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Mensaje del 02 de Enero de 1999

No es difícil entender que se ha vivido siempre con temor, y Yo les pregunto en forma terminante: ¿por qué ese temor para con las cosas del Señor?, ¿de qué y de quién se tiene miedo?.

Mensaje del 02 de Enero de 1999

Habla Artemio:


Señor Jesús no, no hemos leído la Sagrada Escritura, pero lo mismo hemos oído tu palabra, sobre todo la que se refiere a aquel que estaba al final del Templo y decía: Señor ten piedad de mí, mientras que quien estaba en primera hilera decía: yo no soy como aquel que está al final, yo soy mejor, mientras que el que estaba al final decía: ten piedad Señor. Eso es un hermoso ejemplo Señor, de cómo deberíamos ser todos los días, y ahora te esperamos Señor, porque aunque no es el primer Mensaje del año, porque el año litúrgico empezó hace bastante ya, esperamos que vengas Señor y nos digas, tu Mensaje del día 02 de Enero de 1999, ven Señor Jesús ven, ven Señor Jesús. Primero apareció Nuestra Señora, detrás de Jesús, todos los demás, se ha llenado todo de golpe.

Señor delante de ti decimos simplemente:” Padre nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad en la Tierra como en el Cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, y perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal. Amén”.

Habla Señor que te escuchamos, primero va a hablar Nuestra Señora.

Dice Nuestra Madre:

Ayer ha sido el día de la Madre de Dios, no sé cuantos se habrán acordado de eso; Yo les diría que ya después de tanto tiempo que traemos los Mensajes a este lugar, me gustaría ver lo más pronto que se pueda, que ya se difundan los Mensajes que Yo he dado. Además, habría que arbitrar los medios para que todos los cristianos sepan qué se festeja cada día, no es porque sí que en el Santoral se pone cada día a quien se honra, Yo pregunto a nivel mundial: ¿cuántos en el día de ayer se acordaron de que era el día de la Madre de Dios?. no es un reproche, es una forma de vida el Cristianismo, ¿se olvidan acaso de las festividades de vuestros familiares, sus cumpleaños y los acontecimientos importantes que fueron pasando?; entonces no es esencial, pero sí es importante que se piense por lo menos una vez: hoy se conmemora tal festividad.

Yo no quiero decir nada que pueda perturbarlos, pero a través de los siglos los hombres vivieron en montones de oportunidades, privándose de decir alguna cosa, por temor a qué podría decir el hermano, la hermana, la autoridad civil, la autoridad religiosa. No es difícil entender que se ha vivido siempre con temor, y Yo les pregunto en forma terminante: ¿por qué ese temor para con las cosas del Señor?, ¿de qué y de quién se tiene miedo?, se callan las verdades más importantes, se tapan las cosas más sucias, se dejan de lado aquello que podría servir para edificar por temor no sé a quién, como si para las cosas del Señor hay que tener temor. No confundan temor con prudencia, todo no se puede decir a todos, pero eso es prudencia, pero donde corresponde decir hay que decir, es por eso que sigue pasando el tiempo, estamos a las puertas del Tercer Milenio y cuántas cosas siguen igual que hace siglos y siglos atrás, ¿por qué Mis hermanos?, por temor a decirlas, por temor a que no caiga bien en este Ministro de la palabra, o en el otro Ministro de la palabra, o en la forma de ser que tiene este hombre, o en la que tiene el otro hombre, pero ustedes, Mis queridos ¿a quiénes están sirviendo, al Señor o a este hombre, o a otro hombre, a otro hombre?.

No creo que hagan falta muchas más palabras para decir que se estuvo viviendo a lo largo de los siglos con un temor constante en decir la verdad, ¿por qué?, Yo les digo por qué, confían solamente que en vuestras fuerzas y confían solamente en las condiciones humanas, ¿y, para cuándo confiar en el Espíritu Santo?, ¿para cuándo confiar en que el Padre no puede torcer los Mensajes que Él da?, ¿para cuándo decir en voz baja la palabra del Evangelio?.

Mis queridos, ¿cuántos años hace que entre ustedes hasta no podían abrir la Biblia para leer, 50 años atrás, 60, 70?, la Biblia, la Sagrada Escritura, se la dejaba para que interpretaran solamente los Ministros de la palabra, ahí tienen un ejemplo de cuánto han perdido. Yo veo un miedo generalizado en cuanto a enunciar verdades, no confundan, una cosa es la prudencia y otra muy distinta es el temor, el miedo, la cobardía y muchas veces el negar al Señor delante de los demás y Él fue muy claro: “si a Mí me niegan delante de los hombres, Yo les negaré delante de Mi Padre”.

Dice Jesús:

Todos los que hoy damos el Mensaje nos referiremos a lo mismo, Yo pregunto: dos mil años de historia ¿ya no son suficientes para ser adultos y enfrentar las cosas tal cual como deben ser?, Yo les pregunto Mis queridos: ¿pueden rezar el Padre Nuestro si saben que a pocos metros de ustedes hay alguien que padece injusticias de todo tipo?.

