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Mensaje del 03 de Noviembre de 2001

Desde siempre el Padre esperó el momento propicio para enviarme a la Tierra hasta que un día lo hizo, tomé carne en el cuerpo de María, Mi Mamá, viví y morí en una cruz entre dos, para los hombres, delincuentes. Mensaje del 03 de Noviembre de 2001

Dice Jesús:

Y en el principio era el Verbo y el Verbo era Dios y el Verbo estaba en Dios, el Verbo vino a los hombres y los hombres no lo reconocen.

Desde siempre el Padre esperó el momento propicio para enviarme a la Tierra hasta que un día lo hizo, tomé carne en el cuerpo de María, Mi Mamá, viví y morí en una cruz entre dos, para los hombres, delincuentes.

Quiero que piensen un poquito hoy en cuánto los amó el Padre, cuánto los amó el Padre para mandarme a Mí, a su propio Hijo, a morir en una forma tan ignominiosa, cuánto fue el amor de Mi Padre, Él también mostró su Misericordia con los hombres, el término Misericordia se ve a lo largo y a lo ancho de la Sagrada Escritura pero siempre los hombres esquivaron la palabra y sobre todo el contenido de la palabra Misericordia.

Es decir, entiéndanlo bien, en la mente humana hay dos planteos esenciales en cuanto a todas estas cosas, hay una tendencia innata en el hombre de querer hacer pagar deudas, todos tienen que pagar y se lo hace ver a Mi Padre siempre como el gran castigador y sin embargo el Padre sacrifica a su Hijo en mano de ladrones para traer la redención a los hombres.

Decía que en el hombre se mueven dos conceptos fundamentales, ya es histórico eso, el hacer pagar las deudas, pagar las deudas, pagar las deudas y culturalmente en la antigüedad se vivía para guerrear y entonces también la cultura se metió dentro del judaísmo para hacer ver al Padre como un Dios guerrero que hacía pagar las deudas inexorablemente, pero no es tan así ni mucho menos, un Padre que envía a su Hijo a la muerte para salvar a los hombres no puede ser tan guerrero que digamos, pero está en la naturaleza humana que tiene mala levadura el deseo casi constante de que todos tienen que pagar, todos tienen que pagar. Y cuando el hombre paga no es porque Dios le exige eso pagar sino porque los otros hombres le exigen la paga.

Está muy mezclado todo esto dentro de la historia de la cristiandad y del pueblo hebreo, está todo muy mezclado culturalmente, para que tengan un ejemplo piensen cómo era considerada la mujer por los judíos y como es considerada actualmente y sin embargo el Padre elige a María libre de manchas para que naciera el Redentor y la mujer que era fruto de desprecios y toda clase de castigos sin que Yo entre en detalles porque culturalmente lo saben, en María, Mi Mamá se eleva la condición de la mujer y en consecuencia se eleva la condición de la familia, ya la mujer en el hogar es la reina y Mi Mamá asunta al Cielo, es coronada Reina y Señora de todo lo creado, imagínense ustedes para la cultura de los judíos lo que esto representaba, ellos que lamentablemente todavía muchos al levantarse agradecen haber nacido varones, dicho con todo respeto y con todo Mi amor, no tome a mal esto, nadie, solamente evoco un aspecto cultural de la situación para que vean, para que establezcan la diferencia entre la mujer judía y a la condición que le da Mi Padre a la mujer.

En las entrañas de una mujer Yo tomé vida y no hace falta que diga que fue María, Mi Mamá en toda Mi vida y en Mi muerte.

Por eso, vuelvo otra vez al comienzo, el hombre siempre tiene un deseo de castigar, castigar y castigar y nada más contrario a la Misericordia que el castigo, el hombre, al hombre no lo castiga Dios, se castiga a sí mismo viviendo de una manera y haciendo uso de su libertad de una manera.

