Mensaje del 21 de Marzo de 1998

Reflexionen, piensen y sobre todo cambien, estamos en la era de la Misericordia, donde todos tienen oportunidad y son llamados para remediar estos grandes males.

 

 

Mensaje del 21 de Marzo de 1998

Habla Artemio:

Jesús se ha arrodillado acá delante de mí, no me ha pedido el almohadoncito, pero se ha arrodillado, quería poner el grabador más despacio pero como Él tiene las manos sobre mis rodillas ya no lo puedo poner, eso significa que en algún lugar alguien ha resucitado; es decir, como Él nos aclaró una vez que alguien que ya estaba prácticamente muerto ha vuelto a la vida, más o menos tengo presente de quien se trata pero a Él no le gusta mucho que uno ande investigando eso, Él dijo que iba a dar como señal de ponerse de rodillas.

Habla Señor que tu siervo escucha.

Dice Jesús:

La paz del Señor sea con ustedes.

Yo no quiero decir que vuestra fe sea floja ni mucho menos, pero a veces tengo que refrescarles un poquito la memoria para que ustedes se den cuenta hasta que punto están dentro de Mi amor y de Mi consideración, lo digo a propósito de lo que se leyó en la Sagrada Escritura, ustedes ni remotamente se les cruzó por la mente eso y sin embargo, Yo lo tenía en cuenta y todo esto que va encaminado a ser conocido en todas las tierras del planeta y que en apariencia están como demoradas allí, Yo sigo trabajando con todas esas cosas pero en este día 21 de Marzo, en que se conmemora la oposición a la segregación racial, es decir a la separación de los hombres en razas, quiero decir algunas palabras sobre eso, lo que estas palabras sean lapidarias, sean realmente una enseñanza definitiva.

Es cierto que el mundo tiene muchos problemas pero creo que uno de los principales o tal vez sea el principal sea el de la segregación racial, hablemos de América, del Sur, del Centro y del Norte, hablemos del Canadá, siempre dentro de la América, de los Estados Unidos que es una vergüenza universal la segregación racial, incluso pensemos en los países europeos, cualquier persona que vaya de otros lugares será siempre un extranjero y nunca le darán cabida dentro de la comunidad, incluso dentro de las mismas naciones, regiones contra regiones y siendo de la misma raza. ¿Acaso le es fácil vivir a un pakistaní en Inglaterra donde prevalece, parecería, la buena educación y el amor de todos?, ¿les es fácil repito vivir un pakistaní en Inglaterra?.

Realmente Mi Corazón está acongojado y en este día, que no debería ser solamente un día sino todos los días del año, quiero levantar Mi voz y hablarle a todos los hombres de la Tierra…

Habla Artemio:

Jesús se volvió a arrodillar.

Dice Jesús:

Quiero hablarle a todos los hombres de la Tierra repito, para que terminen de una buena vez..., terminan de una buena vez con todas las diferencias raciales que hay en el mundo, Yo no conozco un país donde no haya diferencias raciales, entonces tan grave como el hambre, tan grave como la falta de educación y como otras cosas de las que hemos hablado es la segregación racial, Yo diría tal vez un de las más importantes, porque si tenemos que amar al prójimo como a nosotros mismos se les ha dicho, entonces quiere decir que se está fallando en el primer mandamiento.

Es decir, cuando analicen vuestra conciencia para saber qué pecados tienen hombres de toda la humanidad, tengan en cuenta esto: ¿cómo trato a mis hermanos de otras razas?, ¿qué consideración tengo por ellos?, ¿cuánto los amo?, porque Yo diría que esto representa un pecado universal.

No hace falta decir muchas palabras para decirles a los hombres que desde los gobernantes hasta los más simples ciudadanos, tal vez estén en pecado grave porque el problema de la diferencia que hacen entre razas es terrible, parecería que a algunos hasta les corre en la sangre todo esto.

Reflexionen, piensen y sobre todo cambien, estamos en la era de la Misericordia, donde todos tienen oportunidad y son llamados para remediar estos grandes males. Cuando hacen el acto de reconciliación o penitencia piensan a veces en pequeñas tonterías personales que realizaron pero dejan escapar cosas enormes y terribles en cuanto a la consideración de los otros hermanos de acuerdo a su raza, esto debe terminar, debe terminar, si en siglos pasados ocurría pero ¿acaso la humanidad no avanza y el hombre todos los días no va entendiendo más las cosas?, entonces ¿qué pasa Mis queridos?, ¿qué pasa en vuestro corazón que parecería que ante el hermano de otra raza segregan un veneno mortal?, aprovechen la era de la Misericordia.

Habla Artemio:

Habla Nuestra Señora…, estoy aturdido Señora porque vos dijiste querer llamarte Reina del Espíritu Santo, algunos teólogos pusieron reparos por esa designación, otros no, pero no se atrevieron a seguir con esa denominación para no entrar en conflictos con nadie, esta mañana alguien me dice: yo no le sacaría ese nombre, diría Reina con el Espíritu Santo, a mi no me suena lindo al oído: María Reina con el Espíritu Santo.

Por eso, yo te pido Señora, no sé si hoy o cuando vos quieras, que definas el problema para que la señora A., pueda poner debajo una inscripción, qué inscripción va a poner por fin.

Dice Nuestra Señora:

Ese tema no lo voy a hablar hoy, hoy quiero reafirmar las palabras de Mi Hijo, ¿se acuerdan en los Mensajes y Revelaciones y Profecías del ’96?, con qué claridad meridiana se habló en contra de todo lo que representaba la diferencia dentro de las razas, aquí en América y en todo el mundo pero parecería que en América nadie toma conciencia de eso, los gobernantes conviven con la injusticia de ser los que hacen cumplir leyes que incluso están determinando la segregación racial y lo hacen con tanta naturalidad que espanta.

