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Mensaje del 18 de Septiembre de 1997

Es decir, hay una sola premisa que cumplir amar a otro es amarlo y punto, no hay otra explicación, si le buscamos tantas vueltas es porque no estamos decididos a amar a los demás.

Mensaje del 18 de Septiembre de 1997

Habla Artemio:


Entonces Señor, si es tu voluntad venir solo o con quien quieras, ven Señor Jesús, ven Señor, toma Señor la boca de cualquiera para hablar, estamos acostumbrados a que tomes la mía, pero toma la boca de cualquiera. Vos dijiste Señor en una oportunidad que todos debemos aspirar a tener carismas o dones, pero que vos los repartís de acuerdo a como te parece que cada una puede usarlos, pero dijiste: eso hace que la iglesia sea una comunidad de carismas, donde cada uno tiene algunos carismas que puede ayudar al otro, a su hermano, pero dijiste los carismas de tener visiones, Profecías, discernimiento y don de lenguas, debían aspirarlos todos, absolutamente todos y el que no ve, no oye, o no habla en lenguas es porque todavía no lo deseó con toda su alma, y yo estos días de fin de semana lo he comprobado, que esa gente deseaba con toda el alma ver, porque él que no ve una cosa, ve la otra, pero todos habían visto y yo les hacia preguntas sobre vestuarios, formas o en que lugar y que sé yo y no se equivocaban, quiere decir que era cierto que no me estaban vendiendo una mentira ¿no?, esa gente realmente tenia ganas. Cuando yo anuncie que vos venias Señor, que entrabas por la puerta de la cocina, hubo una especie de exaltación de todos, estaban todos con los ojos abiertos de una manera que parecía que no sé, otros directamente se ponían a llorar y vieron porque deseaban ver realmente como si fuera esa la primera y la última oportunidad que tenían para ver ¿no?.

Por eso, además ustedes dirán el carisma de lenguas ¿es un poco aburrido?, no, no es tan aburrido cuando hay alguien que lo traduce, pero dice el Señor que es el mejor himno de alabanza que se puede hacer al Padre hablar en lenguas, pero, dice San Pablo: si comparamos hablar en lenguas o tener Profecías es preferible las Profecías, porque las entienden todos, ahora, si uno puede tener lenguas y al mismo tiempo traducirlas que son muy pocos los que la tienen, no sé Él sabrá, a eso todos deben aspirar, y el sábado me he convencido que cuando uno quiere realmente ver, ve Señor.

Si es tu voluntad venir, ven Señor, ven. Hermanos delante de nosotros aquí parado esta Jesús, al lado la Madre Teresa, y del otro lado, es decir para mí el derecho, está María su Madre, me dice que no me arrodille, que me quede sentado, están allí los tres, y ustedes saben que el que esta del otro lado tiene una materia incorpórea, uno puede a través de él ver, no tan nítido, pero se ve a través de él. Hermanos tengan en cuenta que estamos delante del Señor y ello no es ninguna joda, y delante de Nuestra Madre. Dije que la Virgen María esta vestida toda de negro porque el lunes fue Nuestra Señora de los Dolores y además, ahora lo veo, porque acaba de llegar detrás de los tres, detrás de la Madre Teresa esta San José de Cupertino que hoy es su día, que muchos estudiantes lo tienen como su Protector, y es cierto, pero que el Santo que intercede para hacer milagros. Los estudiantes lo tienen también como Protector porque parece ser que cuando era estudiante era bastante burro, bueno, dicho con todo respeto ¿eh?, no quiero que nadie me reproche nada.

Señor, vos has oído todas nuestras conversaciones y vos tenés tu plan, es decir, darnos Profecías o Mensajes, respecto al plan que te has trazado, no sé qué es lo que nos vas a decir Señor y quién va a hablar Señor, no lo sé. Jesús está como el Sagrado Corazón de Jesús, la Madre Teresa ya saben como está vestida, como siempre, San José de Cupertino está vestido de marrón, con el hábito marrón y María, Nuestra Madre, la Virgen María, está vestida de negro, eso fue el lunes, pero yo a toda la gente le fui diciendo durante toda la semana, que le rezaran a la Madre de los Dolores, bueno.

