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Mensaje del 31 de Marzo de 1998

Considérense privilegiados porque ustedes están haciendo la historia, no se preocupen si los Mensajes, Profecías o Revelaciones están guardadas en el ropero, pero piensen que montones están recorriendo el mundo ya y esas que están guardadas ya van a encontrar la forma de publicarlas. No se apuren porque Yo tengo Mis planes y Yo voy a decidir el momento oportuno de cada cosa, porque no se olviden que a pesar de todos aquellos que pongan dificultades o piedras en el camino, Mis palabras no perecerán y Yo las conservaré hasta la consumación de los siglos.

Mensaje del 31 de Marzo de 1998

Habla Artemio:

Hoy es 31 de Marzo.

Señor, en medio del tiempo de la Cuaresma donde nos estamos preparando para vivir la Pascua y especialmente la Semana Santa que es la semana llamada Mayor, porque en ella se consuma los actos principales de la vida del cristiano, es decir, se conmemora primero el Domingo de ramos, es decir la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, luego los días de la Semana Santa cuyos máximos días son el Jueves donde se instituyen la Eucaristía y el Sacerdocio, el Viernes donde se recuerda toda la Pasión del Señor y el Sábado hacia la noche la Resurrección de Jesús, para hacerlo en forma triunfante el Domingo de Pascua, llamada Pascua de Resurrección. Es decir, no es que Jesús se vuelva a morir ahora, Jesús está vivo, nada más que se conmemora, es decir todos,
conmemorar quiere decir hacemos memoria juntos, con memoria, conmemorar, hacemos memoria juntos de algo que pasó, conmemorar,
memorar recordar, recordar juntos.

Entonces Señor, antes de esta Semana Santa, yendo hacia el Domingo de Ramos yo quiero acompañarte Señor en todo esto que vos vas a realizar, cada uno lo dice en forma personal, yo quiero acompañarte Señor, por eso te alabaré y glorificaré tu nombre el Domingo cuando levantaré el ramo para seguirte en tu entrada triunfal en Jerusalén, históricamente está muy lejos el Domingo de Ramos del Jueves Santos, pero se lo hace estar cerca para conmemorarlo, para que no se pierda con el tiempo. Es decir, si está muy lejos el Domingo de Ramos del Jueves Santos entonces se perdería.

Luego Señor, quiero pensar en tu Pasión, porque tu Pasión no empieza Señor en la Semana Santa, empieza mucho antes, tu Pasión empieza yo diría cuando empezaste tu vida pública a predicar, aunque el primer acto que ocurrió en las Bodas de Caná ahí no vemos pasión tuya, pero ya empieza a notarse que tu presencia pública empezaba a conmover las multitudes. Es decir, tu Pasión no fue tres, cuatro, cinco días sino que fue mucho tiempo, porque en tu rostro serio y muchas veces triste, se veía Señor ya de alguna manera la muerte en la cruz porque vos sabías que tenía que cumplirse lo que habían anunciado los Profetas, que tenías que morir en la cruz para la redención de todos los hombres y que debías pagar con tu sangre todas las penas, todas las culpas, todas las cosas que hicieron mal los hombres, que seguimos haciendo mal, porque tu sangre no deja de salir de tus heridas porque sigue pagando.

Por eso, yo te alabo Señor y te glorifico y siento que mi corazón se ensancha enormemente Señor porque primero tu Padre que decide enviarte a la Tierra, tomar carne en el cuerpo de una mujer, María, por mí Señor, vos lo hacés nacer a Jesús como un hombre por mí Señor, cada uno dice para su adentro: por mí ¿no?, cada uno habla en primera persona, bueno, tu lo hiciste nacer Señor Jesús por mí, lo hiciste predicar la Buena Nueva en todos los pueblos que nos cita la Sagrada Escritura, lo hiciste por mí Señor, entonces yo te alabo Señor, yo te glorifico Señor, yo te doy gracias Señor porque en tu Corazón yo ya estaba aunque eso ocurrió hace 2000 años, pero yo ya estaba en tu corazón y vos me amabas Señor, me amabas, vos me amabas y cuando así como vos me amabas, cuando sentía los pinchazos de las espinas en la frente y en la cabeza o los lonjazos, latigazos, patadas, empujones, salivazos, todo eso que te hicieron Señor, de alguna forma, yo estuve contribuyendo para que te pasara eso Señor, cuando yo hice de mi vida cualquier cosa, cuando yo te ofendí, cuando yo te ofendí fuertemente Señor o te dejé abandonado a un costado Señor porque algún motivo me hizo perderme, yo estaba pinchando también tu frente Señor y yo te estaba dando lonjazos Señor y te estaba dando patadas Señor, yo te di patadas Señor en tu cuerpo, te di lonjazos Señor en tu cuerpo, toda vez que hice algo que no era adecuado e inconveniente yo te di lonjazos Señor, yo también contribuí a que vos sufrieras Señor y cada vez que diariamente hago algo que no sea correcto, hago que salga sangre de tus heridas y que a vos te siga doliendo Señor. Porque a vos te duele cada cosa que yo hago mal pero no abrís la boca, no decís una palabra, ni siquiera me castigás, en absoluto, lo que hacés es esperarme, siempre me esperaste Señor y me seguís esperando todos los días cuando yo no hago las cosas como debería hacerlas, pero no solamente Señor las cosas que yo hago mal sino todas aquellas cosas que debería hacer bien o debería simplemente hacerlas y no las hago.

