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Mensaje del 06 de Abril de 1999

Entonces que quede como Mensaje de esta noche para ustedes y para todos los hombres, usen conmigo un lenguaje llano y corriente, díganme lo que quieren decirme, está bien que me digan: Padre Nuestro que estás en el Cielo, pero también díganme todo lo que les preocupa, conversen conmigo, Yo quiero estar siempre a vuestro lado, quiero estar siempre disponible para darles a ustedes todo lo que necesitan, pero también recordarles que mientras aquellas cosas que necesitan y no se dan en forma inmediata tienen que sacar de ello un partido.


Mensaje del 06 de Abril de 1999

Habla Artemio:

Jesús de la Misericordia, todo se ha incendiado acá dentro, que maravilla.

Señor, estuviste esta tarde, qué habrás pensado de todas las cosas que te dije, qué habrás pensando Señor pero no estuve torpe ni quejoso ni nada pero te dije mucho Señor, pero fue una oración Señor y yo te agradezco que hayas venido dos veces en el día así de cuerpo presente a esta casa, sobre todo porque esta señora necesita de tu palabra Señor, necesitaba y necesitaba llevarse los testimonios que se llevó, te agradezco Señor porque vos no fallás nunca y siempre tenés un haz en la manga en los momentos en que uno menos lo cree, por eso Señor te escuchamos.

Dice Jesús:

Todo lo que dijiste hoy me parece normal, cada uno habla como dice el proverbio de la feria según le va en ella, cada uno dice las cosas que más le preocupan y le duelen, me parece normal, si Yo viera alguien que le duele la mano y me habla del pie pensaría mal.

Entonces que quede como Mensaje de esta noche para ustedes y para todos los hombres, usen conmigo un lenguaje llano y corriente, díganme lo que quieren decirme, está bien que me digan: Padre Nuestro que estás en el Cielo, pero también díganme todo lo que les preocupa, conversen conmigo, Yo quiero estar siempre a vuestro lado, quiero estar siempre disponible para darles a ustedes todo lo que necesitan, pero también recordarles que mientras aquellas cosas que necesitan y no se dan en forma inmediata tienen que sacar de ello un partido; es decir, aquello que uno quiere, necesita y no lo tiene produce sufrimiento, entonces valoren todo lo del sufrimiento y ofrézcanmelo, porque eso como les dije otras veces completa lo que le falta a Mi Pasión porque no olviden que la agonía del calvario y la agonía de la cruz y las heridas sangrantes, por más que Yo haya resucitado están siempre frescas para pagar todas las deudas que tienen los hombres desde que comenzó el mundo hasta que el mundo termine, que para ello faltan milenios.

Entonces, Yo quiero que me hablen diariamente, que cuando están en vuestro trabajo, en vuestras actividades o en cualquier momento hagan que Yo participe de todo ello, no hay nada más importante que compartir las cosas que uno hace y cuando tienen penas díganmelas y si tienen broncas díganmelo con bronca porque una pena entre dos casi no es una pena, sobre todo cuando me contás las penas a Mi que soy el Hijo de Dios y Dios mismo. Entonces todo aquello que hace que sangre el corazón del hombre quiero que me lo digan, me lo cuenten, ya saben ustedes que Yo lo veo todo pero me encanta que me lo cuenten, que me lo digan con vuestras palabras y me lo digan con vuestras lágrimas y vuestras manos y vuestro cuerpo y todo, entonces, esto me hace pensar que ustedes están cerca de Mí, me tienen siempre a mano, como decíamos el otro día. No es fácil imaginarse al Padre, tampoco es muy fácil imaginarse al Espíritu Santo, solamente se lo siente pero a Mí sí pueden verme, tocarme, hablarme, también lo pueden hacer con el Padre y con el Espíritu Santo pero como Yo tengo la forma humana que tienen ustedes parecería que es mucho más fácil y estoy mucho más cerca.

Estas palabras que les dije parecen tan simples, guardan toda una teología que está concretada tan divinamente en los cuatro Evangelios y también muy especialmente en el Evangelio de San Juan al cual los remito, todos tienen el mismo valor pero San Juan tiene muchas cosas que hay que descubrir aún como todos los cuatro Evangelios por supuesto.

Dice Nuestra Señora:

En las reuniones si Yo aparezco con Mi Hijo el portavoz es Él, me parece natural ¿no?, pero sepan que Yo hago Mía todas las palabras de Mi Hijo, además aunque ustedes crean que todo está como en un silencio total, todos los planes Míos para el Tercer Milenio está todo funcionando a pleno y se los recuerdo y necesito de ustedes toda la oración posible, todo lo que quieran darme porque si bien es cierto que el panorama en todos los órdenes es desolador pero el Señor tiene prometido tantas gracias y el envío de tanto Espíritu Santo sobre el mundo que habrá una reparación de todo. La era de la Misericordia que Mi Hijo trajo tienen que gritarla fuerte para que lo oigan: estamos en la era de la Misericordia donde todo es posible en cuanto a que Mi Hijo lo tenga en cuenta y lo perdone, no se olviden.

