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Mensaje del 13 de Agosto de 1998

Hay que reparar tanto dolor hermanos, hay que reparar, no se contenten con decir: estoy bien, estoy en paz, mis cosas funcionan, mejor no me podría ir, no, no se contenten con eso, hay que pagar deudas, ¿qué deudas?, todas las deudas, todas las deudas de las injusticias que se cometieron en estas tierras a lo largo de estos cinco siglos y como ya dije otras veces: los hombres están tan acostumbrados a vivir dentro de la injusticia que les parece lo más natural, pero no se llamen a engaño, hay que pagar las deudas, hay que pagar las deudas, porque no solamente hay pecados a nivel personal, hay pecados a nivel comunidad y hay pecados a nivel naciones.

 

Mensaje del 13 de Agosto de 1998

Habla Artemio:

Hoy es 13 de Agosto, 13 de Agosto, hoy conmemoramos la Rosa Mística y además el primer, la primera vez que conmemoramos también el segundo jueves del mes que Nuestra Señora, la Madre de los Dolores, Reina de la Justicia, Esposa del Espíritu Santo, que aparece aquí ha elegido los segundos jueves de cada mes para que sea honrada y además eligió para su fiesta el día 15 de Septiembre, que es el día de la Madre de los Dolores, asi que todo este día de trabajo, de cada uno de ustedes y mío se lo ofrecemos a Nuestra Madre para honrarla en este segundo jueves del mes, ella dijo: “puede hacerse con una Novena antes o también directamente ese día.

Bueno, tengo noticias que la aparición de Nuestra Señora de Fátima en Tucumán, haciendo referencia a todo lo que pasa acá, que fue enviada al Rector del Santuario de Fátima en Portugal ya está en manos del Papa y todos pensaban que el último Mensaje de la Virgen de Fátima era de destrucción o algo por el estilo por eso tantos esperaban para Mayo el fin del mundo ¿se acuerdan?, bueno, nada que ver, nada que ver; es decir, esa era la última carta hasta que el año pasado apareció en Octubre en Tucumán a la señora Chuchi, una señora carismática también y le habla del futuro Templo que va a existir aquí en Posse, que se va a dirigir el día que el Padre quiera, el Padre Eterno ¿no? y ratifica todo lo que nos dijo acá y además dice que las características del Tercer Milenio serán de: paz, orden y plena vigencia de los dones del Espíritu Santo. Es decir, que contrariamente a lo que muchos decían o imaginaban Nuestra Señora anuncia que el Tercer Milenio será de paz lo que dije recién; es decir, éste sería el último Mensaje de Fátima, el que dio en Tucumán a la señora Chuchi.

Bueno, entonces todo lo que hicieron cada uno de ustedes durante este día se lo..., y lo que hice yo, lo ofrecemos a Nuestra Señora, el Inmaculado Corazón de María pero con el nombre de Nuestra Señora de los Dolores, Reina de la Justicia, Esposa del Espíritu Santo le ofrecemos todo nuestro trabajo de hoy como un homenaje a ella y decimos lo que a ella le gusta mucho que uno diga: “he aquí la esclava del Señor, hágase en Mi según tu palabra”, dijo Nuestra Señora que con esas palabras es una forma de entregarse plenamente a ella y además entre otras devociones recomendó el rezo de la Salve, por eso lo vamos a hacer:

“Dios te Salve, Reina y Madre de Misericordia,

vida, dulzura y esperanza nuestra.

Dios te Salve, a ti llamamos los desterrados hijos de Eva,

a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra,

vuelve a nosotros, esos tus ojos misericordiosos

y después de este destierro muéstranos a Jesús,

fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clementísima!.

¡Oh piadosa!.

¡Oh dulce Virgen María!.

Ruega por nosotros Santa Madre de Dios

para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo, Amén”.

