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Mensaje del 16 de Diciembre de 1998

Con el poder y la fuerza de todo el calor que sale de Mi Corazón y del fuego que sale de Mi Corazón hago descender sobre ustedes todas las gracias y toda Mi Misericordia para que a partir de este momento se vean libres de las enfermedades que tienen, de los problemas que los afligen, de las cosas que les preocupan y de todo aquello que no está en el camino recto y en las sanas intenciones, es decir, todo renovado.

Mensaje del 16 de Diciembre de 1998

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Dice Jesús:

… el espíritu de las tinieblas todo está bien y nada hay que temer, pero los hechos son los que deben hablar más que Mis palabras, ahora sientan en vuestro rostro el calor, el fuego que sale de Mi Corazón, sientan como Mi Corazón emite rayos muy fuertes que traspasan todo vuestro cuerpo, entonces en este momento Mis queridos, piensen en silencio en todos los lugares de vuestro cuerpo o de vuestra alma en que quieran ser traspasados por los rayos que salen de Mi Corazón.

Hijos Míos, pueden pensar en sus familiares, en sus parientes, amigos, enemigos y no guarden ningún resentimiento, sánenlos a todos pensando en que la llama que sale de Mi Corazón los quema con el fuego de Mi amor, en adelante ya no podrán hacer ninguna cosa fuera de lugar. Piensen incluso en vuestros enemigos, piensen en aquellos que no los quieren por ser como son, piensen en todos aquellos que se mueven en las aguas del egoísmo, la soberbia, la impureza, la vida inútil, piensen en todas esas personas para darles otra vida, que no les importe a ustedes cuánto les odian o cuánto les desprecian o cuánto no los quieren, ustedes están sobre y por encima de esas cosas, entonces piensen que los rayos de Mi Corazón traspasan a esas personas para sanarlas de todo lo malo que tienen.

Que todo esto también sirva para sanar a todos aquellos que están anotados en los cuadernos, anotados en el cajón de papeles, en la bolsa, en todo y a pesar de que lo que oyen no es malo pero comparen, eso puede ser un divertimiento pero en todo caso es adorar a ídolos de barro, no está mal, pero ustedes están en otra cosa, en todo caso eso que oyen es inocente, pero ustedes están en otra cosa.

Con el poder y la fuerza de todo el calor que sale de Mi Corazón y del fuego que sale de Mi Corazón hago descender sobre ustedes todas las gracias y toda Mi Misericordia para que a partir de este momento se vean libres de las
enfermedades que tienen, de los problemas que los afligen, de las cosas que les preocupan y de todo aquello que no está en el camino recto y en las sanas intenciones, es decir, todo renovado.

Dice Nuestra Madre:

Nunca tengan miedo, cuando uno está en presencia del Señor a lo largo del día y ahora o delante de Mí, nunca tengan miedo porque Mi Hijo venció a las tinieblas y Yo con la llama que sale de Mi Corazón Inmaculado he cegado al espíritu de las tinieblas.

Yo represento en la Sagrada Escritura y para ustedes la persona que aplasta a la serpiente, es decir al espíritu del mal, entonces en situaciones como la que han vivido no se olviden nunca de pronunciar Mi nombre hasta el cansancio.
Acuérdense del arma poderosa que poseen, Mi nombre, Mi nombre, Mi nombre.

Dice la Madre Teresa:

Si ustedes no estuvieran llenos del Espíritu del Señor, la situación que vivieron hubiera desencadenado en cosas terribles, pero así todo fue muy sencillo y muy simple.

Cuando siento esos ruidos que están haciendo en las afueras y pienso en lo que cuesta cada uno de esos ruidos que están haciendo, pienso en cuánto pan se podría comprar para mucha gente que no tiene qué poner en la boca. Sirva esto para montones de cosas inútiles que se hacen diariamente.

Qué lástima me dan los padres que dan dinero a sus hijos para que compren aparatitos que hacen ruido y estallan, porque no es motivo de alegría el ruido, sino es una forma torpe de festejar algo de una manera que no corresponde.
Cuánto dinero habría para comprar comida para tantos que se mueren de hambre y pensar que se hace humo nada más y ruido, por Dios.

Dice San Martin de Porres:

Yo me paseo diariamente por acá y me gusta tanto todo esto, por eso quiero que me acepten con ganas que venga a vuestras reuniones. Ocurre que siempre yo me consideré tan pequeño, tan inservible y tan nada que me parece que hasta molesto en venir siempre a verlos.

Quiero venir aquí si a ustedes les gusta que venga, yo quiero venir, además les digo que estoy continuamente intercediendo delante del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo por ustedes, por todos.

Dice San Artemio:

Yo tengo ciertos derechos de venir, aunque suponiendo que a ustedes no les guste mucho, porque cuando tenemos en el mundo aquellos que se llaman iguales a nosotros tenemos el deber, la obligación de acompañarlos a todos los lugares donde van y procurarles una vida más simple, más sencilla, una vida más cercana al Señor si es que vuestra libertad lo permite.

Por eso, sin querer esgrimir ese argumento pero yo debo seguir viniendo y ustedes deben seguir pidiéndome, pero hasta ahora me han pedido muy pocas cosas por lo visto, muy pocas cosas, a veces yo he tenido que decirle al Señor que les diera algo que ustedes ni se acordaron de pedirme, ¿soy o no soy intercesor de ustedes delante del Señor?, lo soy, entonces usen mi predisposición para ayudarlos continuamente.

Amén.

Habla Artemio:

Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor….

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