Señor, cuando delante de mí se sienta algún hombre o alguna mujer cuyo rostro no me resulta simpático o a nivel piel me cae como antipático a pesar de ser buena persona, pero no todos los rostros nos caen de la misma forma, entonces Señor yo saco los ojos de foco y trato de ver tu rostro Señor en ese rostro que no me cae simpático, entonces después me empieza a caer simpático, lo digo en voz alta por las dudas si les sirve para algo.

Señor, yo te alabo y te glorifico y te doy gracias y te vuelvo a dar gracias y elevo mi canto Señor al atardecer, en la noche, a la mañana, en todo momento Señor, pongo mi corazón a cantar Señor para darte gracias, para reconocer todo lo que hiciste, hacés y seguirás haciendo en mi vida Señor y por más que yo haga Señor, yo realice cosas y entone cánticos maravillosos, ni siquiera, ni por casualidad Señor, yo me acerco un poquito a todo lo que debería hacer por vos Señor. Ahora, es cierto que en la medida que todos los días me ejercito en esto voy creciendo Señor y te voy entendiendo más, más, mucho más, te voy entendiendo con el corazón, porque con la mente no puedo entenderte Señor.

Gracias Señor, gracias porque siempre me amaste, gracias Señor porque me seguís amando todos los días, gracias Señor porque me permitís vivir Señor, me permitiste un día nacer y ahora me permitís vivir Señor, gracias Señor porque mi vida aunque no te guste del todo o no te guste, vos la seguís protegiendo, la seguís ayudando, la seguís teniendo en cuenta para hacer tus cosas Señor, porque yo siento Señor que vos usás mis manos, usás mis piernas, mis pies, pero sobre todo usás mi corazón y mi mente Señor. Por eso yo te doy gracias porque vos un Dios de tu altura Señor me usa a mí para llevar su palabra y no solamente en lo que pueda decir sino también en la forma de mirar, en la forma de sonreír, en la forma de trata a la gente, en todo Señor, yo te doy gracias Señor porque estoy tan contento de tenerte como hermano, como Padre, como amigo, como compañero de camino.

Yo te alabo Señor, yo te alabo porque en el fondo de mi ser estás vos también siempre diciendo las palabras que vos querrás decir para que las oiga mi hermano, lindo o feo, grande o chico, blanco, negro o amarillo Señor. Vos estás en todo Señor, por eso yo te agradezco Señor, yo te bendigo Señor, yo te alabo Señor, yo te alabo Señor y pongo todo mi ser a cantar un himno, un himno gigante y extraño que anuncia en la noche del alma una aurora, ese himno Señor que no quiero que se agote nunca, que no sea solamente para estos días de preparación para la Semana Santa, sino yo quiero alabarte, yo quiero agradecerte, yo quiero elevar mi espíritu con todas mis fuerzas a lo largo de cada día del año, de cada hora, de cada minuto, de cada segundo e incluso haga la tarea que haga quiero que esa tarea Señor, que ese trabajo lo tomes como un cántico de alabanzas Señor, un cántico de alabanza si mis manos modelan algo o arreglan algo, que sea una alabanza a vos Señor, si elevo mis ojos que sea una alabanza a vos Señor, si bajo mis ojos también una alabanza, si ingiero un alimento Señor aunque en ese momento tal vez no me acuerde y también sea una alabanza Señor a vos porque tengo ese alimento para poner en mi boca Señor, eternamente te alabaré Señor, eternamente.

