Mensaje del 19 de Julio de 1998

Estoy muy complacido de estar con ustedes ahora pero me parece que algunos rostros se han puesto un poco serios o preocupados por la expresión de esas Profecías que van y vienen por el mundo, no quiero decir demasiado pero lo suficiente como para que se entienda un poco más este problema. Yo creo que fui lo suficientemente claro cuando le hablé a la Beata Faustina y le dije que: “entre la Ley, representada por Mi Padre y el hombre, estaba Yo que era la Misericordia y el amor”. Atendiendo eso, ustedes creen por ventura que Yo podría intentar una purificación del mundo en base a formas violentas como si fuese un castigo a aquellos que han elegido mal su libertad y están viviendo a contramano, nunca podría hacer eso. Ese tipo de castigo les gusta a algunas personas que creen que la letra con sangre entra y no es así, la letra con sangre solo origina resentidos.

 

Mensaje del 19 de Julio de 1998

Habla Artemio:

En el día de hoy, domingo 19 de Julio o 20 no sé, Nuestra Señora eligió el día 15 de Septiembre como día en que se conmemore esta Festividad con su nombre, además recomienda todos los segundos jueves de mes y si es posible precedido por una Novena, una conmemoración mensual para que se logren todas las aspiraciones de Nuestra Madre, Jesús, en sus distintas apariciones personales.

Jesús ya está en medio de nosotros, está descalzo como siempre, la túnica es blanca, bah amarillenta pero no, no nueva sino medio raída, medio rota, tiene el cabello un poco más oscuro porque se le ha mojado parece con la humedad de la noche. Está como el Sagrado Corazón de Jesús, con una mano mostrando su Corazón, aquí al lado del Señor se ha colocado Nuestra Madre la Virgen y ahora apareció en la puerta la Madre Teresa, salta los pies de los que están molestando ahí y viene y se pone al lado, entre Jesús y la Virgen.

Jesús se decide a hablar.

Dice Jesús:

Paz y bien a todos.

Celebro verlos reunidos, Mi Corazón reboza de alegría por todos estos rostros. Desde ya les digo que todos los presentes tienen Mi especial bendición y aunque algunos ya lo tienen pero lo mismo les ratifico que en la bendición que les estoy impartiendo es para siete generaciones, para ustedes y siete generaciones.

Estoy muy complacido de estar con ustedes ahora pero me parece que algunos rostros se han puesto un poco serios o preocupados por la expresión de esas Profecías que van y vienen por el mundo, no quiero decir demasiado pero lo suficiente como para que se entienda un poco más este problema. Yo creo que fui lo suficientemente claro cuando le hablé a la Beata Faustina y le dije que: “entre la Ley, representada por Mi Padre y el hombre, estaba Yo que era la Misericordia y el amor”. Atendiendo eso, ustedes creen por ventura que Yo podría intentar una purificación del mundo en base a formas violentas como si fuese un castigo a aquellos que han elegido mal su libertad y están viviendo a contramano, nunca podría hacer eso. Ese tipo de castigo les gusta a algunas personas que creen que la letra con sangre entra y no es así, la letra con sangre solo origina resentidos.

No voy a ocultar que se va a realizar una purificación de montones de cosas pero el esquema de acción sería así, este es el año del Espíritu Santo, entonces el Padre, Mi Padre derramará sobre la faz de la Tierra el Espíritu Santo a montones, eso producirá una serie de prodigios en los Hijos de la Luz que hará recapacitar y volver a tomar el camino correcto de aquellos que se han desviado; es decir, muchos creen que parecería que hasta el hombre debería participar en el exterminio de los malos, ¿quién sería menos malo entonces?, qué error terrible, Yo no sé como puede afirmarse una barbaridad así, el problema va por otro lado, lo que pasa es que se ven las cosas nada más que desde el punto de vista humano y hay que hacer un esfuerzo para verlas desde el punto de vista Divino, en el sentido que será tanta la fuerza del Espíritu Santo sobre la faz de la Tierra que habrá miles de conversiones, es decir conversiones a granel, pero ese Espíritu Santo se manifestará a lo largo y a lo ancho del globo terráqueo a través de los Hijos de la Luz y con ese ejemplo de ellos habrá conversiones masivas de los hombres, esa es una forma maravillosa de obrar del amor.

Es decir, ni el Padre, ni Yo ni el Espíritu Santo quisiéramos alguien que milite en nuestras filas por obligación o por temor, Mi Reino es el Reino del amor, Mi palabra es la palabra de la paz, Mi acción es la Misericordia, entonces basta de dudas respecto a lo que podría pasar o no podría pasar, estén expectantes siempre para ver cómo debe actuar un Hijo de la Luz y van a ver que los prodigios se multiplican diariamente; es decir, aquí en este recinto, diariamente los prodigios se multiplican, cada día son más numerosos y aquellos que vienen tal vez con un espíritu demasiado interesado en solamente sanar su enfermedad y después basta, terminan más convertidos a la palabra del Señor y sanados de su enfermedad.