Ahora vamos a hacer la invocación al Señor, el canto de recién fue de acción de gracia y de alabanza del Señor, lo mejor que podemos hacer para el Señor es alabarle y darle gracias y también una hermosa forma de pedirle es alabándolo y dándole gracias por todo lo que cada día nos regala, bueno. Te damos gracias Señor por todo lo que ha pasado en este largo día en nosotros, lo que Yo digo en voz alta ustedes en silencio lo van ofreciendo también como tarea de cada uno.

Ven Señor Jesús, ven en nuestro auxilio, ten compasión de nosotros Señor, ten compasión de nosotros Señor, porque somos simples, precarios, somos como un montoncito de tierra Señor que aspiramos a tantas cosas Señor y tal vez no logremos ni algo de lo que aspiramos. Ten compasión de nosotros Señor, apiádate de nosotros Señor, te compasión de nosotros Señor, ten compasión Señor, ten compasión por toda mi vida, desde que me engendraron hasta el día de hoy, por todas las cosas que hice y por todas las cosas que debía hacer y no hice. Ten compasión Señor, ten compasión Señor porque debí haberte servido con un corazón más generoso, un amor más amplio y una humildad más profunda Señor, ten compasión de mi Señor que soy un miserable pecador, ten compasión de mi que soy un pobre gusanito que se arrastra sobre la tierra Señor y que cualquiera puede destruir en un instante.

Ten compasión de mi Señor, porque no estoy a la altura de lo que hago ni a la altura de lo que creo; ten compasión de mi porque no te amo como debiera Señor, no te amo como debiera amarte, no te respeto como debiera respetarte, no te alabo como debiera alabarte Señor, ten compasión de mi Señor y en esta noche conságranos a nosotros a tu Inmaculado, a tu Divino Corazón y al Inmaculado Corazón de María, conságranos a todos Señor y conságranos a todos los hombres de la humanidad, especialmente los de América, de la Argentina, de Córdoba y de este pueblo, conságranos Señor a tu Sagrado Corazón y al Inmaculado Corazón de tu Madre, cúbrenos con tu Sangre Preciosísima Señor, porque cubierto con ella Señor nada tenemos que temer y hasta las cosas más difíciles se vuelven simples y fáciles, hasta lo más duro se vuelve posible y si estamos revestidos con tu sangre redentora Señor nada ni nadie podrá detener nuestro caminar, porque vos nos estás dando fuerza para que caminemos Señor.

Gracias Señor porque sos tan bueno con nosotros, gracias Señor porque corre por nuestras venas la sangre y nuestro corazón sigue latiendo Señor, gracias Señor. Te doy gracias por la familia que me diste, por los hijos que me rodean, por los amigos que tengo, gracias Señor, gracias también por los enemigos que tengo o pudiera tener, porque ellos me ejercitan en la caridad hacia vos Señor. Gracias Señor porque siempre estás habitando en nuestro corazón y siempre estás cenando con nosotros, es decir compartiendo nuestro mismo pan, nuestros dolores y nuestras alegrías, nuestras angustias y nuestra felicidad; gracias Señor porque nos dejas que te amemos Señor, porque nosotros te amamos Señor un montón Señor, nuestro corazón está diariamente aspirando a amarte Señor. Yo te amo Jesús, yo te amo Señor con todas las fuerzas que tiene mi cuerpo y mi alma y mi espíritu Señor, yo te amo Señor y te amaré toda la vida y te seguiré amando cuando esté en la otra vida y por toda una eternidad. Gracias Señor porque permites que te ame, mientras que todos estamos en malas condiciones de amarte Señor pero te amamos como somos, te amamos con lo que tenemos, te amamos con toda la fuerza de que somos capaz Señor.

Ven Señor Jesús, ven, ven si quieres darnos tu Mensaje, no solamente para nosotros Señor sino para todos los hombres de la Tierra, porque tenemos la dicha Señor que vos hayas elegido este lugar para hablarle a todos los hombres, así como también lo eligió tu Madre, para preparar el Jubileo del Año 2000, para preparar la Gran Cruzada del Espíritu Santo, para preparar una entrada grandiosa en el Tercer Milenio. Ven Señor Jesús, ven, ven Señor, si esa es tu voluntad ven, ven Señor.

