Mensaje del 02 de Diciembre de 1998

Muchas de Mis lágrimas han tocado este piso, estos mosaicos, en consecuencia una vez más les digo: están pisando un lugar Sagrado, seguramente los científicos querrían analizar algún resto de lo que hay en el piso para ver qué grupo sanguíneo tenía Yo por las gotas de sangre que dejé pero vos hermano que razonás con el corazón tal vez toques el piso y te hagas la señal de la cruz diciendo: Señor te comprendo.

Mensaje del 02 de Diciembre de 1998

Habla Artemio:

Señor, hoy porque se nos hizo un poco tarde para algunas personas que tienen que regresar a su hogar más temprano entonces no leemos la palabra pero esperamos que vengas y tendremos tu palabra que es Agua Viva.

Ven Señor Jesús, ven, estamos cerca Señor ya a la media noche y prácticamente es la festividad de San Francisco Javier regálanos Señor alguna virtud de este Santo tan querido por vos Señor, regálanos Señor, regálanos algo de todas las cosas maravillosas que tuvo su vida, regálanos Señor, regálanos Señor.

Señor, uno está acá simplemente hablándote en esta noche y todas las noches a que alcance nuestra vida y todo lo que dijimos al comienzo es una expresión de deseos Señor de que todo lo que uno desea para los hermanos y para uno se concrete. Uno Señor es un poco impaciente como lo fue Francisco Javier, yo lo comprendo, tanto que su maestro Ignacio de Loyola, un día cuando era seminarista le dice: “te quiero Santo, sin tanto derramamiento de llanto y engolamiento de voz, te quiero siervo de Dios pero sin jugar a Santo”, y seguramente te lo dijo Ignacio de Loyola, San Ignacio para calmar un poco toda tu ansiedad, toda tu impaciencia para hacer un mundo mejor. Vos le dijiste a Ignacio: no, Padre, yo no soy nadie, él te respondió: no exaltes tu nadería, que entre verdad y falsía apenas hay una tilde y el ofanarse de humilde modo también es de ofanía, pero te digo valés mucho Francisco aunque vos te creas tan poquito, piensa que: el encanto de las rosas es que siendo tan hermosas no conocen lo que son.

Jesús está entre nosotros y está con su túnica gris desteñida, toda raída, con lamparones que se ven parte de su cuerpo, toda manchada y sucia, sus pies descalzos tienen rastro de sangre de haber caminado mucho, su pelo está todo desgreñado y lleno de tierra y parece más envejecido, sobre todo porque surcan su rostro un montón de lágrimas. Ahora Jesús se arrodilla y se sienta sobre sus piernas y levanta las manos, perdón los brazos, más atrás están…, bueno hay un montón de Santos, personas, Ángeles, hay de todo, toda la Corte Celestial que desentona un poco con su indumentaria respecto a la indumentaria de Jesús, aunque María también está con un hábito raído pero más nuevo, un poco menos desteñido. Jesús se levanta, se pone de pie y cruza sus manos adelante después de haberlas bajado.

Dice Jesús:

He seguido paso a paso lo que se fue diciendo al comienzo y he participado de ello, por eso Mi rostro está mojado con las lágrimas que pareciera que hoy tienen un gusto más salado que de costumbre.

Es que esta forma de presentarme ante ustedes es una forma de decirles: Yo estuve tirado en esa calle con un balazo en el cuello, Yo también recibí el balazo en la cien de ese hombre, pero también hoy estuve en el lecho de un viejito que agonizaba en un geriátrico sin ningún familiar cerca, estuve cerca de la viuda que pasa sus noches sin esperar a nadie porque no tiene a nadie a quien esperar.

Estuve también en las celdas de los presos y me solidaricé con ellos, no por las barbaridades que pudieron haber hecho sino porque por ellos también derramé Mi sangre en la cruz por si no lo sabían y aunque sea el último de los malvados Mi sangre también alcanza para él, porque ustedes en todo caso podrán estudiar largamente cuáles fueron las motivaciones para que ese hombre hiciera lo que hizo pero solamente Yo puedo juzgar lo que él hizo.

También estuve recorriendo cuarteles de militares, escuelas de formación de policías, me interné en los manicomios y vi en algunas piezas damajuanas llenas de Alopidol, para que esos enfermos pasen todo el día durmiendo así no molestan a nadie. Fui también a ver los sidosos y me senté en la cama de ellos y toqué sus heridas, sus manchas en la piel sin que ellos lo notaran y sentí mucha pena por todos. También estuve en las salas de los Hospitales donde tantos deciden la vida de los otros y me fui rápido por el susto que me llevé.

Estuve en tantas partes, estuve con los campesinos bolivianos que no tienen qué comer, estuve con los fanáticos guerrilleros del Perú que no saben por quién pelean. Me entretuve también en un leprosario, vagué silencioso por las noches de esos barrios humildes del Ecuador. Me metí en las casa de la muerte de la India, estuve cerca del lecho de un montón de moribundos y con dolor he visto que cuántos hubiesen esperado algún Ministro de la palabra que le llevara la Unción de los enfermos.