Yo te alabo Señor porque tu Misericordia es grande, yo no alcanzo a entender toda tu Misericordia ni siquiera el comienzo Señor, pero como sé que es tan grande Señor yo te alabo Señor, yo te agradezco Señor, yo siento necesidad de cantar cosas Señor que te agraden aunque en vos sea horrible y el canto no tenga rima, no importa, lo fundamental Señor es que mi corazón cante y cante continuamente la obra maravillosa que vos hiciste y seguís haciendo y seguirás haciendo Señor.

Yo te alabo en esa criatura down que esta tarde a última hora estuvo aquí y que los padres ni se acordaron de querer hacerle la sanación, si no la llevo yo la llevan sin sanación, porque para ellos es como si fuera una cosa, yo te alabo Señor con el rostro de cada uno de los enfermos, te alabo Señor con cada uno de los rostros que se cruzan delante de mí en la calle Señor, te alabo con cada uno de los miembros de mi familia Señor e incluso pongo en la boca de los miembros de mi familia también alabanzas aunque ellos ni pretendan ni quieran ni sientan alabarte, pero yo pongo en su boca alabanzas Señor, porque ellos aún no entendieron por dónde va el camino que lleva a vos Señor. Gracias Señor, gracias porque me permitís ser generoso en poner en boca de mi familia, en la boca de cada uno de los que ser relacionan conmigo una alabanza para vos Señor.

Gracias Señor, gracias porque eres grande Señor, pero lo que más me emociona Señor es pensar en tu Misericordia, porque si yo te digo que sos grande Señor puedo compararte con algo, pero si digo y si hablo de tu Misericordia no se con qué compararla Señor, porque no la alcanzo a entender Señor, no sé nada Señor prácticamente de lo que es tu Misericordia, sí sé que es gratuita Señor aunque yo haga méritos o no, vos la estás derramando sobre mi Señor por eso te doy gracias Señor, te alabo Señor porque estoy gozando de los beneficios de tu Misericordia y en el fondo no sé exactamente el alcance que tiene todo eso y la Misericordia es el fruto del amor Señor que vos me tenés desde el comienzo de todos los tiempos. Como decíamos el otro día, que le decías el Profeta Ezequiel: Yo te amé desde una eternidad y te amé también en el seno de tu madre, porque
ya en ese seno te consagré a Mí.

Señor, si lo más grande que nos puede pasar en la vida es el amor, dónde voy a
encontrar un ejemplo de amor tan grande, tan enormemente grande Señor como en vos, pero no un amor así nomás que dura un tiempo Señor, un amor que te hace sufrir Señor, que hace que vos muera en una cruz y antes que sufra hasta lo indecible Señor y todo por mí Señor, cómo tendré coraje yo de hacerte algún mal Señor si yo sé que al hacértelo estoy dándote un lonjazo en tu cuerpo o una patada en tus riñones Señor, como me animaré a decir una blasfemia Señor o hablar mal de alguien o calumniar a una persona Señor si en ese momento siento que te estoy dando una patada Señor, que te estoy golpeando Señor en los lugares más sensibles de tu cuerpo Señor, que vos por esos golpes míos derramás sangre Señor.

Por eso Señor, por eso gracias Señor, alabado seas Señor, alabado seas Señor, gracias Señor, gracias Señor, alabado seas, glorificado seas Señor, tenido en cuenta seas Señor, todos los hombres de la Tierra pongan en su boca palabras de alabanza para ti Señor, que todos los hombres de la Tierra Señor te alaben, esa es mi intención Señor, de poner en boca de cada uno de los hombres de la Tierra todas las alabanzas Señor, por tu grandeza, por tu amor, por todo lo que representas para mí Señor.

Qué sería de mi vida, de mis cosas, de mis luchas, de mis motivaciones, de todo, qué sería Señor sin vos, qué, qué sería Señor, ya no tendría sentido la vida Señor, porque solamente mi vida tiene sentido Señor cuando, cuando vos le das sentido Señor sino, si yo quiero hacer mi propia carpa en el desierto, vos no la habitarás porque vos querés que habite en tu propia carpa.