Lo saben muy bien que si un hijo le pide pan a su padre éste no le da una piedra, no quiero Yo desordenar nada pero cuántas cosas habría que revisar en el Antiguo Testamento y además se pierde en el tiempo crónicas y crónicas de unos y otros, a veces de oídas e influidos por la cultura del momento y la cultura de los ancestros y se filtra muchas veces en todos lados la palabra castigo, nada tan lejos del Señor como castigar. Pero si ustedes estudian bien la situación se van a dar cuenta que el hombre es el que quiere castigar siempre, quiere castigar y Yo soy la Misericordia, vine por la Misericordia de Mi Padre y vengo aquí a traer los Mensajes de la Misericordia, parece ser que todos esos conceptos de Misericordia a lo largo de la historia están vacíos de contenido.

No podemos hablar de Misericordia si no estamos hablando del amor y repito otra vez, que lo que dejé allá a Santa Faustina en la década de 30 del siglo pasado lo continuo acá, pero puedo asegurarles una cosa, que estos Mensajes no tienen la misma desventura que aquellos que vivieron sepultados durante tanos años y todavía hay países que prácticamente ignoran que soy el Señor de la Misericordia y Yo inauguré hace tanto la era de la Misericordia pero sobre todo debe prevalecer en este Tercer Milenio la Misericordia.

No se engañen con las peleas fortuitas de los hombres que se entretienen como niños y otros sacan tantas ganancias con eso, pero todo esto termia porque, porque Yo digo que va a terminarse, porque el hombre debe prevalecer, en él debe prevalecer todos sus derechos, no digo ya que esto sea el juicio final donde todo se va a poner en orden pero por muchos siglos vamos a vivir de otra forma, seguiremos luchando contra el maligno pero de otra manera, con más armas. Si el hombre hubiera puesto en práctica su Misericordia y hubiera escuchado la Misericordia de Dios otra sería la historia, no tendríamos tres cuartas partes de la historia haciendo guerras, el hombre no escuchó el mensaje del Señor, no entendió el amor que le tuvo al hombre al enviarme a Mí a la Tierra a morir muerte de cruz para derramar Mi sangre por todos, ¡no lo entendió!.

Entonces, no canten victoria pensando en que están bien en estos pueblos que parecería que todo está en paz, no, no está en paz, hay otra guerra interior donde los hombres están llenos de orgullos, vanidades, soberbias y otras cosas, esta es tierra de misión como Mozambique o muchos pueblos del África o de donde sea, es tierra de misión, o ustedes creen que porque ven los Templos llenos los domingos las cosas están bien, no Mis queridos, no, no, van a tomar Mi Cuerpo y salen a la calle y ni miran al hermano, no han tomado Mi Cuerpo porque eso no vale, no tiene sentido, no sirve. Realmente ha tomado Mi Cuerpo aquél que tiene en su corazón la actitud permanente de mirar a todos los que lo rodean como si fueran hermanos, como hermanos.

Ven Mis queridos que están en tierra de misión, nada hay peor como aquél que cree que está en lo seguro y que está haciendo bien las cosas, pero habrá que replantearse de nuevo, habrá que descubrir todo si no lo han descubierto todavía. Mi Corazón está lleno de congoja porque el hombre siempre, siempre habla de lo mismo y los ministros de la palabra se ponen muy contentos cuando los Templos están llenos pero esos Templos llenos cuánto de genuino hay ahí dentro. Por supuesto que hay santas excepciones pero no es lo que parece Mis queridos, no se llamen a engaño, es otra cosa todo lo que pasa.

Por eso, Mi llamado a la Misericordia, habrá que sentarse junto al hermano o compartir la mesa con alguien y si uno no le dice te amo hermano pero al menos que con la mirada se le esté diciendo: no hay distancias entre nosotros porque nos amamos y uso la palabra amar porque el alma no tiene sexo, el alma no tiene sexo, en consecuencia la palabra que hay que usar es la palabra amor, amar, amar, el querer se queda a mitad de camino, es un esfuerzo de la voluntad pero se queda a mitad de camino.