Dice Jesús:

Lo que parecía tan natural, tan común, tan simple como amar a los hermanos, parece que se presta siempre para un tema de discusión, y Yo les voy a decir por qué, porque en el fondo a la mayoría les cuesta amar a los demás como son, y los amarían si fueran como ellos lo quisieron ver y ese es un concepto erróneo, totalmente erróneo, a los demás hay que amarlos como son y esto ya lo dije días atrás, pero parece que ustedes a veces no oyen bien o no me hacen el suficiente caso, es enseñanza no es reproche.

Es decir, hay una sola premisa que cumplir amar a otro es amarlo y punto, no hay otra explicación, si le buscamos tantas vueltas es porque no estamos decididos a amar a los demás, porque siempre le estamos buscando ciertas características, cosas, defectos, o que sé yo, para directamente hacernos a un lado, a este sí, a este no, a este sí, en este sentido todos golpéense el pecho porque todos hacen lo mismo, todos, acá no hay excepciones, y si hay alguna me las callo para no hacer comparaciones odiosas.

Revisen vuestro orgullo, revisen vuestra soberbia, pero sobre todo revisen vuestra humildad, esa palabra que le repetí tres veces a Santa Faustina que había que tenerla en cuenta para entender todo. El hombre humilde entiende todo, comprende todo y tiene un discernimiento concreto sobre todas las cosas, ¿por qué?, porque no se pone en el centro de la escena, sino que en el centro están siempre los otros; ¿eso quiere decir que hay que despreciarse uno?, no, en absoluto, uno debe quererse todo lo necesario, pero querer a los demás también como uno se quiere a sí mismo. Ahora, no busquemos vueltas, porque las vueltas son nada más que argumentos que nosotros usamos para disculparnos de no amar a este, o al otro, o al de más allá, y los someto a una prueba, salgan por vuestros lugares adonde viven y a ver si todas las personas les despiertan el mismo interés, el mismo afecto, la misma solidaridad, etc. Ahora, Yo comprendo que tenemos familiares, que tenemos amigos, que tenemos conocidos muy cercanos a los cuales amamos de una manera diferente, diferente, porque están mucho más cerca de nosotros, además, moralmente uno debe amar mucho más a los que están cerquita de nosotros y no a los que están lejos.

Habla Artemio:

Señor más despacio Señor, más despacio, más lento quiero decir.

Dice Jesús:

Nosotros tenemos que amar mucho más a los que tenemos cerca, a nuestros familiares, etc., que a los que están lejos, eso es lógico, y si un hombre ha elegido su esposa y tiene hijos, esta primero su esposa y sus hijos que su padre y su madre, moralmente es así, eso no quiere decir que se desprecie al padre y a la madre, son amores diferentes, pero el hombre deja su casa con una mujer para formar la prole, es decir su familia y entonces es responsable de esa prole mucho más que de sus padres. Eso no quiere decir que no tiene que amar profundamente a sus padres y atenderlos y cobijarlos y darles todo lo mejor, pero despacio, hay amores más cercanos que otros y no es lo mismo amar a un amigo, a un compañero que a una persona extraña que hemos visto por primera vez, dichosos aquellos que pueden amar a un extraño que ve por primera vez como si fuera realmente un hermano del alma, y modestia aparte, a vos personalmente te he regalado esa condición, no te infles ni mucho menos, a vos te cuesta nada amar a los demás, es una cosa que te he regalado Yo, porque sino no estarías haciendo lo que estas haciendo, después de dos minutos que miras a una persona, la queres como si toda la vida hubiera vivido con vos y la conocieras desde siempre, desde siempre, ahora no te infles porque ese es un regalo que Yo te hice, pero no ahora hace muchísimos años, a vos te es fácil querer a los demás, gloria a Dios, digo Yo, porque esa es la condición primordial para que seas dentro de Mi plan, un instrumento valiosísimo para sanar y para hacer milagros y todo lo que quieras.

Habla Artemio:

Señor habla más lento, porque me estoy sacando la garganta Señor. Bueno, sigue Señor, perdona que te he interrumpido.

