Mensaje del 21 de Noviembre de 1997

No se confundan, Mi Misericordia es dada a raudales pero a quien me la pide, también saben que Mi Misericordia es gratuita, por eso no importa la cantidad de cosas que pueden tener adentro, saben que todo es gratuito pero para tener hay que pedirla, hay que desearla, desearla con todo el alma, desear Mi amor.

Mensaje del 21 de Noviembre de 1997

Habla Artemio:


Jesús está con nosotros y quiere arrodillarse, Él dijo que cuando quiere arrodillarse es porque ha ocurrido una resurrección pero nosotros no le vamos a preguntar en donde porque no nos interesa, sí nos interesa que haya ocurrido porque si preguntamos donde de alguna forma estamos queriendo como sentirnos bien. Jesús se ha arrodillado y me ha puesto sus manos en las rodillas, más atrás está la Madre Teresa y hay otras personas que no conozco quienes son. Señor Jesús, es tan grande Señor nuestra preocupación por estar a la altura de lo que vos querés realmente, te estamos sirviendo como vos querés que te sirvamos.

Yo pensaba Señor anoche que la mayoría de nosotros está padeciendo tribulaciones y también pensaba que estas tribulaciones son una forma, si sabemos ofrecerla, son una forma de oración, tal vez más grata y más grande que rezar el Padre Nuestro porque dejamos nuestras gotitas de sangre en esas tribulaciones.

Habla Jesús, habla Señor, habla Señor, nosotros no somos dignos de estar en tu presencia ni que vos vengas a esta casa pero vos Señor nos enseñaste que el fijarnos más en tu humanidad hace posible que muchos te conozcan y te conozcan mejor. Habla Señor, habla.

Dice Jesús:

Muchas veces han oído hablar o han leído en alguna revista del pequeño resto, es decir un grupo pequeño que trata de vivir de acuerdo a Mis enseñanzas y de acuerdo a la palabra que Yo prediqué, viéndolos a ustedes y también pensando en todo ese conjunto de hombres, en tantas naciones que se reúnen con ustedes que por supuesto Yo organicé para que se reunieran con ustedes, me hace acordar del pequeño resto; es decir, un grupo pequeño pero del cual dependerá la salvación de montones de seres humanos, ¿qué salvación?, la salvación en este mundo y en el otro porque como dijimos ya una vez la salvación empieza acá.

Todo lo que pasa es conmovedor y esta noche me gustaría hablar un poco sobre el tema con el que se empezó, que ustedes o vos dijiste, que parecía un comentario a nivel chusmerío, quiero que quede bien en claro una cosa, ténganlo esto en cuenta, Yo en Mis Mensajes a la Beata Faustina, a Santa Faustina porque ya hizo mucho más milagros de los que necesitaba para ser Santa, le hablé sobre Mi Misericordia, que estaba entre la Ley que era Mi Padre y el hombre y esa Misericordia como fruto del amor. Ahora bien, esa Misericordia le llega, alcanza y es distribuida en grado sumo en todos aquellos que la quieren recibir, en todos aquellos que realmente sienten necesidad de apelar a Mi Misericordia y de esa forma restituir el orden en su cuerpo, en su alma y en su Espíritu, pero no puedo darle esa Misericordia a quien no la pide, a quien no le interesa, a quien no le importa, a quien directamente vive en un mundo totalmente contrario, totalmente lejano a lo que Yo pueda prometerle.