Jesús ya está entre nosotros, respiren y sentirán el olor, el perfume del pasto en el campo, Jesús está vestido como el Sagrado Corazón, Nuestra Señora está como está allí en el retrato y la Madre Teresa como siempre con su hábito talar, blanco y azul, Jesús y María están descalzos y la Madre Teresa lleva franciscanas. Gracias Señor por estar aquí entre nosotros, no solamente como estás siempre sino también en forma material, es decir con materia incorpórea que se ve a través de. Por eso Señor todos, en lo más íntimo de nuestro corazón te pedimos por todas nuestras necesidades, todas las necesidades que tenemos nosotros, nuestras familias, nuestros amigos, nuestros enemigos, nuestros bienhechores, nuestros malhechores, por todos Señor, por todas las necesidades de todos, por todas las necesidades de nuestro Pastor, el P. G., por una feliz terminación de mandato del Obispo y un buen comienzo del otro, para todos Señor y ahora si es tu voluntad de decirnos algo Señor te escuchamos con toda la atención que merece tu palabra Señor.

Dice Jesús:

“Bienaventurados todos los que están aquí presentes, porque sus nombres están escritos en el Libro de la Eternidad y Mi Padre y el Espíritu Santo están cayendo sobre vosotros para Santificarlos y darles toda la fuerza que necesitan para seguir siendo Mis Discípulos”.

Así como recién me decían ustedes que me amaban, sépanlo, Yo también los amo con todo Mi Corazón y aunque ahora me ven, pero durante el día estoy siempre con ustedes y quien se deja conducir Yo lo llevo de la mano en todas las tareas que ustedes realizan.

No serán tantas Mis palabras de hoy, pero quiero recomendarles que oren mucho, ofrezcan los sacrificios que hacen durante el día por pequeños que sean, ofrézcanlo, y además hagan penitencia por todos aquellos hombres que forman la humanidad y no quieren ablandar su corazón para recibir Mi Mensaje.

El concepto de penitencia también debe renovarse, no porque el anterior sea malo sino muchas cosas que ustedes hacen pueden ofrecérmelas, por ejemplo mirar un programa de televisión a disgusto porque no les interesa, caminar que también es un sacrificio es una penitencia cuando vuestros dedos les duelen, también se hace penitencia cuando uno tiene una uña encarnada y ofrece ese dolor por algo. Ofrezcan también todo el dolor que produce dentro del mundo y de la Tierra la depredación de las plantas y de los animales, ya sé que es legítimo comer carne pero ofrezcan el dolor de un animal cuando muere. ¿Han visto los animales cuando están próximos a morir como miran?, como si instituyeran la muerte, ofrézcanme todo eso y ofrézcanme las penas que han tenido en vuestra vida, los dolores en vuestros partos, los sacrificios que han hecho al levantarse en la noche a amamantar a sus hijos o a atenderlos cuando tenían fiebre, todo hecho con un corazón recto y generoso es una buena forma de ofrecerme a Mi, porque todo eso va restituyendo el orden que el hombre fue quitándole al universo.

Además, oren, oren mucho, pero si lo quieren hacer háganlo, pero a veces no tienen suficiente tiempo entonces pongan vuestras manos, vuestro corazón, vuestras piernas, vuestro cuerpo a orar. Cuando hacen una planilla, cavan un pozo, cuando pelan una papa para hacer la comida, si lo hacen como corresponde es una forma de oración, oren de tal forma que hasta los actos más simples de vuestra vida sean una oración constante a Mi, al Padre y al Espíritu Santo y no se olviden nunca que tienen que hacerlo a través de Mi Madre que es la Mediadora de todas las Gracias y en vuestras devociones diarias recuerden siempre a Mi Madre porque sino serían hijos desagradecidos, ya que ella está siempre... (se dio vuelta la cinta)..., ella está siempre disponible para abrazarlos con todo el fuego que sale de su Inmaculado Corazón.

