Mensaje del 09 de Julio de 2001

La alternativa está muy bien planteada o la santidad o cualquier cosa, Yo no obligo a nadie, a nadie, les invito, les sugiero, les propongo, les muestro, nada más, pero ustedes se preguntarán: ¿y aquél que mira las cosas desde afuera se salvará?, Mi Misericordia Mis queridos alcanza para todo pero una cosa es ver el Dios de los milenios cara a cara y otra cosa es mirarlo desde un kilómetro de distancia, la opción está muy clara. Mensaje del 09 de Julio de 2001

Habla Artemio:

Está el Cardenal Eduardo Pironio, Emiliano Tardiff, Santa Faustina, la Virgen,
todos los Santos que vienen siempre, Teresita, Teresa, San Benito y todos los Santos que vienen siempre pero lo que llamó la atención es que iban entrando y apareció el Mahatma Gandhi, apareció también Marthin Luther King, Golda Meir, los hermanos Kennedy, John y Joseph, también hay chicos que fueron alumnos míos.

Dice Jesús:


Todavía no llegó el tiempo de la cruz pesada pero vos entregate nomás y dejá que Yo haga, esto al lado de lo que esperas, lo que te espera es un juego de niños.

Habla Artemio:

Señor, yo no te digo nada, sé que no me vas a dar nada más pesado de lo que pueda llevar pero Señor, te digo tantas veces por día: tené piedad de mí, tené piedad de mí Señor, ya sé que todo está programado, que yo no me puedo salir del círculo, ya lo sé, pero bueno, vos sabés.

Dice Jesús:

La santidad es un camino muy, no sé si decir difícil pero si cuesta arriba, donde no se avizora el fin, no te preocupes por lo que dijiste anoche: Señor, estoy cansado ya no puedo más, las que voy a tener que oír todavía.

Lo más interesante es que a lo mejor quien lea estas Revelaciones va a decir: este se está mandando la pasión, pero vos sabés que no es así, es tan perceptible todo lo que pasa que habrás notado anoche que los animalitos se acercaban, qué pueden saber los animalitos para el ojo común de la gente, sin embargo ellos querían ayudar y hoy salió el sol como sale siempre y pensar que algunos cuentan los meses, los años o cumplen años, como ya lo dijimos otras veces: vos cumplís días, horas, minutos, qué te puede importar cumplir un año si no sabés cómo va a terminar.

Un consejo Mi querido: no cargues en tu mochila todo el peso, dejá que lo cargue Yo, todos los días tengo que volver a enseñarte una cosa, en todo caso me parece virtud y no nada malo que me cargues a Mí las cosas, que no las cargues vos.

Mi mochila es tan grande como la humanidad, no pretenderás ayudarme demasiado en esa carga, al contrario, liberate lo antes posible de las cargas porque sino no hay cuerpo que aguante.

Está llegando el momento en que las cosas van a empezar a ser públicas, todos estos casi siete años, si bien son públicas pero lo van a ser más, mucho más y aquellos que pensaron que quería llamar la atención tal vez tendrán que bajar su mirada para no encontrarse con la Mía, algo es cierto y refiriéndome concretamente a la última parte de lo que dice la Madre Teresa: que el amor duele sino no es amor, no hay vueltas, algunos dijeron que era un amargo ejercicio, un mantener los ojos de lágrimas mojados, un refrescar de besos las trenzas del silicio, sabés vos quién lo dijo, alguien que quisiste y queres mucho y que todavía no has anotado como Santa Protectora, hacelo.

Sirva esto que parece muy personal, sirva para toda la humanidad, mientras estés delante de alguien y su vida no te produzca dolor no lo estás amando, ¿habrá alguien que lo tiene todo como para que no te produzca dolor?, no lo vas a encontrar, si cuando repartes un poco de comida o abrigo o palabras o gestos o sonrisas no pasa por el dolor que te provoca la situación, decite para tus adentros: no es genuino, ¿es mucho lo que pido?, bueno, ustedes me están escuchando y los que me van a leer pueden aceptarlo o no pero ese es el camino, pero entonces gritarán algunos: ¿dónde está este Dios de la Misericordia que con aquellos que la van entendiendo tienen que sufrir más que los otros?, sí, es así, es así, pero no siempre, también hay alguna tregua como para reponer fuerzas.