Cuántas cosas que recorrí en poco tiempo, cuántas y como Mi túnica está raída y se ven partes de Mi cuerpo verás con claridad hasta qué punto todos los golpes que recibí de los soldados en la noche de Getsemaní, estaban tan dolientes como en aquél instante, las patadas, los escupitajos, los golpes, todo, todo. Vos podés ver Mi cuerpo y ves a la altura de la cintura los moretones de las patadas y ves también cómo me chorrean sangre en las rodillas, es que paseando por este mundo volví a refrescar todas Mis heridas como queriendo decir: sigo derramando Mi sangre para redimir a todos estos hombres, de los cuales nombré algunos nada más.

No crean que no pasé por las casas de los dirigentes y no los vi tan felices como en los balcones de la casa de Gobierno, es decir, en un momento estuve en todos lados y volví a derramar toda la sangre que derramé y volví a sentir todos los dolores que sentí, tanto en el huerto de los Olivos, como en el camino del calvario, como en la cruz.

Entonces Mis queridos, podrían ustedes juzgar a alguien si Yo vine a este mundo mandado por Mi Padre para derramar Mi sangre por todos, pero especialmente por todos aquellos que están al margen de todo y por los que nada tienen, nada pueden, nada saben, nada aspiran, nada quieren, porque ya se les agotó todas las motivaciones para vivir y pensar que hay tantos que se preocupan por lo que llaman algunos pecados tan triviales y tan tontos que no merece ni pensar en ellos, mientras todo esto que Yo les acabo de decir en un pequeño pantallaza no conmueve a nadie, pero a Mí sí me conmueve Mis queridos, porque Yo derramé Mi sangre por todos, pero especialmente por todos estos que acabo de enumerar que son vuestros hermanos y mientras no lo reconozcan como tales el mundo será como está siendo ahora.

Yo te pregunto hermano pensando que estas palabras están dirigidas a todos los hombres de la humanidad, Yo te pregunto hermano: ¿qué sentís por aquél que se está pudriendo en la cárcel porque mató a siete u ocho personas?, hermano ¿qué sentís por aquél dirigente que se olvidó de sus promesas y por su culpa los niños mueren como las moscas?, ¿qué sentís hermano?, ¿qué sentís?. Te lo dejo como un interrogante para esta noche y para siempre.

Muchas de Mis lágrimas han tocado este piso, estos mosaicos, en consecuencia una vez más les digo: están pisando un lugar Sagrado, seguramente los científicos querrían analizar algún resto de lo que hay en el piso para ver qué grupo sanguíneo tenía Yo por las gotas de sangre que dejé pero vos hermano que razonás con el corazón tal vez toques el piso y te hagas la señal de la cruz diciendo: Señor te comprendo.

Dice la Virgen María:

Diariamente Yo ofrezco todo el dolor que pasé en Mi vida en el camino del calvario y ante la presencia de Mi Hijo en la cruz, diariamente lo sigo ofreciendo por la redención de toda la especie humana. Soy Co Redentora con Mi Hijo y Mis lágrimas son ofrecidas diariamente por eso.

Yo no quiero entristecerlos con estas cosas, tampoco lo que hizo Mi Hijo, solamente hacerles pensar un momentito con el corazón cuál es el camino que debe seguir un verdadero apóstol, no hay otro Mis queridos, no hay otro, no hay otro. Mientras no internalices en tu mente hermano todo ese dolor que subyace en todas las estructuras injustas que prevalecen y en todo el dolor que hay, mientras no internalices en tu mente todo eso no consideres que has entendido gran parte de todo esto, has entendido muy poquito o nada.

Por ahí Mi Hijo dijo en el año ’96: “casi todo podría resumirse en las Bienaventuranzas y en la Parábola del Buen Samaritano”, cuando tengas tiempo volvé a leer eso ¿eh?.

Dice la Madre Teresa:

Yo en lugar de ustedes respiraría hondo, porque no crean que es tan fácil tener delante a tantos Santos y almas maravillosas, entonces llénense vuestros pulmones de este aire porque es una forma física también de Santificarse, así que manos a la obra, respirar hondo mis queridos.

Qué extraña forma, dirán ustedes, que tiene esta mujer de hacer las cosas, sí, fui siempre así, tuve extrañas formas, entendí así la vida, las cosas y la Santidad, no quiero decir que sea el modelo pero a mí me pareció el mejor, no sé qué pensarán ustedes.

Pero les dejo un pequeño pensamiento: cuando mis lágrimas llegaban hasta mi boca y yo saboreaba el gusto salado que tenían, les puedo asegurar que nunca sentí algo tan hermoso como el sabor de mis lágrimas cuando las mismas estaban derramadas por un hermano, nunca hermanos sentí un sabor más hermoso.