Gracias Señor, gracias, nunca me cansaré Señor de darte gracias y cuando esté dormido, que mi respiración Señor te siga dando gracias, que la sangre que corre por mis venas te siga dando gracias Señor, que todo el proceso que me mantiene vivo el organismo te siga agradeciendo Señor, aunque yo duerma un sueño profundo, pero pongo todo Señor para agradecerte pero no un rato sino siempre, no un día sino años y años y años hasta que te pueda ver cara a cara Señor, entonces te alabaré de otra forma Señor.

Jesús ya está en medio de nosotros y también su Madre, la Madre Teresa y otras personas que están como desdibujadas, no las alcanzo a ver bien.

Habla Señor que tus siervos escuchan, habla Señor, habla Señor que tus siervos escucha en este último día del mes de Marzo de 1998, habla Señor, habla.

Dice Jesús:

Una lluvia de gracias estoy derramando sobre ustedes y sobre todas las personas que están anotadas en los cuadernos o embolsados sus nombres o encajonados sus nombres, hago llover sobre todos un montón de gracias para que cada uno tenga la respuesta que busca, para que cada uno solucione su problema, para que cada uno restaure su salud, sigue lloviendo la gracia sobre todos, sobre ustedes, sobre vuestras familias y no solamente sobre vuestras familias sino también sobre las familias que vendrán hasta la séptima generación … (se dio vuelta la cinta)…, que es decir siempre.

Considérense privilegiados porque ustedes están haciendo la historia, no se preocupen si los Mensajes, Profecías o Revelaciones están guardadas en el ropero, pero piensen que montones están recorriendo el mundo ya y esas que están guardadas ya van a encontrar la forma de publicarlas. No se apuren porque Yo tengo Mis planes y Yo voy a decidir el momento oportuno de cada cosa, porque no se olviden que a pesar de todos aquellos que pongan dificultades o piedras en el camino, Mis palabras no perecerán y Yo las conservaré hasta la consumación de los siglos.

Ya sé que todo esto despierta celos de muchísimas personas y sobre todo de aquellos que no permiten que el prójimo pueda tener algo más que ellos, no lo toleran pero sabemos demasiado bien que en el hombre hay mala levadura, en consecuencia, a no desanimarse nunca, a seguir haciendo todo lo que esté al alcance tuyo y de ustedes, ya llegará el momento en que muchos tendrán que arrodillarse, muchos tendrán que pedir perdón, muchos tendrán que disculparse, pero será ya tarde, será tarde porque se han perdido un tiempo hermoso de vivir en contacto con las palabras de Mi Madre, Mías y de algunos Santos, quieren silenciar tal vez, quieren silenciar todas esas cosas y al silenciarlas se están privando de disfrutar, de gozar, de saborear, de paladear lo que pueda decirles Yo, no importa, Yo tengo Mis métodos, Mis caminos, Mis tiempos y Yo decido las cosas. Sí, también es cierto que los hombres tratan de destruir montones de las cosas que Yo hago, muchas veces las destruyen, pero vuelve a renacer con más fuerza de lo que tenía antes.

Entonces, en el Mensaje de este día que quede clara una cosa, los siglos pasaron pero Mis palabras no pasarán, los siglos pasaron pero Mis palabras no pasarán y todo aquello que ustedes sueñen hacer y todavía no pueden porque faltan montones de cosas, considérenlas hechas porque vuestra intención Yo ya la tengo en cuenta.

Amadísimos hijos, si supieran cuántos los amo y cuánto estoy dentro de ustedes, a veces ustedes pasan el día y piensan que a lo mejor Yo estoy lejos pero Yo estoy dentro de vuestro corazón, de eso tengan plena seguridad y no duden en pensar: Jesús está dentro de mi corazón y si Él está dentro de mi corazón Él me ama y si me ama me protege y si me protege ya nada puede asustarme porque el Señor está conmigo, y no por un día, o dos y no por un tiempo sino por toda una eternidad. Entiéndanlo, ustedes no entienden hasta dónde llega la palabra eternidad, así como tampoco entienden hasta dónde llega la palabra Misericordia, pero sigan pidiendo luces al Espíritu Santo para que Él les vaya diciendo cada día un poco más todas estas cosas.

Los amo, los amo, los amo.

Dice Nuestra Señora:

Mi preocupación por el nombre que van a ponerme son nula, porque me pongan de una forma o de la otra Yo dije que era Reina del Espíritu Santo, ustedes pueden llamarme como quieran o como quieran aquellos que dicen ser sabios en todas las cosas, no importa las denominaciones, Yo soy la Virgen María, soy la Madre del Redentor, soy la Madre de Dios, en consecuencia llámenme como me llamen me están llamando a Mí, díganme solo María o díganme Nuestra Señora o díganme la Virgen, qué importa cómo me nombren, lo importante es si al nombrarme vuestro corazón reboza de alegría y reboza de felicidad.