La alternativa está muy bien planteada o la santidad o cualquier cosa, Yo no obligo a nadie, a nadie, les invito, les sugiero, les propongo, les muestro, nada más, pero ustedes se preguntarán: ¿y aquél que mira las cosas desde afuera se salvará?, Mi Misericordia Mis queridos alcanza para todo pero una cosa es ver el Dios de los milenios cara a cara y otra cosa es mirarlo desde un kilómetro de distancia, la opción está muy clara, hay montones de personas que no son malas, nunca hicieron daño a nadie, pero tampoco nunca hicieron bien a nadie, dejaron pasar la vida, corrió el agua bajo el puente, no busquemos por culpa de quien, no importa, pero es lógico, tendrá su Bienaventuranza también pero como les dije recién: una cosa es gozar del amor en su totalidad y otra cosa es recibir alguna miguita de amor pero esto no lo entiende el ser humano y además esto tiene relación con lo que hablábamos antes, esos que tendrán solo una miguita de amor: ¿por qué?, porque alguien obstaculizó su camino al Señor o no se preocupó para mostrar algo del Señor.

Ahora, parecería que…, parecería que, que quedara una sola alternativa para el amor y que esa alternativa la ofrece la Trinidad, Mis queridos están organizadas así las cosas, ¿hace falta repetir por enésima vez que un Dios de amor crea un mundo y al hombre por amor, manda a su Hijo para que muera por amor a todos los hombres?, a cambio de nada, por amor, si ustedes encuentran algún otro ejemplo en la historia de la humanidad díganmelo, díganmelo, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, parecería que piden demasiado, cuando se está en la cima de la montaña del amor nada es demasiado, no olviden esto, nada es demasiado.

Vos no, pero tu inconsciente esperaba tal vez alguna caricia y Yo te presento a vos y a los hombres la subida cada vez más empinada y difícil pero Yo me pregunto: ¿quién les ha metido a ustedes en la cabeza la idea de la santidad?, y decir la santidad es decir también los altares, porque se van a modificar tanto las cosas respecto a la Santidad, en cuanto al reconocimiento de ella me refiero, que no tendrán que pasar años y años para ser reconocida ni tantos tribunales ni tantas pruebas y cosas, tienen el Espíritu Santo para ver claro Mis queridos, ¿qué les pasa que no quieren pedirle al Espíritu Santo para ver claro?, ¿necesitan milagros que aparezcan de aquí o de allá para elevar a alguien a los altares?, ¿qué esperan para pedir al Espíritu Santo que les indique quién tiene que estar en los altares?, y justamente, aquellos que más van a estar en los altares son los que menos creen que se lo merecen, cuando digo altares Mis queridos es el reconocimiento público, es el ejemplo público para ser imitado, ¿o qué quieren ustedes?, el mundo, montones de veces, por obstáculos que ponen no pueden imitar a muchas personas porque por los obstáculos les impiden ver a las personas tal cuales son, siempre hay alguien que tira tierra, barro, bosta para que no se vean las acciones de la Santidad, esos son los que obstruyen el paso.
Yo no digo que Mi Misericordia no les alcance a ellos también, claro que les alcanzará, pero no se quejen después si tienen que mirar al Señor a cientos de kilómetros de distancia.

Muchas cosas se van a modificar respecto a qué es elevar los hombres y las mujeres a los altares, muchas cosas, tienen miedo, tienen miedo a mostrar demasiados ejemplos porque aquellos que tienen miedo no son ejemplos para nada, que deberían serlo por elección, por opción, por vocación, entonces tapan, tapan para que otras generaciones vean, porque si comparan entonces ellos quedan en falta o tienen que asumir un verdadero error protagónico, ¿se dan cuenta por donde va la cuestión de lo difícil que es?, ¿se dan cuenta repito, lo difícil que es los caminos a los altares?, al decir esto quiero decir el reconocimiento de la santidad de muchos, pero no solo de los que militan dentro de la Iglesia Católica sino dentro de cualquier religión, ¿o acaso no has visto acá con tus propios ojos al Mahatma Gandhi, al Luther King y otros?, si estaban aquí presentes es porque estaban totalmente delante de la Luz del Padre.

Hombres de todas las latitudes, hombres de mente, hombres de mentes cerradas, estructuradas, esquematizadas, mediocres, no obstruyan el paso de la santidad de tantos porque no les alcanzará los milenios para arrepentirse, no obstruyan el camino de los que aspiran a amarme de veras como debe amarse al amor por el excelencia, no obstruyan el paso porque más vale les hubiera no haber nacido y ya surge la pregunta: ¿les alcanzará la Misericordia a ellos también?, a todos les alcanzará pero hay muchas formas, innumerables formas, no obstruyan el paso de los que caminan a la santidad.

Pueden hacerlo hasta con un gesto, una expresión, una palabra dura, de mil formas, no obstruyan el paso, verán dentro de muy poco tiempo cómo se modifican muchos conceptos, algunos santos varones tenían intereses de convocar a otro Concilio Ecuménico y de esos santos varones es posible que la mayoría, por no decir todos … (se dio vuelta la cinta)….