Dice Jesús:


Recuerden cuando los Discípulos en la Última Cena, recuerden que Juan el más pichoncito de todos, recostó su cabeza sobre Mi pecho y a nadie escapaba de que Juan era Mi amigo predilecto. Cuántas historias sucias se tejieron en torno de eso, pero Juan era Mi Discípulo predilecto, además era el más chico, tenía apenas 17 años Juan. Y los Discípulos cuando vieron que Juan apoyaba su cabeza sobre Mi pecho, dijeron: “miren cuánto se aman. ¿Hacia Yo diferencia con los otros Discípulos?, Yo a todos los ame y mucho y los sigo amando, pero tenía por él un amor muy especial, no sé por qué, pero ustedes lo pueden ver después que él es el que acompaña a Mi Madre al calvario, los otros Discípulos se hicieron humo, pero él estaba al lado de Mi Madre y Yo le entregue Mi Madre y a Mi Madre le entregue a él como si fuera el hijo, entonces comprendan que había motivos para que fuera Mi actitud distinta con Juan que con Pedro, que en el huerto de los olivos mucha bravuconada pero después me niega, eso no quiere decir que no lo quiera, porque sobre él edifique Mi Iglesia, pero tengan en cuenta que es una cosa lógica que algunos se los quiera más y a otros unos poco menos por la distancia, por lo que sea, o por las duraciones familiares o lo que sea.

Ahora bien, en todo lo otro revisen largamente, esto sirve como Mensaje para que lo lean en todo el mundo y sirve también para ustedes. Pónganse una mano en el corazón en la hora más serena de vuestra noche, pónganse una mano en el corazón y piensen si vuestro amor es tan abundante para con los hermanos, piensen en el vecino más próximo o en el que está en el otro extremo del lugar donde viven, piensen en vuestra parentela, piensen en muchos a ver qué es lo que pasa y piensen a cuántos aman de veras y a cuántos estarían dispuestos a ayudarles, a darle una mano, a sentir sus dolores como propios, les puedo asegurar que no les va a quedar muchos ¿eh? para contar. Así que por favor, estamos, esto valga para toda la humanidad, estamos muy lejos de haber comprendido con nuestro corazón, porque con la cabeza sí lo entendemos, con el intelecto, pero haber comprendido con nuestro corazón eso del amor a los hermanos, lejos, años luz estamos de entender plenamente eso, años luz, porque sino el mundo andaría de otra manera, no habría guerras, ni hambres, ni nada por el estilo ¿mmm?.

En este momento, como en toda la historia, el hombre sigue siendo lobo del hombre ¿eh?, esperando un tras pie, esperando siempre el momento oportuno y justo y adecuado para caer sobre el otro, son contadísimos aquellos que realmente aman de corazón y a cualquiera y son tan raros que son vistos como personas rarísimas como si fueran de otra especie y la mayoría de las veces son considerados por los demás como tontos, estúpidos o algo por el estilo. ¿A qué extremo hemos llegado hermanos?, hace dos mil años que tienen en vuestras manos las Sagradas Escrituras, hace dos mil años que tienen en vuestras manos...

Habla Artemio:

Despacio Señor, lento Señor por favor te lo pido.

Dice Jesús:

Hace dos años que tienen en vuestras manos el Evangelio y que conocen los mandamientos y que saben todas estas cosas, ¿qué esperan para ponerlas en práctica?, ya sé que faltan milenios para que el mundo madure y realmente todos se quieran como hermanos, pero hay una especie de sordera general a través de los siglos y esa sordera se da en todos los órdenes, ahora si ustedes como seglares tienen, cometen el pecado de no amar como corresponde a vuestros semejantes ¿verdad?, sí tendrían que reprocharse hasta el cansancio ¿verdad?, aquellos Ministros de la palabra que dicen desde el púlpito todo esto y luego hacen todo lo contrario, exactamente todo lo contrario. Y si quiero pensar y pensar, no encuentro tantas, tantas excepciones como para alegrarme, no lo vayan a creer, porque soy el primero en ver las cosas y las miro muy bien, y muchas veces, muchas veces, huyo de los Templos porque ahí no hay lugar para Mí, no me dejan lugar para Mí, si, ¿cómo no?, en las manos del Sacerdote toma forma, valga la redundancia la Sagrada Forma, es decir Mi cuerpo y ésa es Mi sangre, pero ¿cuántos lo entienden así?, muchas veces ni el mismo Sacerdote está convencido de lo que hace. Ahora, por todos estos Ministros de la palabra que dicen, que dicen mucho, pero que aman tan poco, tan escasamente, está repleto el universo, hay montones de excepciones, pero más vale no me pregunten la cantidad, porque se alarmarían seriamente, ahora no es cuestión de andar buscando cuánto aman los demás y cuánto no aman los demás, empecemos por casa hermanos, Mis queridos hermanos, Mis queridos hijos.