Han pasado dos milenios Mis queridos y muchos milenios más atrás y todo sigue igual, comparando tal vez había más injusticias antes que ahora, muchas más, ya lo he referido oportunamente, ¿quieren ustedes algo tan trágico como la inquisición?, toda la segregación que hubo a través del tiempo, todo el problema de las razas. ¿Por qué creen ustedes que se demoró tanto en evangelizar el África?, Mis queridos, se creía que los negros no estaban adentro de los hombres, estaban en un grado inferior y sin embargo había cerebros ilustres que decían estar inspirados por el Espíritu Santo, el Espíritu Santo no pudo haberles inspirado semejantes barbaridades.

Algunos conceptos los he repetido pero nunca dicho de la misma forma sino siempre buscando un ángulo diferente.

Yo sé que Mis palabras tienen que ser siempre más, así suaves, pero no puedo por eso faltar a la verdad y decir las cosas tal cual son.

Estoy aquí llamando a la era de la Misericordia, hombres de todas las latitudes, de todos los colores y de todas las razas, siéntense a la mesa a compartir el pan, siéntense a la mesa a mirarse a los ojos y amarse. Se pierda el concepto de la cama común y prevalezca el concepto de la mesa en común, ese es un concepto muy antiguo de la cama común, tal vez pertenezca a otra época aunque habría que mirar en esta también si no pasa en gran parte lo mismo.

Los amo, los amo tiernamente y Mis heridas están siempre sangrando por todos los hombres, Yo no hago ninguna distinción porque todos son hermanos e hijos de un mismo Padre que está en los Cielos.

Los amo, los amo, los amo, hagan ustedes lo mismo entre ustedes, pero esta vez en serio.

Dice Nuestra Señora:

Desde el primer día que Yo vine aquí hablé de la Gran Cruzada del Espíritu Santo, también les dije que el Tercer Milenio iba a ser invadido por el Espíritu Santo, cantidades enormes, Mi Hijo, el Padre y el Espíritu se derramarían sobre todos los continentes y lo está haciendo a pesar de que haya otras apariencias.

Yo amo tanto a los hombres, los amo tanto, por eso los invito nuevamente a que digan conmigo: he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.
Digan sí a la palabra del Señor, digan sí, ¿tienen miedo, temor?, ¿temen que el Señor después invada vuestra vida?, Mis queridos, que más quisiera, tal vez no quede otra alternativa, dejarse invadir por el Señor para que le llene el corazón de todo lo necesario para ser feliz.

El hombre no es feliz, el hombre no tiene paz, el hombre vive sin alegría, el hombre debe decirle sí como lo hice Yo una vez. En adelante, dice el Magnificat, me llamaran Bienaventurada todas las generaciones por haber dicho sí al Padre.

Mis queridos no se puede vivir como están viviendo los hombres, no se puede vivir de esa manera, por eso estas Apariciones y estos Mensajes al comenzar el Tercer Milenio y antes de comenzar el Tercer Milenio porque el Señor, Mi Hijo, lo va a hacer todo nuevo, se los dije cincuenta veces pero se los digo, quedarán muchos en la vereda del frente no queriendo adoptarse a vivir como hermanos, es problema de ellos, pero Mi Hijo les está sirviendo siempre en una bandeja enorme toda su Misericordia, toda su Misericordia.

Entiéndanlo, en la hora más serena de vuestra noche, cuando van a dormir abran su corazón para que Mi Hijo pueda entrar, Él delicadamente limpiará todo aquello que no es bueno, pero tienen que abrir vuestro corazón Mis queridos.
Ustedes han visto que la posición que duermen casi siempre es la posición… (se dio vuelta la cinta)…, por eso te acordas cuando vos decías que te gustaba mirar los hombres cuando dormían porque durante el sueño todos eran buenos y es cierto, tal vez busque el hombre a nivel inconsciente estar otra vez en el seno de su madre para adquirir esa inocencia original que el mundo le quitó pero todo es posible cuando uno por la noche antes de cerrar los ojos abre su corazón para que Mi Hijo entre y entraré Yo también y no nos iremos más.

Hasta el hombre más despreciable, en apariencia despreciable, porque es un enfermo, cuando duerme parece angelical, tal vez dentro de su ser como dije en el inconsciente ande buscando otra vez aquella inocencia original. Por eso, de noche Mis queridos, cuando todos duermen y pueden sorprenderlos, hermosamente recen por ellos para que vuelva otra vez a latir en su corazón el niño que fue una vez y tal vez desea serlo pero no puede porque el mundo no lo deja.

