Mensaje del 11 de Abril de 2000
Esto hay que pensar para sentirlo o hay que sentir para pensarlo. Todas las cosas tienen un alma interior, dicho entre comillas o dicho sin comillas donde apuntan siempre a una armonía universal que en todo caso no es nada más ni nada menos que la armonía que impuso Mi Padre al crear todo, todo aquél que se sale de esa armonía produce desorden.