Bienaventurado, porque te animaste a decirme las cosas con todo el peso y la gravedad que corresponde, no es fácil entenderlo salvo que uno se adentre dentro de la Misericordia del Señor, ¿qué es lo que no es fácil de entender?, que el mundo tiemble cuando habla un hombre, cuando a ese hombre le dio la fuerza para hablar. ¿Acaso no lo dice la Sagrada Escritura: nadie puede detener a un pueblo o a un hombre, cuando Dios le dio la fuerza para caminar?. Mensaje del 24 de Octubre de 2001

Habla Artemio:

Están Jesús con nosotros, la Madre, su Mamá, todos los Santos que vienen siempre y los Ángeles y todo, todos, todos.

Te escuchamos Señor.

Dice Jesús:

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida quien me sigue a Mí no anda en tinieblas, está en la Luz.

Parece extraño pero, a pesar de que vos no tenés libertad para hablar sin decir lo que Yo quiero que digas, pero todo el énfasis que pusiste esta noche al hablar eso es tuyo y me encanta que lo hayas puesto. Los Profetas dicen lo que hay que hacer y antes dicen lo que hay que creer.

Bienaventurado, porque te animaste a decirme las cosas con todo el peso y la gravedad que corresponde, no es fácil entenderlo salvo que uno se adentre dentro de la Misericordia del Señor, ¿qué es lo que no es fácil de entender?, que el mundo tiemble cuando habla un hombre, cuando a ese hombre le dio la fuerza para hablar. ¿Acaso no lo dice la Sagrada Escritura: nadie puede detener a un pueblo o a un hombre, cuando Dios le dio la fuerza para caminar?.

Toda esta noche estuvo especialmente armado para que ocurriera todo lo que ocurrió, todo, pero no consideres la cruz tan pesada porque debés confiar en mí Misericordia. Mientras un hombre no tiene pan para poner en la boca, Mi Misericordia hace que no sienta hambre, si Yo no tuviera ese poder no sería el Hijo de Dios, por eso, es necesario preocuparse por todo pero no amargarse por todo porque sino es no entender la Misericordia.

Lo dije una vez refiriéndome aquello del año 96 cuando Mi Madre expresó: Mi Hijo y Yo estamos cansados de caminar entre las flores que nacen de la boca de los muertos que esperaron una liberación que no les llegó de ninguna parte" y Yo ¿qué contesté?, Mi Misericordia alcanza para todo. Eso es lo que hay que gritar a los cuatro vientos, ante las cosas más terribles y difíciles ahí esta Mi Misericordia para solucionarlo. El hambre muchos la padecen, Mi Misericordia lo soluciona, el agua inunda los campos, Mi Misericordia lo soluciona.

Habrá soluciones a corto, mediano o largo plazo porque así son las cosas pero Mi Misericordia lo soluciona. Tienen que enterarse todos los hombres y ahora los medios están para ello, que si no creen que Mi Misericordia alcanza para todo, todavía no entendieron nada. No les queda otro remedio Mis queridos, ¿esto suena a amenaza?, no. Cuando uno le propone al hombre el amor, le está proponiendo algo maravilloso, solamente que también le está proponiendo que haya un pequeño o gran giro dentro de su corazón. Mientras el hombre no comprenda esto no hay solución, pero nunca Yo voy a dar una respuesta negativa, sigo diciendo como le dije a Santa Faustina: entre Mi Padre y el hombre, estoy Yo que soy la Misericordia y para todos aquellos que se atribuyen Mensajes dados por Mí, no deben creerlos, porque los últimos Mensajes que di los di a Santa Faustina y luego los continúo acá. Les guste o no les guste, la jerarquía lo tenga en cuenta o no, la Iglesia se haga la sorda o escuche, esa es la verdad.

Más vale que les conviene escuchar porque nadie que sea consciente y responsable puede negarse a escuchar un mensaje de amor, nadie, solamente los enfermos que no pueden discernir no alcanzan a entender que el amor es lo máximo y es lo que soluciona todo.

Así que el que no entiende esto considérese enfermo, ¿enfermo de qué?, bueno, orgullo, soberbia, ignorancia, avaricia y todos aquellos estados de alma que derivan del odio y de la intolerancia. Si el corazón fuera tolerante ¿habría en el mundo algún tipo de segregación?, respóndanme hombres de todas las latitudes, respóndanme si tienen algún argumento, respóndanme. Si en tu corazón la enfermedad del odio, la intolerancia, la ausencia total de humildad te ha llevado a estados deplorables en los cuales ni vos mismo te aguantás, hombres de todas las latitudes, entérense que el Señor Jesús les trae la Misericordia.

Ustedes saben que hay más de cuatro mil millones de personas en el mundo que aún no han escuchado la belleza del Evangelio y ustedes tienen que ser Mis misioneros, ¿hace falta partir para Mozambique, el Canadá o la Indochina?, no, desde tu casa, así como Teresita de Lisieux en el convento, podés ser un gran misionero, ella es Patrona de las misiones y no se movió nunca del convento de Lisieux.

Entiéndanlo hombres de todas las latitudes, no les queda otra alternativa, dicho con todo el amor de Mi Misericordia, que un acto de adoración o el suicidio.
Pero para tener un acto de adoración Mis queridos hay que abrir las puertas del corazón a la humildad, que es la madre de todas las virtudes y si esto no lo hacen por convencimiento, al menos háganlo por conveniencia. Cualquiera que es susceptible diría: que esto parece una arenga política, el que piensa así, que lo piense, corre por su cuenta. El decir una verdad con voz fuerte y firme y hablar del amor por sobre todas las cosas, llámenlo como quieran, Yo lo llamo: toda la cosmovisión de la Misericordia a la que el mundo todavía no despertó, sí, por ahí hay seres aislados que han entendido un montón, pero el resto.

Vuelvo a decirles lo del comienzo: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, quien me sigue a MÍ no anda en la oscuridad, no anda en tinieblas, quién me sigue a Mí el sol sale para él.

Amén.