No se confundan, Mi Misericordia es dada a raudales pero a quien me la pide, también saben que Mi Misericordia es gratuita, por eso no importa la cantidad de cosas que pueden tener adentro, saben que todo es gratuito pero para tener hay que pedirla, hay que desearla, desearla con todo el alma, desear Mi amor, abrir el corazón y decirme: Señor, ámame, ámame Señor, ámame, porque yo no sé amarte, no sé amarte como vos merecés que yo te ame, entonces aquí no es cuestión de cantidad de conocimiento ni es cuestión de nada sino de una apertura de corazón en forma así dramática donde pueda irrumpir Yo con todo Mi amor; entonces si ese hombre que lo hace está plenamente lleno de Mi Misericordia pero no los demás, Yo soy muy respetuoso de la libertad del hombre, no le puedo regalar amor a quien no le importa que Yo le ame, no puedo andar detrás del ser humano mendigándole: abrime la puerta, abrime la puerta, abrime la puerta, no, porque además si alguien no quiere una cosa ¿de qué vale que Yo se la de?, si alguien no cree en Mi amor y del fruto de Mi amor la Misericordia ¿para qué se la doy?, es lo mismo, es lo mismo que querer hacer entrar 10 litros de agua como dijimos una vez en un balde de 1 litro, o ni siquiera en un balde. Ustedes dirán: no, el hombre en el fondo me ama, el hombre en el fondo es bueno, el hombre en el fondo..., no se engañen, Yo no digo que el hombre sea malo pero sí digo que es autosuficiente, que es orgulloso, que es soberbio, que está sobre y por encima de todo y en consecuencia no tiene ni un pequeñísimo lugar para dejarme entrar a Mí, intento, voy detrás de ese hombre diariamente, le sigo en todos los lugares, estoy con él en todos los momentos para ver si en algún instante entra en él alguna pequeña chispita para iluminar su conciencia y decir: Señor, entra en mí que te estoy esperando.

Entonces todo lo que quieran hablar y decir sobre Mi Misericordia está bien, pero para quien quiere recibirla, para quien la desea fervientemente, para quien se pone realmente en condiciones de recibirla no quiere decir estar limpio, ya se los aclaro por medio de Faustina aunque estén podridos pero quieren que Yo llegue a ellos entonces Yo llegaré y me haré dueño de vuestra casa, es decir, de vuestro corazón y de vuestra mente pero no puedo meterme en un lugar donde no quieren que esté porque estaría vulnerando la libertad del hombre, estaría quitándole todas las cosas esenciales que le dio Mi Padre al crearlos.

No se engañen con esto porque a veces parece ser que todos van a recibir Mi Misericordia y Yo diría, sí, todos van a recibir Mi Misericordia, aquellos que quieren recibirla, todos los que quieran recibirla pero no los otros, no se confundan, además tienen que tener en cuenta que en todo esto juega un papel importante Mi Madre, quien me quiere a Mi y desprecia a Mi Madre no seré Yo quien derrame sobre Él Misericordia. Eso resulta obvio, creo que no hace falta aclararlo, ¿acaso no saben ya por enésima vez que Mi Madre, la Virgen es Mediadora de todas las Gracias?, en consecuencia ¿cómo se puede apelar a Mi Misericordia si no hay el más leve respeto y consideración y amor por Mi Madre?, no se confundan, puede que algunos obren de buena fe en todo esto pero no son tantos, además no puedo Yo derramar Mi Misericordia a raudales sobre aquellos que directamente quieren mantener conmigo una especie de negocio donde en un momento determinado piden cosas, ruegan para que Yo les de, luego les di y desaparecieron, no, hay que entrar dentro de una perspectiva donde el hombre entienda de una vez que tiene que entrar dentro de Mi plan. Es decir, Yo tengo algunas reglas fundamentales para otorgarle el amor al hombre, no puedo primero que acepte Mi amor y segundo no puedo darle a aquel que tiene un corazón endurecido que recibió algo de Mí y luego me deja tirado a un costado del camino.

Apelen a Mi Misericordia, pidan Mi Misericordia que Yo se las daré a raudales, pero despacio, encuadren vuestras vidas dentro de un sistema de valores de una forma corriente, cotidiana, diaria de vivir, donde se vea que Yo estoy con ustedes, de otra forma no es posible.

No se confundan porque a veces creen muchos que Mi Misericordia es una forma tonta de decir: todos tienen hogar, vengan nomás, vengan, vengan, entren, no, no, entren todos aquellos que vienen a darme sus pecados y su vida y todo lo que tienen que darme, entonces Yo lo acepto, lo guardo en Mi Corazón y todo ha sido arreglado, todo ha sido completamente arreglado pero es necesario que ese hombre deponga su voluntad y diga: entra Señor en mi alma porque te amo y si todavía...

Se cortó el mensaje............................................

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