Yo le diría a todos los gobernantes: acuérdense que todo poder viene de Dios y Dios les ha dado el poder para que lo administren como corresponde porque tendrán que dar cuentas de todo aquello que no hacen como debieran hacer, las injusticias en este tipo están a la orden del día y por esas injusticias aparecen otras y otras, otras encadenadas.

Qué clara que he sido Yo en los Mensajes y Revelaciones y Profecías del año ’96 sobre todo este tipo de cosas, qué clara que he sido. Releer todo aquello pero vuelvo a repetirles: todos son hermanos y mientras no vivan de esa forma están en pecado, aunque no les guste la palabra, si tratan a alguien de una forma diferente de la que corresponde al trato de un hermano están en pecado grave y no solamente en el trato sino en la actitud que tienen para con los otros; ustedes dirán que culturalmente uno arrastra esos problemas, pero ¿acaso ustedes no tienen inteligencia y corazón para decidir, para pensar de otra forma, para corregir todo aquello que no está bien?.

Valgan estas palabras para los más encumbrados y los más humildes, valgan para todos, porque si bien es cierto que los que detentan el poder, en todos los órdenes, en todos los órdenes, cometen tremendas injusticias, también es cierto que los que están sufriendo las consecuencias de todo esto también, también dentro de su corazón muchas veces hay un odio irracional por los demás. Ya sé que hay razones muchas veces para que haya ese odio pero, ¿cuándo dejarán entrar Mis palabras, las de Mi Hijo, las del Espíritu Santo en ustedes para ver las cosas con claridad?.

Habla Artemio:

Dice la Madre Teresa, y lo hace poniéndose la mano en la cabeza como si estuviera espantada.

Dice la Madre Teresa:

Si ustedes quisieran realmente conocer mucho sobre segregación racial tendrían que visitar la India, porque si ustedes llegaran a comprender un poquito nada más de todo lo que pasa en la India y lo que ha pasado a través de todos los tiempos, se espantarían, se espantarían y no dormirían por un tiempo muy largo del susto que se pegarían, porque parecería que es el país que da ejemplos por antonomasia de la segregación racial, es tan terrible, tan tremendamente horroroso, es tan visible. Cómo puede un hombre pasar delante de otro y porque pertenezca a una clase social, a una casta, incluso siendo de la misma nacionalidad, escupir, ¿cómo?, es mi hermano.

Yo no quiero aburrirlos porque conocen demasiado todo lo que pasó a través de los tiempos en la India pero, despacio, en la India es muy evidente, pero entre ustedes ocurre, no es tan evidente, es más sutil, pero ocurre igual ¿eh?, ocurre exactamente igual. Tal vez ustedes no escupan pero por dentro piensan y vuestros pensamientos no son justamente una belleza ¿eh?. Después cuando hacen examen de conciencia y piensan en qué cosas están fallando ni se les ocurra pensar en este problema y yo diría porque lo viví en carne propia, que tal vez sea el problema más grande que padece la humanidad, más que el hambre misma, porque el hambre en todo caso es más noble, es más noble que el odio irracional por el otro porque no es de mi misma raza.

No se engañen hermanos, no se engañen, ni se crean Santos, ni en camino de la Santidad, mientras estos temas no sean puntuales en nuestras vidas.

Dice Monseñor Pironio:

Cuando yo era secretario del CELAM, el Consejo Episcopal Latinoamericano, muchas veces levanté mi voz para hacer oír lo referente a este problema y por los resultados veo que no se me ha dado ni cinco de importancia, pero fue siempre algo que carcomió mis entrañas, porque sería interesante que ustedes recorrieran los países de América Central, las Guayanas, el Brasil y toda la América, toda la América, para darse una idea de que es lo que pasa.

Si alguien tomara conciencia de repente de todas estas cosas tan graves lloraría eternamente, después no hablen del primer mandamiento, ni se les ocurra hablar del primer mandamiento, mientras no tengan clarísimo en vuestra mente que hay que hacer, en este caso sobre todo cuando hablo de mi hermano o mi prójimo.

Habla Artemio:

Ha aparecido aquí, por la puerta del hall un hombre negro, Martín Luther Kin, tiene una hermosa sonrisa donde en su rostro renegrido brillan sus dientes blancos y dice…

Dice Martín Luther Kin:

Yo no he militado en las filas del catolicismo pero es lo mismo, yo me sumo a todo lo dicho aquí hoy y me sumo a ustedes, me sumo a ustedes para elevar un grito desgarrador por la segregación racial, yo lo he vivido en carne propia durante tantos años y por eso me han matado, alguien usó su arma en contra mío por el odio racial.

Entonces, ustedes ni remotamente se imaginaban que yo podía aparecer hoy aquí, pero estoy aquí para decirles: mis hermanos, estoy con ustedes y me encantaría que me pusieran en la lista de los Santos Protectores, aunque creo que una vez vos anotaste mi nombre pero volvelo a anotar para ratificar esto que estoy diciendo.

Es la primera vez que alguien de otra religión aparece en estas Revelaciones, qué hermoso que es esta forma de ecumenismo y esta forma de ver como Nuestro Señor, su Madre, la Madre Teresa han hablado.

Desde hoy consideren que mi mano negra como el carbón está siempre presente entre ustedes para ayudarles en todas vuestras tareas.

Habla Artemio:

Luther Kin tiene los ojos enrojecidos y se le nota que por su rostro caen gruesas lágrimas y hace como si alargara sus brazos para abrasarlos a todos, abrasarnos a todos.

Amén.