Entonces, se puede indagar, se puede pensar, se puede discutir, se puede replantear, pero que quede bien claro, la Gran Cruzada del Espíritu Santo que pidió Mi Madre, acá, en este lugar, se hará con un torrente invencible de gracia que salga del Padre y lo inunde todo, después de eso o durante y después de eso se verán montones de prodigios y los hombres en libertad decidirán qué hacer con su vida y hacia dónde dirigir sus pasos, eso les indica claramente que muchos optarán por el camino del bien y su vida será un ejemplo para los otros y otros seguirán en las tinieblas, porque tanto Mi Padre, como Yo, como el Espíritu Santo les seguirá respetando su libertad para obrar como quieran, pero también tengan presente que la vida no es tan larga y no hay tantas oportunidades, tan maravillosas como estas, en que el Espíritu Santo manará y se extenderá por toda la Tierra como un torrente vertiginoso que todo, todo lo tocará. Quede bien claro todo esto.

Para evitar errores y para no pensar en un Dios vengativo que, porque sus hijos se portan en forma indebida Él los destruye, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo respetarán siempre la libertad del hombre hasta las últimas consecuencias, porque de nada vale que uno viva de una forma si lo hace obligadamente. Solamente me importa aquél que vive de una forma cuando ha sido una elección en libertad y producto del amor, lo otro no me interesa, sigo esperando como el Padre esperó en el Antiguo Testamento tanto tiempo sin castigar hasta que Yo llegara y derramara Mi sangre y redimiera a la humanidad.

Habla Artemio:

Señor Jesús has sido tan claro todo lo que has dicho que me admira tu poder de síntesis y tu forma tan clara y concisa de decir cosas tan grandes y tan tremendas en tan poquito espacio.

Nuestra Señora hoy está como Nuestra Señora del Espíritu Santo, con su paloma arriba del Corazón y va a decir algo.

Dice Nuestra Señora:

“Bienaventurados los que toquen tu pecho, porque tocarán Mi Corazón y el fuego de Mi amor los abrazará totalmente para siempre, bienaventurados aquellos que toquen tu pecho”.

He estado observando como estos días le has contado a algunas personas ese acontecimiento que vivimos el primero, el día primero a la noche, el día de la Madre de Dios y no sé pero me dio la impresión que procedías como un chico que tiene vergüenza de contar algo importante que ha pasado, lo que tenés dentro de vos no debe ser un motivo de vergüenza o temor, sino debe ser un motivo de disponibilidad, de dación para todos y debés hacerlo sin ningún temor y sin ninguna vergüenza, porque si así lo hacés en realidad me estás ofendiendo.

No tomes estas palabras al pie de la letra, solamente quiero decirte que si sabes que las cosas no son tuyas entonces podes muy bien contarlas o enumerarlas porque estás haciendo algo correcto y Yo diría obligatorio, asi que afuera los puritanismos y esa forma clerical de enfocar las cosas.

Ahora, has leído en el libro de Profecías, ese libro grande que está sobre la mesita, que Yo he dicho por ejemplo: que muchos representantes de la Iglesia están unidos a la masonería internacional para contribuir a la venida del Anticristo, bueno, me da la impresión que no se me interpretó el mensaje adecuadamente cuando Yo lo di, me parece que hay demasiada subjetividad de parte de quien lo escuchó para decirlo, detrás de todo eso hay una mentalidad bastante vieja y caduca sin querer ofender a todas esas buenas personas que obran con buena voluntad pero me da la impresión que para hablar sobre Mi los ha traicionado el subconsciente y han puesto soluciones o palabras en Mi boca que Yo no he dicho ni por casualidad, que quede bien claro y por Mi parte te digo: no te molestes en abrir ese libro para leer una página más, porque es perder el tiempo y además de perder el tiempo es llenarse la cabeza con ideas negras que nada tienen que ver con la llama de amor que sale de Mi Corazón y del tuyo y con la Misericordia del Señor.

Yo creo que soy bien clara en todo esto, no pierdas el tiempo en leer una hoja mas de ese libro, por supuesto que hay montones de cosas rescatables, sí, pero la mayoría..., no son de Mi agrado, porque ponen en Mi boca cosas que Yo no dije.

Habla Artemio:

Ahora la Madre Teresa de Calcuta dirá alguna cosa, habla la Madre Teresa.

Dice la Madre Teresa:

El otro día me ofrecí como secretaria para hacer cosas y yo no sé si vos sos sordo o qué pero no me has encomendado ningún trabajo todavía, en consecuencia te pido que me encargues cosas para hacer, no tengas ningún temor en molestarme, yo no me molesto, al contrario, disfruto en moverme, porque es en mí una costumbre arraigada desde toda la vida: el no perder jamás un minuto de tiempo.

Todo esto de esta noche, las palabras de Jesús y de María me parecen maravillosas, me parecen sensatas, me parecen profundas, me parecen sumamente esperanzadas, aunque yo esté de este lado pero aún no conocía bien, bien la forma de pensar de Jesús y de María y esto me ha aclarado a mi también un montón de cosas.

Entonces, no tengo más que decirte solamente que me encargues cosas todos los días, muchas porque quiero ayudarte, quiero ayudarte.

Para terminar quiero bendecir muy especialmente a todas las personas que están presente aquí esta noche y cuando se van a acostar y hunden su cabeza en la almohada piensen: que yo, la Madre Teresa les ha dado su especial bendición, porque los amo mucho, los recuerdo mucho y veo diariamente todas las cosas que hacen y como proceden. Alegrémonos todos porque todo esto es obra del Señor y todo está marchando mucho más rápido de lo que ustedes creen.

Ámense mucho unos a otros, ámense de veras, ámense demostrándoselo, que no pase por ustedes ni si quiera un fino hilo de resentimiento o algo por el estilo, ámense, ámense.

Amén.