Habla Artemio:

La Madre Teresa dice..., qué es lo que dice la Madre Teresa...

Dice la Madre Teresa:

Hoy solamente les voy a decir esto, les pido que recen el Magnificat aquél que comienza así: “Mi alma engrandece al Señor y se alegre Mi Espíritu en Dios Mi Salvador” y que hagan vuestras esas palabras en vuestra vida, a Nuestra Señora le encanta que hagan eso. No se olviden, el Ave María, ella dijo que es lo mejor que puede oír y también el Magnificat.

Dice San Martín de Porres:

No veo que ustedes me pidan demasiado cosas, yo diría que alguno ni se acuerda de mí, yo puedo ser un buen intercesor delante del Señor para todo lo que ustedes quieran, no se olviden que durante muchos años después de haber aprendido con un veterinario yo curaba a la gente, no solamente en nombre del Señor sino también en nombre de la medicina, que también es decir en nombre del Señor, entonces soy Patrono también de las enfermedades, por qué me tienen tan poco en cuenta, no es reproche.

Dice San Artemio:

Si ustedes supieran por qué cada Santo tiene facultades delante del Señor de acuerdo a su idiosincrasia, su forma de ser, entonces mi fuerza es grande, por eso, ya que es un día de tantos pedidos, porque realmente se ha pedido enormemente hoy, entonces ténganme en cuenta como intercesor permanente por todas las cosas que ustedes quieran, por todo lo que ustedes quieran.

Este Mensaje va dirigido a todos los hombres, no solamente a ustedes pero a ustedes en especial. Nuestra Madre y Jesús los ha llamado tantas veces Hijos de la Luz, entonces quiere decir que vuestro protagonismo es muy grande, en consecuencia que en esas manos levantadas pidiendo también los ruegos estén dirigidos a Mí porque tengo una especial necesidad de auxiliarlos en todo lo que ustedes necesiten como intercesor delante del Señor.

Habla Artemio:

Está también la Beata Faustina esta noche.

Dice la Beata Faustina:

Yo solamente vuelvo a insistir en la era de la Misericordia, hay que hablar más de la era de la Misericordia, hay que profundizar más el concepto de Misericordia porque es tanta la riqueza que hay dentro de ese concepto que si el hombre descubre o va descubriendo la inmensa riqueza a medida que descubre será mucho más feliz, mucho más feliz.

Habla Artemio:

Y también apareció el Padre Pío.

Dice el Padre Pío:

Celebro el que te alegres tanto de que el 05 de Mayo me Beatifiquen y ya que estamos en un día de grandes pedidos, pues bien, yo deseo ofrecerles todo lo que pueda hacer delante del Señor, porque en todo este tiempo que precede a mi Beatificación el Señor escucha especialmente mis riegos, siempre los escucha pero ahora los escucha especialmente, muy especialmente. Y tengo el gusto de que me Beatifique aquél que era mi discípulo porque Juan Pablo II cuando era Obispo de Cracovia venía regularmente a confesarse conmigo y tenía por mí una gran devoción, por eso celebro que él pueda llegar por su salud a lograr mi Beatificación.

Aquí se habla mucho de mí, les agradezco y les tengo muy en cuenta.

Amén.

Habla Artemio:

Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu de amor. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu de amor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor.

A ver si nos acordamos: que detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tu eras mi amigo, que detalle Señor has tenido conmigo. Que detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tu eras mi amigo, que detalle Señor has tenido conmigo. Te acercaste a mi puerta y pronunciaste mi nombre, yo temblando te dije: aquí estoy Señor. Tu me hablaste de un reino, de un tesoro escondido, de un mensaje fraterno que encendió mi ilusión. Que detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tu eras mi amigo, que detalle Señor has tenido conmigo. Yo dejé casa y pueblo por seguir tu aventura, codo a codo contigo comencé a caminar. Han pasados los años y aunque apriete el cansancio, paso a paso te sigo sin mirar hacia atrás. Que detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tu eras mi amigo, que detalle Señor has tenido conmigo. Que alegría yo siento cuando digo tu nombre, que sosiego me inunda cuando oigo tu voz, que emoción me estremece cuando escucho en silencio tu palabra que habita en mi silencio interior. Que detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tu eras mi amigo, que detalle Señor has tenido conmigo. Que detalle Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tu eras mi amigo, que detalle Señor has tenido conmigo.

 

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