Mensaje del 09 de Marzo de 1999

A medida que fue pasando el tiempo yo he perdido la forma de hablar que tenía en los comienzos cuando empecé a venir aquí y evidentemente que mi voz es más dulce y mis palabras no son tan, a veces crueles, como tenía, ¿saben por qué?, porque encontré a tanta gente dolorida aquí, pero tanta gente dolorida, entonces hice causa común con todos.

Mensaje del 09 de Marzo de 1999

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Dice la Virgen María:


... pensar en una situación extrema de aborrecer, sino el solo hecho de mirar a muchos de los que te rodean, como si ni remotamente tuvieran nada que ver con vos, y después decís Padre Nuestro, habrá que pensar entonces un poco en un cambio radical de vida y de esa forma, nada que se pida a Mí o a Mi Hijo no será escuchado, ustedes dirán que esto lo dije unas cuantas veces ya, tres por lo menos, pero insisto porque hay necesidad de insistir. En el Evangelio se lee claramente que si no se hacen como niños, no van a entrar en el Reino de los Cielos, ahora ¿vuestra manera de mirar a todos es realmente con la forma simple, humilde, sencilla, directa, concreta, genuina con que mira un niño?, entonces, esto es como quien dice: hay que ponerse a tono.

Dice la Madre Teresa:

A medida que fue pasando el tiempo yo he perdido la forma de hablar que tenía en los comienzos cuando empecé a venir aquí y evidentemente que mi voz es más dulce y mis palabras no son tan, a veces crueles, como tenía, ¿saben por qué?, porque encontré a tanta gente dolorida aquí, pero tanta gente dolorida, entonces hice causa común con todos, hice causa común con todos y pensé que las palabras un poco ásperas, en vez de llevar consuelo a otro corazón, les traía más problemas, a pesar de que se veía que mi estilo era de una forma, etc.

Ahora, razonen un poco con el corazón en el sentido de que ustedes muchas veces enumeran aquellas cosas que les falta, mientras de hacerlo al revés, es decir, primero todo lo que tienen. Esto es aplicable a cada uno de acuerdo a su forma de proceder, pero incluso a veces los dolores de los cuales ustedes se quejan, no saben que a veces son hasta necesarios para tener una actitud diferente ante la vida, ante las cosas y ante el futuro, cuando no se pagan en eso culpas ancestrales; es decir, cosas que hicieron otros, parecería que esto no es justo, pero sabemos perfectamente que cuando el hombre elige, elige para la humanidad, en consecuencia cualquier acción que realice está comprometiendo su vida y la de muchas generaciones siguientes.

Entonces a través de la oración y del pedir las luces del Espíritu Santo hay que ir desentrañando la madeja en donde uno está metido, pedir muchas luces para saber hasta qué punto las cosas son reales o puede uno tener culpabilidad o la culpabilidad viene desde viejos ancestros, ¿acaso no tienen la sanación intergeneracional para liberarse del pasado?, ¿o qué creen, que eso es un cuento hermoso para engañar?, es la tremenda realidad y si no les basta una vez, háganlo veinte veces hasta que se logre esa limpieza general sino seguirán embotando los dientes de vuestra sierra.

Dice San Martín de Porres:

En una oportunidad yo les referí esto y creo que es necesario recordárselos, un día estaba yo a solas delante del Sagrario y le pregunté hasta con lágrimas en los ojos: Señor Jesús, ¿por qué yo no soy tentado por el demonio?, ¿es que valgo tan poco, que ni si quiera el demonio se ocupa de mí?, le pregunté varias veces eso al Señor, hasta que un día me dijo: Martín, Martín, lo que ocurre es que por tu condición, no porque Yo te haya visto menos, sino porque vos te creíste siempre lo último, negro, bastardo y tu única arma era una escoba, me dijo el Señor, entonces siempre te creíste y fuiste tan humilde, pero tan humilde que eso te sirvió como una caparazón para que el demonio nunca te tentara de ninguna manera. Y a pesar de mi vida tan difícil, dura y terrible, el Señor me fue regalando siempre todo lo mejor, no hace falte que yo les saque las conclusiones, háganlo por vuestra cuenta.

Dice San Artemio:

Como siempre, cada uno habla de la feria según le va en ella y toda mi vida transcurrió en lugares, en tiempos que nada tienen que ver con la Madre Teresa y San Martín de Porres, tengo tantos siglos yo de vejez en este caso, que mi forma de mirar las cosas tal vez difiera un poco de los otros, pero sí puedo decirles que en las primeras comunidades cristianas, aquellas que terminaron por convencerme y yo dejé de ser el general del César para transformarme en un simple y humilde soldado de Jesús... (se dio vuelta la cinta)..., esas primeras comunidades tenían una forma de vida, una simplicidad tan grande, una sencillez y humildad tan especial, que parecería que todo lo que pedían, lo que hacían, lo que proyectaban, todo estaba como metido realmente dentro del proyecto del Señor, entonces era muy distinta la vida para ellos, porque ocurriera lo que ocurriese se veía como algo natural. Además los primeros tiempos del Cristianismo tienen una característica esencial, la gente no le escapa al martirio y sabe sufrir de otra manera, a ustedes por ejemplo los pone de mal talante, enseguida cualquier contradicción, cualquier contrariedad, mientras que los primeros cristianos, optaban ellos de entregarse cuando pasaban los carros llevando los cristianos para las arenas del circo, con una naturalidad tan grande como si fueran a una fiesta. En gente que tenía una fe así, ¿qué cosas había difíciles que resolver o qué cosas se tornaban imposibles de hacer?.

Es cierto que los tiempos pasaron, las cosas cambiaron y la vida es muy diferente, pero ustedes no deben olvidar que un cristiano debe ser siempre dentro de la sociedad un signo de contradicción, en el sentido en que deben ser diferentes, diferentes porque en ustedes deben verse una serie de virtudes, cuya madre de todas debe ser la humildad, entonces es fácil entrar dentro del proyecto del Señor.

Ocurre que está tan metido dentro de ustedes el orgullo, la soberbia y tantas otras cosas, resentimientos de todo tipo y no hablemos del perdón, porque el perdón, la palabra perdón no existe en el léxico de la mayoría, entonces cuando se vive así no es tan simple.

Sé que algunos están pensando que desde que comenzó Jesús a hablar, todos no hemos hecho otra cosa que recalcar hasta con mucho énfasis algunos temas puntuales, pues bien, si bien es cierto que estos Mensajes son dirigidos a toda la humanidad y que Artemio es el Celoso Custodio de ellos, también tiene que ir dirigido a ustedes para vuestros propios problemas, para vuestras propias preocupaciones.

Entonces, repito, todos no hemos hecho más que responder a vuestras inquietudes y a vuestros requerimientos, reciban todo nuestro amor, toda nuestra comprensión, todo lo que sea la intersección constante delante del Señor, para que aquello que les aflige, tenga una solución lo más próximo posible, lo más pronto posible.

Soy el portavoz de todos los que hablamos, los amamos, los amamos, los amamos.

Amén.

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