Mensaje del 29 de Octubre de 1997

Todas esas cosas a pesar de comunes no por eso dejan de ser conmovedoras y les digo que cada una de las partecitas de esta casa, hasta los mismos cimientos están plenamente Santificados, ustedes están pisando como Yo suelo Sagrado.

Mensaje del 29 de Octubre de 1997

Habla Artemio:


Señor, todos están bastante cansados y en consecuencia no sé si es tu intención de venir a decirnos algo pero si así fuera te esperamos Señor porque nos gustaría que vinieras y nos hablaras, aunque vos nos estás hablando a cada rato por medio de nuestros hermanos, del torcido, del lisiado, del ciego, del sordo, del mudo, del que te escupe en la cara, del que es porfiado, del que es vividor y nos estás hablando a través de ellos, pero nos gustaría, si vos querés, no sé, que vengas solo, acompañado como más te guste y nos digas algo, aunque no sea tanto, o tan largo quise decir, por el cansancio que tienen todos pero al fin y al cabo si venís vos Señor que escuche el que quiera u que el otro duerma ¿no?, bueno.

Ven Señor Jesús… está acá el Jesús de la Misericordia, cuando viene tiene su túnica color crudo sin ninguna costura, de su corazón brotan rayos rojos y azules, se ha llenado la habitación de tanta Luz que hasta enceguece, es una Luz distinta a la que estamos acostumbrados a ver, la Luz como si fuera un agua pegajosa que los ha cubierto a todos ustedes, los ha cubierto como si tuviera una capa en la piel brillante, además si agudizan un poco el olfato van a sentir un hermoso perfume que atrae, sientan el perfume que hay acá adentro, pero sientan como se llenó la habitación de perfume y también como una frescura, como un viento fresco. Hay como un aroma al campo de pasto mojado, sientan…, vieron cuando recién llueve se siente es olorcito, así. Tiene los cabellos húmedos, cuando viene de noche siempre, los cabellos húmedos se nota porque se hacen los rulos más profundos, no son rulos, son ondas digamos. Descalzo está y la verdad no se puede ver gran cosa porque tanta Luz que enceguece, se está agudizando más el perfume, ¿sienten?, toma adentro de la nariz, parece que la corta, el aire que están respirando es el mismo aire que está respirando Jesús y la Madre Teresa de Calcuta.

Dice Jesús:

Aunque repita palabras no por eso dejan de tener validez, pero todo lo que hoy ha pasado ha conmovido los Cielos y la Tierra, porque me han atendido en toda clase de personas, a todos los marginados del amor en todos los sentidos, en todos los aspectos, entonces me atendieron, me vieron, me tocaron en cada uno de ellos, por eso es que lo que Yo siempre digo cuando hacen un bien a alguien, por pequeño que sea, a Mí me lo hacen. Ustedes se pusieron a pensar cuántas personas están hoy, esta noche, dormidos en sus casas con la ilusión de tenerme a Mi en su corazón y con la esperanza de esperar, de terminar con sus enfermedades y empezar a vivir de nuevo.

Todas esas cosas a pesar de comunes no por eso dejan de ser conmovedoras y les digo que cada una de las partecitas de esta casa, hasta los mismos cimientos están plenamente Santificados, ustedes están pisando como Yo suelo Sagrado, donde pasó todo lo que pasó en tres días ha hecho que esto se Santificara, es decir si Yo tomara un pedacito de alfombra, o un pétalo de rosa marchita o cualquier cosa de esta casa llevaría a la mía un objeto Sagrado, porque toda la generosidad de tantos al recibir con amor a sus hermanos es realmente lo que se hablaba recién en el Evangelio de hombre nuevo, del hombre de la plena identificación conmigo.

Hago un pequeño paréntesis de silencio para que ustedes se compenetren de todo lo que pasa por la mente humana, que de hecho es precaria, es pequeña, el corazón humano sujeto a montones de cosas pero todo un montón de personas han contribuido para que Mi Reino se extendiera y saben que Yo todas esas cosas no las olvido. Si hay alguien que no se olvida de nada ese soy Yo, cuando digo en el Evangelio: “cuando hasta un vaso de agua se da en Mi nombre será recompensado”, pero Yo ya sé que ustedes no lo hicieron por ningún tipo de recompensa, lo hicieron por amor, lo hicieron con entusiasmo, lo hicieron con paciencia, lo hicieron con entrega, es decir no dieron, se dieron, es totalmente diferente.