Dice Nuestra Señora:

Mis queridos, tengan en cuenta que cuando están respirando lo hacen con el mismo aire que lo hacemos nosotros, Mi Hijo, Yo, la Madre Teresa, llenen vuestros pulmones del mismo aire que respiramos nosotros.

Tenés en tus manos el Rosario que te regalaron esta mañana, nunca llegas a imaginarte con todo el amor que lo han hecho, nunca.

Mi Hijo les ha pedido que oren en abundancia y que conviertan todos los actos de vuestra vida diaria en una oración constante, Yo también les pido lo mismo, ahora pero en esa oración que hacen diariamente tengan en cuenta que Yo les he pedido y les sigo pidiendo que dediquen eso para todos los hombres que son vuestros hermanos y que viven a lo largo y a lo ancho de la Tierra pero especialmente en esta América, en la cual Yo les estoy hablando por todos aquellos hermanos que sufren toda clase de calamidades. No me refiero solamente al hambre de pan sino también al hambre de amor, no sé cuál es más peligrosa ni más terrible.

Yo tengo el propósito de que ustedes vayan lentamente cambiando la mentalidad y vuestro punto de vista, sobre todas las cosas que pasan y han pasado en esta América, que Yo llamo irredenta. Lo dije muchas veces y lo vuelvo a decir y lo repetiré tantas más: “Mi Hijo y Yo estamos cansados de pasear entre las flores que nacen de la boca de los muertos de aquellos que murieron esperando una liberación que no les llegó de ninguna parte”, todos tienen algo de culpa en todo ese dolor y no se conformen con pensar que están bien, que están en paz, que son felices, no se conformen solo con eso sino que tienen que hacer todo un razonamiento, toda una toma de conciencia de lo que pasó en todas estas tierras, en estos cinco siglos, es tanto el dolor, es tanto, es tanto que parece como un himno terrible que nace de las entrañas de la Tierra y llega hasta los confines del Cielo.

Hay que reparar tanto dolor hermanos, hay que reparar, no se contenten con decir: estoy bien, estoy en paz, mis cosas funcionan, mejor no me podría ir, no, no se contenten con eso, hay que pagar deudas, ¿qué deudas?, todas las deudas, todas las deudas de las injusticias que se cometieron en estas tierras a lo largo de estos cinco siglos y como ya dije otras veces: los hombres están tan acostumbrados a vivir dentro de la injusticia que les parece lo más natural, pero no se llamen a engaño, hay que pagar las deudas, hay que pagar las deudas, porque no solamente hay pecados a nivel personal, hay pecados a nivel comunidad y hay pecados a nivel naciones.

Por eso, paguen, paguen todo lo que puedan para compensar de alguna manera con los que están vivos, toda esa cantidad de generaciones de los que murieron con hambre y sed de justicia. Mi Corazón no tendrá descanso hasta que no reine la justicia en todo el mundo y especialmente en estas tierras, gritaré tantas veces como sea necesario, sollozaré tantas veces como sea posible, para conmover vuestros corazones y ponerlos de rodillas ante el Padre para pagar deudas de todas las injusticias que se han cometido contra vuestros hermanos. No importa si ustedes hacen las cosas bien, eso está muy bien, por supuesto, piensen que también deben pagar por aquellos que no pagan y cuando leen los diarios, ven los medios masivos de comunicación y perciben las tremendas injusticias que existen en la actualidad, entonces ofrezcan vuestros sacrificios, vuestras oraciones y todo vuestro ser para calmar la ira del Padre por todo lo que se comete en contra de sus criaturas y no se olviden nunca de pedir que Yo los abrace a todos con la llama que sale de Mi Inmaculado Corazón, esa llama es la única que puede salvar la humanidad.

Que todo esto no sean palabras hermanos, Mis queridos, que sea todo una acción cotidiana.

