• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Mensaje del 16 de Marzo de 1999

El hombre desde que está sobre la Tierra vive sufriendo y ahora también sufre y sufre mucho, pero la gracia que sale de Mí, la Misericordia que sale de Mí es tan grande que los hombres si usaran un poquito de ella tendrían mucha paz en su corazón y sus problemas resueltos, pero cada uno sigue en su camino.

Mensaje del 16 de Marzo de 1999

Habla Artemio:


Perdoname Señor porque miré la hora, ven Jesús, ven, hoy Señor anduviste todo el día rondando por acá, todo el día anduviste, te aparecías y desaparecías, como si querías decir algo y te ibas, ven Señor, ven, Jesús está con nosotros todo está lleno de Luz porque es el Jesús de la Misericordia, todo se ha llenado, se ha llenado también de un perfume a rosas porque todo el piso está cubierto de rosas rojas, como una alfombra, cuanto me gustaría Señor que todos pudieran ver esto.

Habla Señor que tu siervo escucha.

Dice Jesús:

“Yo soy el camino, la verdad y la vida, quien me sigue no anda en tinieblas”.

Yo sé que hay muchas cosas que producen dolor, Yo sé que hay montones de hombres que sufren, Yo sé que hay tantos que esperan soluciones a sus problemas, todos deben entender que Yo estaré con ustedes hasta la consumación de los siglos, ni se cansen, ni se aturdan, ni se presten al juego de la desconfianza, aférrense a Mí con todas las fuerzas, aunque estés con el corazón partido en dos, aunque los problemas te sobrepasen, aunque los dolores no te dejen en paz, aunque todo parecería a veces que huele a muerte, no pierdan nunca la confianza, todo lo que aparece es justamente lo que aparece y no es lo real.

El hombre desde que está sobre la Tierra vive sufriendo y ahora también sufre y sufre mucho, pero la gracia que sale de Mí, la Misericordia que sale de Mí es tan grande que los hombres si usaran un poquito de ella tendrían mucha paz en su corazón y sus problemas resueltos, pero cada uno sigue en su camino. Yo me pongo a su lado y algunos apuran el paso para dejarme atrás, cuando me pongo de frente se hacen a un costado para no verme, cuando le susurro en su conciencia alguna palabra hermosa no me oyen, pero Yo comprendo, los hombres no tienen la culpa de que aquellos que debieron presentarme siempre como el amigo, el hermano, el que está siempre con ustedes, el que comparte el mismo pan, me han presentado siempre allá lejano y terrible, dispuesto siempre a ejercer Mi presión o Mi castigo.

Pero Yo les digo que: no escuchen a aquellos que me presentan a Mí de esa forma, escuchen solamente a aquellos que me presentan como un Padre amoroso, como un hermano cariñoso, como un amigo comprensible, como un compañero, es decir el que come el mismo pan y todo se dará por añadidura. Prueben Mis queridos abrir vuestros corazones, así en el silencio de la noche abran el corazón y díganme: Jesús, vení a vivir acá dentro conmigo, te quiero tener en mi corazón Señor, no sé qué va a pasar mañana, ni pasado, ni dentro de un tiempo, lo que importa Señor es que estás aquí conmigo, yo te he pedido que vengas y te instales en mi corazón, para no abandonarlo nunca.

Cuando mañana salga el sol que no te preocupe el nuevo día, si Yo estoy en tu corazón, qué miedos, qué preocupaciones, qué cosas pueden pasar que te dejen intranquilo, si vos me aceptás así y me haces entrar dentro de vos, Yo te aconsejaré, te diré, te daré todo lo necesario; abrime hermano, amigo, compañero, abrime tu corazón, quiero entrar en él, abrime tu corazón hermano, quiero permanecer en él para siempre, abríme tu corazón, no te niegues a abrirme tu corazón, a lo mejor me argumentás que él no está totalmente limpio para albergarme, ¿no sabes que mientras más sucio esté más contento Yo voy a estar en ir a vivir dentro de él?, no te preocupes de nada, abrime tu corazón, el resto lo haré Yo.

Dice Nuestra Señora:

Todas esas rosas que tapizan el piso es un regalo del Señor, es un regalo de Mi Hijo diciendo: esto está todo Sagrado, está todo Santificado.