Ustedes notan de Mi voz tal vez un poco de..., como si sonara a reproche, bueno miren si quieren tomarlo así tómenlo, Yo siempre digo o hago enseñanzas, reproches no, solamente que lamento un poco que sigan pasando los siglos y las cosas sigan igual, sigan igual a pesar de todo el mundo mejora porque a través de algunos hombres, a través de pequeñas grupos, a través de comunidades que trepan en la noche la montaña del dolor para poder vivir con la dignidad de hombres y cuando llega el día tal vez se escondan para no ser vistos y aniquilados, la humanidad a través de esos hombres sigue creciendo, sigue creciendo hacia el Pleroma, es decir, la unión en la totalidad.

A no amargarse, en absoluto, porque la humanidad sigue creciendo, no retrocede, a pesar de la barbarie que existe en muchos ámbitos, Yo creo que he sido bastante claro. Voy a ceder la palabra a la Madre Teresa.

Dice la Madre Teresa:

Yo los amo con todo el corazón, tengan la seguridad que quiero despertar en ustedes ese verdadero amor a los demás que deben sentir. Yo les propongo nada más que en la hora más serena de vuestra noche piensen en todo esto, piénsenlo largamente, no sea cosa que después sea demasiado tarde.

Después de todo lo que ha dicho el Señor yo no puedo agregar muchas cosas más, solamente mostrarles mi vida, miren mis pies todos llagados y sucios, miren mis manos sarmentosas, miren mi rostro arrugado, bueno, yo he sido un instrumento del Señor en medio del dolor y de la muerte, yo no puedo evaluar mi comportamiento, pero sí puedo evaluar mi voluntad. Montones de veces estuve enferma, estuve desanimada, estuve desilusionada, estuve lo que ustedes llaman depresión o tristeza, estuve deprimida, estuve de las mil formas diferentes pero cuando hay cientos de hombres, mujeres o niños que están esperando una palabra de amor, un pedazo de pan para vivir un día más entonces pierdan cuidado, que todas las ñañas personales se van no sé adonde y entonces el corazón saca fuerzas de donde no tiene y empieza a dedicarse al hermano que sufre. ¿Saben?, no he tenido tiempo, no he tenido tiempo ni para deprimirme, ni para bañarme muy seguido, ni para cambiarme la ropa interior muy seguido tampoco ¿eh?, de ropa exterior ni les digo ¿eh?, y pasaban días en que mis pies no conocían el agua, porque esa agua que yo necesitaba tal vez para lavarme mis pies eran más útil para calmar la sed de alguien porque si yo lavaba mis pies para estar higiénica alguien se quedaba sin tomar agua.

Así que a no llevarles o no tener, no darle tanta importancia a esas pequeñas cosas porque acá en el mundo Occidental parecería que si no se bañan dos veces por día, no sé, huelen mal, no sé qué les ocurre, pero cuando se tiene impregnado en la piel el olor de la muerte, el olor del hambre, el olor de la angustia y se mete en nuestros oídos como un zumbido constante el lamento de los seres humanos que se está muriendo entonces verían que no hay tanta necesidad de dos baños diarios, porque primero porque no hay tiempo, segundo porque el hermano ese, el hermano, mi semejante, me está pidiendo que lo ayude a bien morir, me está pidiendo un pedacito de pan o me está pidiendo que lo acune en mis brazos. Esa fue mi vida hermanos, esa fue mi vida, ustedes viven en el paraíso donde vuestros problemas son problemas hermanos, claro que sí, de eso no hay ninguna duda, a cada uno le duele su propio dolor pero ya lo dije una vez y lo voy a repetir hasta el cansancio, a veces conviene comparar un poquito ¿eh?. ¿Qué hacen ustedes como les dije el otro día a la mañana cuando se levantan? ¿eh?, se lavan los dientes, se miran el rostro, se fijan cuantas arrugas aparecieron en el rostro y se acicalan y usan todo tipo de aceites para estar presentables y luego toman vuestro desayuno y ya no saben que hacer con el tiempo, cuidado hermanos, cuidado, porque de esa forma ustedes están cavando vuestra propia sepultura hermanos, se los digo sonriendo porque aunque esté ahora en el Cielo viviendo plenamente en la Luz del Señor no puedo apartar de mis oídos el zumbido constante del ruido de la muerte en los lamentos de aquellos que directamente siempre fueron los desarrapados de la Tierra.