Los amo mucho, los tengo siempre en Mi Corazón.

Habla Artemio:

El Señor en este momento nos está regalando todo un viento fresco que recibimos en el rostro, esa es la presencia viva del Espíritu Santo, sientan como sube desde el piso el frío, sientan como en el rostro suavemente se posa sobre ustedes el Espíritu Santo.

Dice la Madre Teresa:

Veo algunas caras nuevas aquí esta noche, ¡gloria a ellos!.

Tanto Jesús como María les dijeron otra forma de orar además de las que hacen siempre y están muy bien. ¿Saben qué oraciones practicaba yo?, ponerme bien delante de la boca de aquellos que se estaban muriendo de hambre para sentir el aliento a repollo podrido que salía de sus entrañas y lo aspiraba como un suave perfume para ofrecerlo al Padre como una forma de oración; y les puedo asegurar que a pesar de las tuberculosis y todas las enfermedades que ellos tenían jamás me he contagiado nada de nadie.

Aquellos que se escandalizan por esas cosas tendrían que hacer la prueba y van a ver que van a entrar verdaderamente en la dimensión de los seres humanos cuando escuchan las palabras de los moribundos y huelen sus alientos nauseabundos.

¡Háganlo mis queridos, háganlo! y van a ver ustedes hasta qué punto van a entrar en otra dimensión, cuando vayan tomando conciencia de todas estas cosas van a ver qué fácil se resuelven todos vuestros problemas. Todo aquello que los aqueja o los preocupa, cuando ustedes se ponen a servir a vuestros semejantes en cualquier situación, incluso las más calamitosas, van a ver hasta que punto se van olvidando de todas vuestras penas, porque muchas veces mis queridos, ustedes se acuerdan de vuestros dolores porque no tienen otra cosa que hacer, como hoy vos le dijiste a alguien: me parece que acá hace falta un poco de sarna para rascarse, es una expresión un poco fuerte, pero qué oportuna y qué bien dicha.

Entonces mis queridos, tengan presente: cuando en vuestro día entran a vivir vuestros hermanos necesitados, enfermos, pordioseros, desarrapados, marginados, hambrientos, entonces se van a dar cuenta hasta qué punto vuestras penas ya no son, vuestros dolores ya no existen y toda vuestra vida va a ser un canto de esperanza al Señor; porque nada hay tan grande como descubrir y descubrirse que uno está amando a su hermano, pero no a un hermano bien cambiado, bañadito y oliendo bien, sino al hermano con olores terribles, llenos de piojos y la mugre cubriéndole toda su piel, ¡allí van a encontrar la dimensión justa de lo que es el hermano!.

Porque hacer muchas veces lo que hace la mayoría de atender a aquellos que están en muy buenas condiciones o reunirse para ver qué decir sobre todo esto, ¡qué poco valor hermanos que tiene todo eso!, habrá que hacer otro tipo de cosas y si no la pueden hacer porque están en un lecho de enfermos, porque vuestra salud no lo permite o por lo que sea háganlo como lo hacía Teresita de Lissieux que estaba enferma de tuberculosis y desde su cama vivía orando y ofreciendo sus dolores por todos los evangelizadores y misioneros del mundo, por eso a ella se la llama la Gran Misionera y nunca se movió del Carmelo donde estaba y murió apenas pasados veinte años, y sin embargo fue una gran misionera, sin haber salido nunca del Convento.

Que todas estas palabras mis queridos les sirvan plenamente para saber por dónde va la cuestión fundamental de vuestras vidas, si así lo hacen van a ver hasta qué punto hasta el aire que respiren será más grato y conmovedor.

¡Los quiero mucho!, ¡los amo con toda mi alma!, y estas palabras un poco fuerte que dije no van dirigidas a ustedes aquí en concreto sino a todos los hombres de los cuatro puntos cardinales, a todos.

Amén.

Habla Artemio:

Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu de amor, Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu de amor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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