Mensaje del 20 de Octubre de 2001

Hoy es un día para perdonar, hoy es un día para amar en serio, hoy es el día, hoy es un día para tomar conciencia de que estuve nueve meses en la panza de una mujer, hoy es un día para tomar conciencia que todas las noches cuando duermo adopto la posición que tenía en la panza de mi mamá, hoy es un día para no olvidarse de las cosas malas porque tenemos memoria, pero sí ponerlas allí cerca tu cruz, Mi cruz, así puedo Yo quemarla con el fuego de Mi amor.
Mensaje del 20 de Octubre de 2001

Habla Artemio:

Hoy es 20 de Octubre del 01.

Ya está Jesús con nosotros y todos los Santos, todos, todos, las madres de
aquellos que ya están del otro lado están con ustedes.

Dice Jesús:

Bienaventurados todos los hijos que pueden poner hoy al día las cuentas
pendientes con su madre, bienaventurados.

Les duele, ya lo sé, algunos no, algunos sí, se les parte el corazón, ya lo sé, es una situación hasta terrible, ya lo sé, según para quién, pero hay que animarse a pensar en todo. Bienaventurado aquél que pueda dar el salto al perdón.

Hoy es un día para perdonar, hoy es un día para amar en serio, hoy es el día, hoy es un día para tomar conciencia de que estuve nueve meses en la panza de una mujer, hoy es un día para tomar conciencia que todas las noches cuando duermo adopto la posición que tenía en la panza de mi mamá, hoy es un día para no olvidarse de las cosas malas porque tenemos memoria, pero sí ponerlas allí cerca tu cruz, Mi cruz, así puedo Yo quemarla con el fuego de Mi amor.

Que nadie se vaya de esta Casa en este día si le queda alguna basurita en su ánimo en contra de quien le dio la vida, que no se vaya, hasta que le desaparezca la basurita.

¿Eso quiere decir que no vamos a reconocer si nos hicieron cosas feas?, por supuesto que lo reconocemos, pero también decidimos perdonarlo para que Mi Misericordia les alcance a todos, Mi Misericordia inunda hoy la Tierra para todos aquellos seres que dieron la vida a otros.

Mi Misericordia también, hoy, en este día, desciende sobre todos aquellos que tienen fuerza, poder y todos aquellos que están bajo las suela del zapato de los otros, Mi Misericordia alcanza para todos.

Yo no puedo ser cristiano si tengo en algún pliegue de mi alma resentimientos,
¿quién te lo dice Mi querido?, te lo digo Yo, el Hijo de Dios, que me trataron tan mal, que derramé Mi sangre por cada uno de ustedes y sigo derramándola todos los días, todos los días desde hace dos mil años y la seguiré derramando hasta la consumación de los siglos, pensando en que podría tener dolor al derramar Mi sangre de Mis heridas abiertas, pensando en ese dolor te digo que perdonas las ofensas, ¿no podés del todo?, dámela a Mí, regalámelas a Mí que Yo las voy a quemar en el fuego de Mi amor que alcanza para todo.

Dice Nuestra Madre, la Virgen:

Mis queridos, hoy es un día muy especial, tengan en cuenta que si ustedes toman conciencia de todo el amor que les tengo ya no habrá más tristeza en vuestro rostro, nunca más.

Cuando algo feo quiera invadirte dirás: si mi Mamá me ama ¿cómo voy a estar triste?, pero Mi querido no te voy a amar un día o dos sino por toda una eternidad.

Y ahora cerrá los ojos, pensá que sos chiquitito o chiquitita, bien chiquitito, pensá que estás en los brazos de tu madre y que Yo también ahí estoy con ella, vos sos pequeñito, muy pequeñito, días, meses, entonces oí esto que tu mamá y Yo te vamos a cantar, no lo tomes como algo más, tomalo… (se dio vuelta la cinta)…, tomalo como algo fundamental en tu vida, tal vez esto puede sanarte de montones de cosas, de montones de heridas que estaban allí sangrando desde hace tantos años pero tu mamá y Yo te prometemos que con este canto se va a sanar todo.

Escuchá a tu mamá y escuchame a Mí y te prometo que todas las heridas que todavía están sangrando, si es que hay alguna, o si no tuviste esta canción cuando naciste hoy te la regala tu mamá de la Tierra y del Cielo: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón. Arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón. Todas las heridas que podés tener en este momento han de desaparecer, con las manos santas pasan en tu piel, desde la frentesita hasta los dos pies. Arrorró mi niño.

Arrorró mi niño, sana niño Mío, sana niño Mío, abrí tu corazón niño Mío que Yo quiero entrar y sanarlo todo, todo, no importa lo grande que sos o lo pequeño, no importa, Yo lo sano todo.

Que este día te acuerdes toda tu vida porque la Madre del Señor junto a tu madre pasaron sanando todo, todo lo sanamos, todo.

Arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón. Arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.

Ahora, abrí lentamente los párpados y tomá conciencia de tu tamaño, de tu estatura, de todo lo tuyo, de todo lo que sos pero ya no como antes, porque todo está sano, todo está sano.

Amén.