Entonces, cuando durante el día les viene a vuestra mente pretensiones de todo tipo o exigencias de toda naturaleza, bueno, está bien, son vuestras exigencias, pero comparen un poquito y piensen en el dolor de tantos, cuántas veces se repitió aquí que tres cuartas partes de la humanidad se acuesta con hambre, ahora cuando uno vive en medio del hambre, cuando alguien hasta es capaz de sacar un pedazo de su hermano para comérselo porque esta desesperado, porque no tiene nada en su estómago desde hace mucho tiempo y a veces ni siquiera agua, entonces yo les preguntaría a ustedes: ¿vuestros problemas a qué se reducen?, ¿a qué hermanos se reducen?, siguen siendo vuestros problemas, ya lo sé, ya lo sé, no quiero disminuirlos ni mucho menos, pero un poco de consideración hermanos, un poco de solidaridad hermanos, al menos quien tienen cerca ámenlos con toda vuestra alma y vuestro corazón. No sean mezquinos, no sean mezquinos para amar a los demás, no sean mezquinos.

Mientras tienen lugares en vuestras casas, mientras le sobran espacios en vuestros hogares cuantos ancianos terminan sus vidas en forma miserables en los geriátricos, cuántos ¿eh?, cuántos, ya sé que algunos de ellos tienen la culpa de que estos sean insensibles si los ponen en un geriátrico, pero todo eso tiene que llamarnos poderosamente la atención de cómo esta organizado todo o mejor dicho como está desorganizado todo; ustedes dirán que yo estoy siempre con la misma cantinela, ¿es que vi otra cosa a lo largo de mi vida?, ¿vi otra cosa?, y todo el mundo habla de aquello que siente, de aquello que le duele, de aquello que ocupó sus ojos, sus retinas, no crean hubo un tiempo en mí que vivía como aristócrata, es decir daba mis clases y me retiraba a mis aposentos, así como cualquier persona y tenia mis pretensiones y mis cosas, pero lentamente hermanos, mis queridos hermanos todas mis pretensiones las fui dejando de lado, porque entendí, comprendí con mi corazón que había tantos que me necesitaban con toda su alma y todo su corazón y todo su cuerpo, entonces aprendí a ser corajuda, aprendí a meterme en todos los lugares, aprendí a no golpear las puertas sino entrar directamente y después pedir disculpas por haberlas abierto, aprendí a hacer de todo, aprendí hasta lo que no se puede aprender, todo, absolutamente todo, ¿por qué?, porque había una exigencia terrible de la atención y del amor por mis hermanos, pero sobre todo lo que aprendí era tratar diariamente con la muerte y tratar de por lo menos demorar en algunos que le llegara tan rápido la muerte y en esa demora hablarles del amor del Padre que iban a tener.

Parece una paradoja hermanos, alguien que se muere de hambre hablarle del amor del Padre, ¿qué puede entender?, pero lo mismo lo hacía, lo mismo lo hacía, porque no habían visto otra cosa estas personas y creían que el único mundo que existía era ese, pero ustedes saben que no es así, ustedes saben que los cuatrocientos millones que tiene la India de personas fuera de programa totalmente condenados a morir en la peor de las desgracias, ustedes saben muy bien que eso ocurre porque hay muchos hombres en el mundo ¿verdad? que amasan grandes fortunas, amasan grandes capitales, amasan grandes posesiones y con mucho menos les alcanzaría, pero tampoco es cuestión de darle a quien no sabe recibir, no, esa no es la cuestión, sino lentamente ir creando en el mundo un orden social más justo y no crean que yo solamente hablo de la India, porque sé muy bien todas las estructuras injustas que hay en Latinoamérica, en Centroamérica y también en Norteamérica, es posible que en Norteamérica hambre no pasen... (se terminó la cinta)... .

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