ese peregrinaje Señor no haya tantos gestos de disgustos, de dolor, que sea posible Señor que nuestra peregrinación no esté tan llena de espinas y sin sabores Señor. Oye nuestras súplicas, que nuestras plegarias lleguen hasta vos por intercesión de tu Madre Santísima, Señor que nuestras plegarias conmuevan tu corazón y hagan nuestra vida un poco más vivible Señor, que tu acción poderosísima permita que vayamos cantando siempre por la vida, como cantamos hoy Señor las cosas más variadas y las cosas más emocionantes.

Sabemos que hemos construido la casa sobre la roca, es decir sabemos entonces que los vendavales no la echarán al suelo ni la destruirán, sabemos que las tormentas golpearán fuerte sobre las paredes, sabemos también que la lluvia, el granizo y las piedras querrán infundirnos miedo, querrán hacer que tengamos mucho temor Señor, pero si tenemos conciencia Señor que la roca, es decir vos, estás inconmovible sabemos con certeza que nunca nada malo nos puede pasar, eso te pedimos Señor, andar por la vida con la seguridad, con la certeza absoluta que estando bajo tu mirada, sintiendo el calor de tus manos, sintiendo también que en nuestro rostro está llegando tu respiración, sabiendo que de tu corazón salen rayos que están realmente, esos rayos que realmente mejoran de nuestra vida hasta las cosas más feas e indecibles.

Señor esa es nuestra esperanza, por eso Señor peregrinamos confiados hacia la Jerusalén celestial, donde esperamos en ese día que lleguemos ver al Padre con todo su esplendor Señor y en ese momento tal vez tomemos total conciencia de lo que es haber vivido, de lo que es haber pasado por el mundo y haber cruzado por los pantanos más dolorosos, por haber pasado tal vez pisando la tierra que tiene sangre de nuestros hermanos, tal vez habiendo recogido las flores que nacen de la boca de los muertos, hacia los cuales tenemos que dirigir nuestras plegarias para que gocen eternamente de la beatitud y la Bienaventuranza eterna. Es hermoso Señor transitar los caminos de la vida sabiendo que uno va tomado de tu mano y de la mano de tu Madre Santa.

Señor todos aquellos que padecemos miles y miles de cosas, quema Señor todo con el fuego de tu corazón, con todos esos rayos que salen de tu corazón lleno de Misericordia, quema Señor, no solamente toda nuestra vida sino nuestro pasado y el pasado de nuestro pasado y no sólo de nosotros sino de todos aquellos que nos rodean, aquellos con los que convivimos, aquellos que se relacionan con nosotros y también con todos aquellos que no conocemos pero sabemos que están poblando las distintas partes de todos los continentes. Señor que los rayos de tu Divina Misericordia alcancen a todos los corazones Señor, sobre todo aquellos que están más duros que las piedras, aquellos corazones que son estériles, aquellos corazones que no saben amar Señor, aquellos corazones que nunca han prestado atención a todo lo que sos vos Señor y aquellos corazones que no han tenido la suerte de que nadie le haya dicho: yo conozco al que es el camino, la verdad y la vida, yo conozco el que es la luz del mundo y quien sigue ese resplandor no se pierde nunca, que llegue a todos tu luz Señor aunque no sepan de quien proviene esa luz y no sepan ni siquiera pronunciar tu nombre, porque los hombres tan aferrados como estamos a las cosas del mundo, todavía no nos hemos dado tiempo para llegar a cada uno de aquellos por los cuales vos has muerto un día en la cruz y resucitado; por aquellos, por todos nosotros que hemos recibido las gracias de tu sangre preciosísima, pero no sabemos valorar, aún no tenemos en cuenta aunque sea en pequeña escala de todo lo que es la preciosísima que salió de tu corazón y aún sigue saliendo de tu corazón y de tus heridas, para pagar todas nuestra deudas y las dudas de todo los hombres.

Señor que no esté lejano el día donde haya un solo rebaño y un solo pastor. Señor que esté muy cercano el día en que podamos pasear por los caminos del Arca de Noé que vos vas a construir aquí, porque vos lo dijiste, vos lo elegiste, vos lo armaste, vos los proyectaste junto a tu Madre Señor y que esta Arca de Noé realmente sea, realmente sea esta arca el lugar donde miles y miles y después millones y millones puedan encontrarte Señor por fin.