Si les sirve de algo Mis palabras, cuando esta noche quieran conciliar el sueño podrían muy bien repetir la parte primera del Magnificat, es decir ese cántico de alabanza que entona Mi Mamá, Mi Madre, la Virgen, cuando el Ángel la visita en la humilde aldea de Galilea, es decir aquello de: “Mi alma engrandece al Señor y se alegra Mi espíritu en Dios Mi salvador, porque fijó los ojos en la pequeñez de su esclava, desde hoy todas las generaciones me llamarán Bienaventurada”, eso podrían decir ala acostarse, no sé si les interesa o no, sería como un postre final del día después de todo el cansancio de todos estos días.

Todo será recompensado, de las formas más diversas y no se olviden que cuando Yo digo será recompensado no me estoy refiriendo solamente al día que me vean cara a cara del otro lado, hoy me ven cara a cara acá adelante, me refiero a que Yo les bendigo a todos ustedes y a vuestros descendientes directos, por siete generaciones y al decirles bendigo significa protejo, les ayudo, los quiero, los voy a poner siempre al cubierto de todo peligro, van a tener siempre la asistencia Mía en todo momento, además significa borrar de los labios toda tristeza, borrar de los ojos las lágrimas del dolor, no para ustedes solamente sino por siete generaciones.

No sé si ustedes esperaban esto, pero como Yo he visto tanta humildad en todo el mundo y tanta espontaneidad en todas las cosas, seguramente no esperaban que lo hacían por algo natural y común y consciente, si estas cosas se repitieran a lo largo y a lo ancho de los pueblos, de las naciones del mundo que fácil sería extender Mi reino, el reino que ustedes escucharon y leyeron del Evangelio, el Reino de la humildad, de la paciencia, del amor, de la esperanza, ese Reino donde los hombres recién encuentran un sentido a su vida, por los Cielos y la Tierra se conmueven. Cuando Yo veo que se atiende con una sonrisa y con amor a un ser humano que es un marginal los Cielos y la Tierra se regocijan por todo, por todo, porque desde quien hace el alimento para nutrirse hasta el que puede levantar la mano para bendecir, todos están atendiendo al semejante, a su hermano, en consecuencia están ayudando a la extensión de Mi Reino.

He venido a visitarlos hoy como Jesús pero con esta forma de presentarme he querido traerles un montón de gracias, por empezar les digo que lo que piensen que este momento lo que han pedido o lo que me pidan en este momento tengan la plena seguridad se los concederé en forma inmediata porque cuando Yo veo la mano tendida a los pobres Mi corazón se conmueve de tal forma que se duplica o triplica en generosidad al decir pobres, aquél que no espera nada de sí y lo espera todo del Señor.

Dice la Madre Teresa:

¿Saben que yo allá en la India, no tenía muy claras las ideas de todo lo que representaba la Renovación, la Renovación en el Espíritu Santo?, ¿saben?, yo tuve poco tiempo para leer y me quedé un poco atrás respecto a los principios fundamentales que orienta a la Renovación en el Espíritu, que de paso les digo que para mi no es ninguna renovación, ¡es cristiano y punto!.

Yo les digo que no me gusta todo esto, yo no vi mucho de esto, vi muy poco y además lo vi de otra manera, pero todo esto que se está haciendo es muy conmovedor, si bien es cierto que mi trabajo era alimentar a los que se morían de hambre, claro, también hay otras formas de alimentarlos, que es alimentar a los que se mueren de falta de amor, ¡y por hoy no sé que es peor, si la falta de comida o la falta de amor!, porque es posible que al que le faltó la comida ya fue perdiendo la conciencia, ya no sabe ni lo que piensa, pero el que está falto de amor está como viviendo una eterna oscuridad total.

¡Ustedes saben cuánto luché yo por la vida de todos los seres humanos!, ustedes lo saben demasiado bien, entonces todo esto a mi me llena de gozo, de una paz, de una esperanza que realmente no sé qué decirles, tengo como mi corazón como apretujado de tantas emociones juntas que he vivido, pero lo más hermoso de todo ¿saben qué es?, ¡que ustedes no tienen conciencia de todo lo que está pasando!, es decir en ustedes hay mucha humildad y en consecuencia no toman en cuenta todo lo que está pasando, y me parece bien, porque es la forma hacer.

No quiero demorarlos mucho porque el cansancio de ustedes es grande, la hora no es muy conveniente, pero les ratifico mi amor, les ratifico un abrazo grande, que es bien fuerte, porque cuando he muerto era vieja, pero acá he rejuvenecido.

¡Cuánto me gusta todo esto, cuánto me gusta que anden con “chismes” de la Madre Teresa!, oigan lo que yo digo, digan las cosas que yo digo por lo que les aseguro que no van a tener ningún problema.

Amén.

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