Si quedara alguna duda sobre esto se los repito, hubo propuestas de convocar a un tercer Concilio Ecuménico Vaticano, Mis queridos, convocar a otro Concilio cuando los países del tercer mundo, también los del primer mundo y del segundo mundo no les ha llegado prácticamente nada.

Deben rendir reverencias muy grandes a Juan XXIII porque es un hombre de Dios, es un hombre que el Espíritu Santo lo llenó de tal forma que le dio la idea del segundo Vaticano o del Vaticano II, como ya dije una vez, él sabía que tenía pocos meses de vida pero lo convocó, el drama es nuestro y de todos los hombres que todavía no han entendido a Juan XXIII, Angelo Giuseppe Roncalli, el hombre de Dio, la aldea de Sotto il Monte, aunque los hombres no lo vean, está brillando siempre, está brillando siempre porque sus entrañas parieron a Ángelo Giuseppe.

Mis queridos, hombres de todas las latitudes, no entorpezcan el camino para la santidad de los hombres, menos aún, establezcan criterios sobre qué debe ser la Santidad porque tal vez al lado de ustedes esté caminando alguien que brilla como una estrella por su santidad y nadie se dio cuenta todavía, no establezcan criterios de qué debe ser la santidad, dejen que lo establezca el Señor, pero tengan siempre la tensión para que el Espíritu Santo les esté indicando quién son los hombres del Señor, pídanle al Espíritu Santo que les muestre: éste es un hombre del Señor, para llegar a esa pregunta Mis queridos hay que despojarse de tantas cosas humanas, muchas no malas pero muchas sí, especialmente la falta de humildad, no se avanza nada en la vida, al decir vida digo en la conversión sin la humildad y es lo que menos se ve en todos lados y mucho más en aquellos que deberían tenerla.

No crean que me estoy refiriendo especialmente a los que optaron por la profesión religiosa porque habrá que tener piedad de ellos, mucha piedad, porque una gran mayoría llegó a ese lugar forzados por algunas circunstancias y sin vocación y sin saber qué hacían ni nada, así que no se la tomen con los ministros de la palabra porque pobres, pobres, una gran mayoría está en ese lugar forzado por las circunstancias, forzado por las familias, forzados por los ancestros, forzado por montones de cosas pero tampoco dejen de pensar: si yo estoy representando dentro de una comunidad al pastor, al que debe guiar las almas, tiene que venirme un poquito de Luz a la cabeza pidiéndosela al Espíritu Santo para que me haga obrar como corresponde, no puedo ser tan inútil de no darme cuenta de que si soy torpe en las cosas del Señor el Señor me puede corregir y me puede dar Luz.

En el lecho de muerte saben ustedes que San Juan Bautista Vianney, que amo tanto, Patrono de los sacerdotes, párrocos, ¿saben qué dijo?, que no había tenido vocación de sacerdote, pero también ¿saben una cosa?, que San Juan Bautista Vianney había encontrado la vocación por el hombre y entonces lo había encontrado todo, entonces su sacerdocio fue magnífico, extraordinario, lleno de luz, aunque él decía que no tenía vocación, vaya a saber en qué sentido quiso decirlo pero él brilla, brilla Mis queridos, brilla, aquél pobre hombre que no querían ordenar porque no podía aprender filosofía en latín, los que estaban, los que se acercaban a él se convertían solo con mirarle.

¿Ustedes se pusieron a pensar Mis queridos si cerca de ustedes, a lo mejor en vuestra propia casa o en la casa de al lado o en la vereda del frente o en la esquina o en la otra cuadra hay alguien como San Juan Bautista Vianney?, ¿por qué no, porque a ustedes se les ocurriría que no?, entonces no hay humildad en vuestra vida, nada de humildad, porque si hubieran podrían pensar. Miramos a San Juan Bautista Vianney allá como un ejemplo, un faro radiante, miremos a nuestro alrededor que hay tantos faros radiantes, miremos cerca nuestro en nuestra familia, en nuestras amistades, en nuestros parientes o en hombres públicos o en hombres ignorados, es posible que estén militando dentro de una santidad maravillosa pero la falta de humildad del resto hace que esos hombres no se vean y más aún, se le dificultan las tareas y se le pone piedras en el camino y si se puede se le lapida y más aún, se le entierra muy hondo en la tierra para que no contamine con sus virtudes.

Piensen mucho en todas estas cosas que les dije hoy Mis queridos, porque en estas palabras hay temas para modificar la historia, no solo de la Iglesia sino de la humanidad toda.

Quien quiere ver que vea, quien quiere oír que oiga, quien quiere tocar que
toque, quien quiere respirar que respire.

Amén.