Mensaje del 01 de Junio de 1998

No sé cuántas Ave Marías, no sé cuántos Rosarios, no me interesa la cantidad, me interesa cuánto late el corazón cuando piensan en Mí y sobre todo lo que más me importa cuando piensan en Mi es que hagan lo mismo que hice Yo cuando le dije al Arcángel Gabriel: “he aquí la esclava del Señor hágase en Mi según tu palabra”, esa es la entrega que Yo quiero de ustedes.

Mensaje del 01 de Junio de 1998

Habla Artemio:

Señor Jesús yo estaba mirando la imagen pero también podría haberte mirado a vos nada más que vos tenés una túnica blanca que no deja ver ninguna herida, excepto la de los pies y la de las manos.

Habla Señor que tu siervo escucha.

Dice Jesús:

Es posible que no entiendan el por qué de los ruidos o sonidos mientras piensan en Mis heridas o me cantan cánticos o..., otras cosas que puedan hacer, es bíblico, en todo el Antiguo Testamento y también en el Nuevo siempre hay algún instrumento musical o algo que produce sonidos o ruidos, hasta el crepitar de la leña en el fuego al quemarse, tal vez no entiendan esto tan fácilmente.

“Bienaventurados todos aquellos que fueron evocados esta noche porque ya he correspondido a sus pedidos y están en proceso de sanación, los que no se han sanado ya o en forma inmediata, todo depende de vuestra fe en creer que Yo puedo sanarlos. Lo han leído en el Evangelio que antes de proponerle a alguien la posibilidad de su sanación o se le preguntaba al enfermo o se pensaba: ¿está en condiciones este hombre de que en él se produzca un milagro?, a veces sí, a veces no y a veces me retiraba de una ciudad sin que se produjera un milagro porque la fe de la gente no alcanzaba. Ténganlo en cuenta esto y grítenlo muy fuerte: el hombre de fe puede mover cualquier cosa, el mundo mismo o una pequeña hoja y si vuestra fe todavía es pequeña y alcanza para poco pídanmela con mucho fervor y Yo se las concederé.

Les repito que esos sonidos que he oído mientras me dirigían las súplicas me agradaron enormemente y a medida que pasen los días saldrán otros ruidos más o sonidos.

Dice Nuestra Señora:

A cuántos les ha dicho ayer sobre la Visitación y en cada caso ponías tanto énfasis como si estuvieras viendo y efectivamente estabas viendo, nunca podés imaginarte cómo cayeron esas palabras en las personas y el noventa y nueve por ciento de ellas no las había oído nunca, pero lo importante es que ninguna de las personas a las que te dirigías te parecía que no podría recibir eso, a todas se los decías con el mismo énfasis, convencido de que llegaban y te aseguro que llegaron.

No es cuestión de grandes palabras sino que salgan del corazón, así como la llama de amor que sale de Mi Corazón es lo único que puede transformar el mundo y enceguecer al espíritu de las tinieblas, así también todo lo que me pidan por medio de la llama del amor que sale de Mi Corazón Inmaculado les dará todo aquello que necesiten, pero no olviden lo que dicen siempre: no es cuestión de pedir por pedir, primero tenemos que amarnos mucho y como una conclusión o una consecuencia de esa amistad de ustedes con vuestra Madre del Cielo, entonces surgirán cualquier pedido y Yo se los concederé pidiéndoselo a Mi Hijo.

No sé cuántas Ave Marías, no sé cuántos Rosarios, no me interesa la cantidad, me interesa cuánto late el corazón cuando piensan en Mí y sobre todo lo que más me importa cuando piensan en Mi es que hagan lo mismo que hice Yo cuando le dije al Arcángel Gabriel: “he aquí la esclava del Señor hágase en Mi según tu palabra”, esa es la entrega que Yo quiero de ustedes. Yo era una simple muchachita y ni sabía el alcance que tenían esas palabras pero el Señor me dio la valentía de decirlas, pídanle ustedes también esa valentía de poder decirlas y cuando esa entrega sea así todo lo demás se dará por añadidura.

¿Saben que tengo que repetirles otra vez que los amo mucho?, porque tengo un deseo muy grande de decirles que los amo mucho, que siempre los acompaño a todos lados, que aunque estén solos o acompañados ahí estoy Yo siempre a vuestro lado, siempre, así como una madre quisiera siempre estar al lado de su hijo, así estoy Yo al lado de ustedes, no se olviden.

Puede que no haya ningún ruido, ni ninguna flor que se abre ni ningún pasto que crece ni nada pero Yo, la Madre de Dios estoy siempre a vuestro lado, ¿y que hijo no se siente tranquilo y en paz, no se siente seguro definitivamente cuando tiene la madre a su lado?.

Ese pensamiento les dejo esta noche, cuando se acuesten, piensen: aunque yo apague la luz, mi dulce Señora, la Madre de Jesús está velando mis sueños y si se esfuerzan un poquito verán Mi rostro sonriente y más aún, verán la llama de amor que sale de Mi Corazón Inmaculado.

En estas pequeñas y grandiosas y maravillosas cosas debe pasar la mayor parte de vuestra vida.

Amén.

 

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