Yo creo que ya es tiempo de terminar con actitudes hipócritas, eso no significa que hay que salir a la calle y empezar a gritar a los cuatro vientos ciertas verdades esenciales, no, porque se haría más mal que bien, pero sí ir minando la sociedad de todos aquellos principios que ustedes dicen creer, sino todo esto es una impostura, nadie se atreve a nada, todo el mundo se guarda las cosas por temor. Ustedes saben que los primeros cristianos, para dar testimonios de su palabra, de Mi palabra, cuando pasaban los carros para recoger a todos aquellos que iban a ser llevados presos por sus creencias, muchos no esperaban que fueran a sus casas a buscarlos, salían ellos mismos y decían: llévenme, porque soy cristiano, quiero ir a morir en el martirio, porque soy cristiano.

Hermanos, ¿qué pasa?, ¿es que aquellos de los primeros siglos del Cristianismo, tenían más fuerza, tenían más fe, tenían más valentía para enfrentar las cosas?, ellos mismos se entregaban, Yo quiero el martirio porque soy un cristiano, no miremos la sociedad de hoy, porque entonces, sería para ponernos a llorar a gritos.

Cuando Yo les digo esto no es porque quiero que prevalezca Mi doctrina, nada de eso, es muy simple, es para que prevalezca la justicia, ¿o se han olvidado que Mi Madre, aquí, se auto titula Reina de la Justicia?, pues bien, no salgan a desafiar a la gente, con vuestras verdades, pero cuando llega el momento oportuno, sepan defender lo que creen, con todas las fuerzas que la situación merece, sino Mis queridos vuestras oraciones son como hojas que lleva el viento y nadie las escucha. Si vos golpeas a Mi puerta para pedirme algo y ves que tu hermano está sufriendo calamidades y me pedís cosas interesantes para vos, pero no decís una sola palabra de tu hermano que sufre calamidades, entonces en tu mente todo está muy confuso, y no creas que tu oración puede ser muy escuchada, ni siquiera escuchada. No a todos se les dio igual entendimiento, ya lo sé, pero a todos el Señor les dio cierta claridad mental como para darse cuenta qué es lo que está bien y qué es lo que está mal.

Los tonos de los Mensajes de ahora en adelante tendrán esta tónica.

Dice la Madre Teresa:

¿Hace falta vivir en un país como la India, para tomar conciencia de las injusticias que hay sobre la tierra?, mis queridos, a pocos metros de vuestro lugar de residencia tienen cosas horribles y cuando hablo así, no me refiero solamente al hambre de pan, me refiero al hambre de amor. ¿Ustedes creen mis queridos que a los lugares donde mandan vuestros hijos a la Escuela, se les da el amor que corresponde?, los hijos son lo mejor que tienen, y yo pregunto: ¿alguna vez se han presentado delante de los educadores de vuestros hijos y le han planteado buenamente todas estas cuestiones?.

Todo está fallando mis queridos, todo está fallando.

Dice San Martín de Porres:

La palabra justicia me produjo y me produce siempre un escozor, porque yo fui pensado, concebido, criado y vivido en medio de las injusticias, toda mi raza vivió padeciendo siempre, si ustedes encuentran algún momento en la historia de los de mi raza en que han sido felices, en la próxima reunión me lo dicen, pero yo no los encuentro a esos momentos de felicidad o de disfrutar algún pequeño derecho.

Hermanos ¿hasta cuándo hermanos, hasta cuándo?, si vos al cerrar tus ojos en la noche y dormirte placidamente, no hay todo un interrogante tremendo respecto a todo lo que pasa, respecto digo a los de mi raza, entonces mi querido, que Dios te ayude, pero tu sueño no puede ser tan hermoso, no puede ser tan hermoso. Sé que casi siempre no está en tus manos remediarlo, pero sí podés hacer causa común con todos, sintiendo dentro de tu alma, aunque sea por un instante, el dolor de los que sufren injusticias. Yo hablé y hablo de los hermanos de mi raza, pero me refiero a todos por supuesto.

Dice San Artemio:

En los primeros tiempos del Cristianismo cuando yo viví, ¿qué es lo que creen ustedes que más conmovió mi alma de alto militar del César?, que aquellas personas humildes y simples, que no tenían nada, incluso dejaban lo nada que tenían para morir por su Dios y su Señor, ¿no tenían hijos esos hombres?, muchas veces sí, pero era tanta la confianza en su Dios y su Señor, que no temían por sus hijos y morían muy tranquilamente con una sonrisa. ¿O qué creen ustedes que conmovió mi alma de militar del César, endurecida en los campos de batalla y en las acciones más feroces?, el obrar simple, sencillo, humilde, de todos aquellos que no les importaba nada, con tal de estar sirviendo a ese Dios del amor.

Porque Jesús representa mis queridos, la mayor revolución que se conoce en la historia, la revolución del amor para todos, la revolución del amor para todos, no para algunos nada más.

Piensen en todas estas cosas y en vez de deprimirlos o dejarlos mal por todo lo que hoy han oído, que esto les de fuerzas, energía, valentía y todas las cosas necesarias para luchar por todo. ¿Hace falta salir a la calle y hacer bravuconadas para cumplir con esto?, noo, ¿acaso el Evangelio no les dice que tienen que ser prudentes… (se corta la grabación)… .

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