Tal vez este sea el comienzo y aunque falte Milenios para llegar a la Jerusalén celestial no importa Señor, nosotros confesamos que hemos vivido Señor para servirte, hemos vivido para estar disponibles, con la seguridad que tu gracia y tu Misericordia nos permitirá ver a todos esa arca funcionando, navegando en el mar de la humanidad, porque si bien tendrá un lugar determinado pero navegara en el mar de la humanidad y no por un día o dos sino por toda una eternidad. Señor todo esto decimos en este día y todos los días a que alcance nuestra vida porque siempre bien lo sabemos no existe otra riqueza mayor Señor que estar en tus brazos y sentir, sentir muy cerca de nosotros tu corazón que nos llena de agua viva y nos quema para siempre con el fuego de tu amor.

Señor te pedimos humildemente que a cada instante corrobores con todo lo que veamos, cada una de las cosas que pedimos, cada una de las cosas en las que creemos, cada una de las cosas que estamos programando junto a vos Señor. Te pedimos ansiosos Señor a cada instante y aunque no lo hagamos a cada instante pero vos recibilo a cada instante, que aquellas voluntades que están en contra o no quieren el Arca de Noé vos doblegues sus corazones como el mimbre y el sauce que con una pequeña brisa se agitan y van donde la brisa quieren vos, que a todos esos hombres que están en la vereda del frente también les llegue tú Espíritu Santo como una brisa para llevarlos de aquí para allá, como vos quieres que ellos vayan hoy y siempre. Señor que nada se detengan, porque es tuyo Señor, es tu obra Señor, es tu obra Señor, en consecuencia nosotros somos nada más que testigos, nada más que testigos de lo que vos estás construyendo desde siempre y para siempre.

Todo esto Señor porque queremos que vuelva a haber todo el orden que imprimió tu Papá desde el comienzo, cuando el Espíritu aleteaba sobre las aguas y cuando ya tenías en tu corazón tu Hijo y tu Hijo nos tenía a nosotros en su corazón. Pronto, muy pronto, tal vez mañana queremos ver como vos corroborás tu obra, queremos ver como nadie te detiene, queremos ver como vos estás siempre dándole fuerza a aquellos que vos pusiste a caminar.

Dice Jesús:

Mi querido, vos no hablaste, habló el Espíritu Santo que es Dios también, solamente que vos dijiste en primera persona y lo dijiste como una invocación, pero todo esto Yo lo he dictado, me lo he dictado a Mí mismo, aquellos que miran las cosas y digan: ¿qué es esto de que el Señor se dice a sí mismo las cosas?, y sí, la Providencia tiene tantos recursos, tiene tanta creatividad que realiza estas cosas con la mayor naturalidad, con la mayor humildad, porque ya es hora que tengan en cuenta y que a todos se les haga carne que el Espíritu Santo sopla donde quiere y también que no olviden que el más grande de los pecados es no creer en el Espíritu Santo, el no oír lo que el Espíritu Santo le dicta a cada uno en la conciencia, porque todo hombre tiene la Luz suficiente que Yo les he dado para saber cuando su conciencia, en su conciencia Yo les hablo, les digo, les sugiero, les prometo y realizo todas las cosas, en el fondo nadie se engaña cuando es su propia conciencia que dice y cuando es Mi voz, porque Mi voz no se puede confundir con ninguna otra voz. Por allí aparecen los falsos profetas que dicen hablar en Mi nombre, pero nunca Mi Palabra puede conducir a la muerte de los hermanos, Mi Palabra no puede conducir a todas las agresiones que hay sobre la tierra, no puede conducir a ningún tipo de guerra.

Cada uno tiene, si quiere, la Luz suficiente para distinguir claramente la verdad del engaño, distinguir claramente la verdad de la mentira, el amor del odio, y lo que es nada más que una opinión de una certeza absoluta total y definitiva.

Amén.

Habla Artemio:

Todo esto pasa porque nosotros un buen día decidimos construir nuestra casa sobre la roca, hemos decidido ser de Jesús, hemos decidido pertenecer a Él para siempre, porque estamos enamorados del Señor y le pedimos a Él que el enamoramiento que tenemos no nos pase, sino que al contrario cada día se agrande más hasta colmar totalmente nuestro ser y los seres hasta los que llega nuestra palabra y nuestras oraciones.

El Señor con toda la generosidad que lo caracteriza, con todo el amor del que es posible, con todo la Misericordia levanta la mano para que su bendición descienda sobre todo lo que hemos dicho, lo que hemos deseado, lo que hemos pedido, sobre todo, sobre cada una de las cosas de los hombres, de su vida, todo por supuesto.

Dice Jesús:

Que es posible en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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