¿Qué puedo Yo agregar a todo lo que dijo Mi Hijo?, que también quiero estar en el corazón de ustedes, también quiero estar en él, ábranme también vuestros corazones, ábranlos de par en par, ábranlos que Yo, una Madre amorosa quiere darles tantas cosas, piensen que son como un bebé en los brazos de su madre, ¿qué hace la madre con su bebé?, le alimenta, le limpia, pero sobretodo le ama, lo amamanta y de esa manera el bebé está en el mejor de los mundos, sean Mis bebés, sean Mis bebés, sean Mis bebés, no saben cuántas canciones de cuna tengo para cantarles, cuántas, cuántas canciones de cuna tengo para cantarles. Sean Mis bebés, quiero acunarlos en Mi regazo, quiero que se alimenten de Mis pechos, quiero que absorban toda la dulzura de esa leche celestial que les calmará todo el hambre que tengan, el hambre de todo tipo. Creo que en los dos mil años de Cristianismo, no he dicho nunca esto que les acabo de decir.

Mis queridos, quiero que sean Mis bebés, quiero amamantarlos para qué en ustedes se produzcan todos los milagros.

Dice la Madre Teresa:


Cuando Yo estaba en los lugares de la muerte, muchas veces tomaba a esos hombres ya viejos en mis brazos y les cantaba, qué importaba el tono de voz, qué importaba que dijese, porque la mayoría no entendía mi lengua o yo no entendía la lengua de ellos, pero todas las palabras de amor que salían de mí, hacía que muchos murieran en una absoluta paz y eso era casi todos los días; ustedes dirán: ¿se aguanta?, ¿tiene que ser muy fuerte la salud para esto?, cuando el Señor está en el proyecto de la vida de uno, todo tiene explicación y todo tiene solución.

Dice San Martín de Porres:


Repito lo mismo, cuando uno encuadra su vida en el proyecto del Señor, todo va surgiendo espontáneamente y la vida es una eternidad o es un momento.

Díganle, salgan a ver las personas por ahí y cuéntenle, cuéntenle que Jesús los está cubriendo con sus rayos rojos y celestes y que ha tapizado el suelo con rosas rojas y cuéntenle como se siente el hombre cuando del Corazón de Dios salen los rayos que les da vida.

Cuéntenle a los hombres, no importa si les dicen que están delirando, no importa, ustedes cuéntenle y díganle que han sentido el perfume de las rosas del Señor.

Dice San Artemio:

Desentono yo acaso en este clima tan especial que hay esta noche, porque no hace falta aclarar que el Señor Jesús ha derramado tanta Misericordia y gracias sobre ustedes que ni se lo imaginan por casualidad.

Decía que a lo mejor desentonaba porque parecería que en Mí siempre se ve un uniforme y un uniforme es de palabras duras o fuertes, pero no crean, no crean, cuando mi vida giró 180º, todo fue distinto, todo y me complace ver todo lo que está aquí pasando, que el Señor triunfante como Jesús de la Misericordia está derramando rosas rojas en el piso, que es el símbolo de su pasión.

Ustedes están en Cuaresma, es cierto que tienen que preparar todo para la Semana Santa y pensar en todos esos acontecimientos, pero no se olviden que Jesús está siempre con ustedes, así como lo están viendo triunfante, viviente, todos los acontecimientos y las liturgias que vayan viendo en esta Cuaresma hasta la Pascua y después hasta Pentecostés, son formas de recordar y está muy bien revivir todas esas cosas, pero no pierdan nunca la imagen del Jesús vivo y triunfante, aquél que está por sobre todas las cosas, pero no para ejercer un dominio sobre ustedes, sino para ofrecerles todo el amor que lo ha representado en las rosas rojas que han tapizado el piso.

Amén.

Habla Artemio:

Artemio comienza a hablar en lenguas...

El Espíritu Santo ha dicho: no esperen quedar a solas para abrir vuestro corazón, ábranlo ahora, ábranlo ahora, siguiendo las palabras que yo les digo: Señor Jesús, aquí está mi pobre corazón deteriorado por todos las inclemencias de la vida, pero así como está yo lo abro de par en par para que vos entres en él y permanezcas para siempre.

El Cielo se siente conmocionado por todo lo que el Señor acaba de hacer esta noche con ustedes. Sientan en este momento como Jesús entra en ustedes, siéntanlo, como la Virgen también entra en ustedes, siéntanlo, siéntanlo, no digan nada, ni siquiera gracias, porque todo esto que está reinando aquí, ya es una acción de gracia totalizante.

El Señor ahora levanta la mano para bendecirnos y al mismo tiempo bendecir a todos los hombres del mundo en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén.

Y mientras ellos se van decimos: alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu de amor. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu de amor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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