Mis queridos, y hoy les traigo esta devoción más, rezar, pensar, poner el corazón a latir para los hombres cuando duermen, para que vuelvan a encontrar su corazón de niño, no hace falta orar mucho ni pensar tanto, solo es cuestión de actitud, como dice el Evangelio, la actitud del hombre de oración que se va a su pieza y se cierra dentro y se queda a solas con el Señor, es decir, entra dentro de su corazón y empieza a dialogar con Él.

Que fácil que es Mis queridos, qué fácil, desde hoy, para los hombres cuando duermen, para que vuelvan a encontrar su corazón de niño.

Dice Santa Faustina:

Siempre tengo un poco de aprensión para hablar porque no me es fácil hablar en castellano.

Yo solamente quiero dejarles este corazón mío palpitante, que ya hace setenta años visitó tantas veces mi Señor para dejarme los Mensajes de la Misericordia, que mal me fue mis queridos ¿vieron?, pero ahora no pasará lo miso ¿eh?, no, no, me fue mal en el sentido de que cuántas disputas se hicieron sobre las cosas que yo dije, que si escribía bien, que si no escribía bien, cuántas cosas se mal interpretaron, cuántas cosas demoraron el Mensaje de la Misericordia, porque los hombres se empeñaban en discutir tantas cosas y sobre todo no escribía tan bien y entonces decían que lo mío se prestaba a confusiones, pero yo les digo con seguridad que las confusiones, las confusiones, quería provocarlas el hombre porque, porque es más fácil condenar que perdonar, entonces como les cuesta a todos hablar de la Misericordia y más aún sentirla, parecería que el hombre quiere castigar siempre, castigar siempre, castigar, entonces
demoraron mis Mensajes, los que me había dado el Señor.

Pero felizmente, no por mí sino por la Misericordia, como disfruté cuando mi retrato grande junto a Jesús pintado estaba en la plaza de San Pedro presidiendo la ceremonia de mi asunción a los altares, cuánto triunfo del Señor ¿se dieron cuenta?, cuánto triunfo del Señor. Pero mis queridos, acuérdense que hay muchos países que todavía, más de la mitad de sus habitantes cristianos no conocen al Cristo de la Misericordia, entonces habrá que pensar en eso.

Ustedes dirán: les carga con oraciones el Señor, su Mamá, Santa Faustina, todos cargan con oraciones, no, pero no es cuestión de muchas oraciones, acuérdense que Francisco, el hermano Francisco, San Francisco rezaba poco porque decía: Padrenuestro y a lo mejor se demoraba horas con esa expresión en la boca, en su mente y en su corazón, Padrenuestro, no podía salir de allí, deslumbrado por la magnitud enorme de esa expresión, Padrenuestro.

Por eso, como dijeron recién, es una actitud interior pero no de un momento o dos, sino de todo el día, ¿saben mis queridos?, el hombre fue creado por el Señor y no encontrará plenamente todo lo que busca hasta que no descanse en el Señor, entonces yo les digo: si tienen esa actitud de oración constante darán un anticipo ya aquí en la Tierra de la Bienaventuranza, ya tendrán los anticipos acá de todo eso.

¿Saben que los amo eh?, mucho, participo de mi Señor y de mi Madre de todo el amor que les tengo, dos personas aquí hoy que no habían estado antes en Apariciones, en nombre de mi Señor, les digo que Él bendice, los bendice tiernamente, bendice a su familia y bendice siete generaciones atrás y siete adelante, es decir, todos entran dentro del proyecto del Señor, ya lo estaban pero hoy mi Señor lo ha ratificado y como decimos siempre el proyecto del Señor es un proyecto de amor y todo proyecto de amor siempre termina bien.

Por eso, seguirán siempre las luchas por la vida y en la vida pero es muy distinto luchar cuando se sabe que uno está bajo la mirada continua del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Con todo el amor también reciban mi bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

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