Vos hace unos días que pensás en María Reina de la Justicia, también me gusta, tal vez me guste más que María Reina del Cielo, al decir María Reina de la Justicia parecería que fuera algo más concreto que Reina de los Cielos o Reina del Cielo, aunque ese nombre ya me lo dieron en otras oportunidades a través del tiempo, pero en cuestión de nombres no me interesa, con tal que ustedes tengan en vuestro corazón un profundo amor por Mí, así como Yo siento un profundo amor por ustedes.

Dice la Madre Teresa:

Yo nunca tuve demasiado en cuenta lo que dicen los teólogos respecto a la mayoría de los principios religiosos, por supuesto que siempre estuve dentro de los principios de la Iglesia Católica Apostólica Romana y traté que en mis enseñanzas, en mis palabras, en todo, no salirme de los límites que me impone la Santa Madre Iglesia, pero no fue una preocupación importante en mi vida. Mi preocupación importante fue amar a todos aquellos que consideraban que estaban totalmente faltos de amor, entonces, entonces no me podía preocupar tanto ni poco la palabra de muchos teólogos, porque yo he visto como tantos de ellos a través de los tiempos se fueron equivocando en muchas cosas y después tuvieron que desdecirse de lo que habían dicho antes, ¿acaso el Documento del Concilio Gaudium Et Spes, no dice claramente todas estas cosas?, que tanto en los laicos como en los religiosos había una consideración muy flaca por ejemplo del Espíritu Santo.

Entonces hermanos un consejo terminante, ¿quieren saber algo de verdad?, ¿quieren saber por donde va el camino?, entonces pídanle al Espíritu Santo que les dé todo lo necesario para saber por dónde va el camino, pero pídanselo como si fueran bebés recién nacidos de inocentes, para que no haya ningún prejuicio en ustedes y realmente si lo piden escúchenlo, no escuchen lo que ustedes ya sabían, escuchen al Espíritu Santo qué es lo que les dice, de esa forma nunca se van a equivocar, porque acaso ¿Él no dice que el Espíritu Santo sopla donde quiere?, entonces ¿quién puede atribuirse exclusividad en entender algo?, si la persona más simple que está delante de nosotros a veces hace juicios mucho más certeros que hombres llenos de ciencias y sabiduría. Porque la verdad que manifiesta el Espíritu Santo no puede compararse ni por casualidad con la sabiduría de los hombres y con el accionar de los hombres.

Entonces que quede claro, el Espíritu Santo sopla donde quiere y cuando quiere y como quiere y si en lo profundo de vuestro corazón tienen la certeza que el Espíritu Santo les ha dicho algo, serían tontos si anduviesen preguntando por ahí: esto es así, porque son o no son, si el Espíritu sopla donde quiere, sopla entonces sobre cualquiera de ustedes, en cualquier momento, lo único que hay que hacer es ser un buen receptor de ese Espíritu y la condición esencial como ya se dijo es la humildad, la humildad, pero no una humildad predicada, sino una humildad practicada, bien practicada. Nadie puede convencer a los demás de que es humilde si su accionar cotidiano no es humilde.

Y para terminar les recomiendo, piensen esta noche al acostarse qué es la humildad y hasta qué punto ustedes están dentro de esos caminos.

Amén.

Habla Artemio:

Habla Eduardo Pironio, Cardenal de la Iglesia, dice también algunas palabras en esta noche.

Dice Eduardo Pironio:

En mi libro: Escritos Pastorales, hay cosas muy hermosas, me harían mucho
bien a mí y se harían mucho bien ustedes si durante las reuniones si quiera leyeran algunas frases de esos Escritos Pastorales, en cualquier parte, porque creo yo y me lo ha dictado el Espíritu Santo, en consecuencia no tiene desperdicios.

Y por qué no terminar la reunión de esta noche antes de cantar leyendo algún pensamiento de ese libro, seguramente les va a hacer muy bien.

Yo los amo mucho, los quiero mucho, los tengo siempre presente y además acuérdense que desde el primer momento en que pasé a este mundo he estado siempre con ustedes porque me encanta acompañarlos.

Los amo.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)