Dice San Martín de Porres:

Yo sé que les pareció extraño que le tiznara el alma con el color de mi piel y tal vez no lo entiendan del todo muchos hombres, pero que les quede este pensamiento, a vos te lo mostré haciéndote ver la vida en las galeras cuando tantos de mis hermanos… (se dio vuelta la cinta)…, cuando podés referirle a tus hermanos todo lo que te hice ver en la bodega de los barcos, contales de esas bocas abiertas sin dientes que esperaban un poco de carne o pan o agua, contales lo que le ocurre a un ser humano cuando pasa muchos días sin beber agua como se seca y como grita y como llora, contale a tus hermanos lo que es tener todo el cuerpo infectado y esperar que la infección llegue al corazón para cerrar los ojos, contale a tus hermanos que, como te dije, de todos los que cargaban en el África el diez por ciento llegaba a destino y en condiciones terribles. ¿Y saben mis queridos?, esto no fue un viaje o dos, esto se prolongó por cuatro siglos, es decir cuatrocientos años.

Piensen en la cantidad, piensen en todos los gritos ensordecedores de esos hombres que el único delito que tenían sobre sus espaldas era tener la piel negra y ser considerados inferiores a los demás hombres que el único delito que tenían sobre sus espaldas era tener la piel negra y ser considerados inferiores a los demás hombres.

Contale a tus hermanos, contales y que ellos te pregunten, contales también que a veces veías nada más que el brillo de los ojos porque todo era, como era tan oscuro no había nada, solamente el brillo de los ojos y algún diente blanco que por ahí se veía. Contale a tus hermanos, contale todo esto y después deciles: esto se prolongó durante siglos, mientras nadie decía nada, mientras todos lo tomaban como algo natural, mientras tantos de aquellos que tal vez creían tener las cuentas al día con Nuestro Señor iban y compraban algunos de mis hermanos para tenerlos para siempre como una propiedad, como un objeto, como un mueble, haciéndole pasar todas las penurias de que pueden imaginarse.

Contale a tus hermanos no para que sufran sino para que vean lo que tus ojos han visto que te mostré en las galeras.

Dice San Artemio:

Yo sé que ustedes cuando yo comienzo a hablar dicen: este tuvo dos vidas, entonces como puede ser que una parte grande de su vida haya estado haciendo tantas maldades y la otra muchas cosas buenas, enseguida aparece en vuestra mente eso, yo lo estoy viendo.

Ahora bien, pero les digo para que les quede bien claro: cuando uno no sabe algo y procede de una manera no es culpable de lo que hace, además tendrían que entender también con qué mentalidad se formaba a los militares en aquella época, no se olviden que durante tantos siglos Esparta lo único que hizo fue formar soldados para la guerra, porque vivían en pie de guerra y Roma no hacía mucho menos, había una verdadera selección en los niños cuando nacían como en Grecia para que no hubiese defectos, un hombre defectuoso era..., no era un candidato para ser un soldado. Entonces hay que ubicarse en la mentalidad pero yo creo mis queridos que todo lo que hice después pesado en la balanza creo que pesa más y no fue un acto de arrojo de un día sino de muchos años hasta que me cortaron la cabeza. ¿Ustedes sabían que cuando a uno le cortan la cabeza por un momento, bastante largo se sigue pensando todavía?, mientras haya sangre oxigenada.

Creo haberlo impresionado bien al Señor mis queridos a pesar de mis conductas de los primeros tiempos porque el Señor me eligió para el martirio y Él no elige cualquiera para el martirio, yo no hice nada, Él me tocó con su dedo y me dijo: vení y yo fui.

Vamos a hablar bastante sobre esto porque para ustedes siempre seré un personaje un poco extraño y diferente al resto, quién no entiende a la Madre Teresa, pero entenderme a mí no es tan sencillo, no es tan sencillo. Estamos en el siglo cuarto entonces se hablaba de una manera, se tenían costumbres y yo servía en el imperio romano como un general de los más destacado.

Entonces, traten de entender toda la primer parte de mi vida porque sino van a ser duros al pensar en mí.

Amén.

Habla Artemio:

Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu de amor. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu de amor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor.

Aunque ya dijeron Amén dice San Francisco Javier...

Dice San Francisco Javier:

El Señor me permite decirles algunas palabras.

¿Se acuerdan que fui uno de los primeros Santos que aparecí en este lugar?, cuando vos te sentabas cerca de la puerta y yo aparecía por la ventana rodeada mi cabeza de un círculo naranja, siempre estuve muy cerca de ustedes, siempre los seguí muy de cerca y muchas cosas que pude también se las inspiré.

Yo te agradezco a vos todo el amor que siempre me tuviste, un amor tan grande que hasta yo diría raya un poco en el fanatismo, pero es porque te identificás tanto conmigo pero tanto que entonces estás predispuesto a ver todo maravilloso aunque sean mis peores defectos.

Ahora les digo hasta mañana porque mañana en la reunión de mañana en la noche les voy a decir muchas cosas, los quiero mucho, los amo a todos y ya que estamos en mi día intercederé especialmente delante del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo para que todas aquellas cosas que rondan por vuestra mente y son verdaderos problemas para ustedes el Señor les de la solución a todo, les sane las enfermedades, les solucione los problemas y les de esa paz que solamente el Señor puede dar.

 

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos