• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Mensaje del 24 de octubre de 1996

Dice la Virgen María:

Hoy hablará en mi nombre San Juan Bautista Vianney, el Santo Cura de Ars y cada una de sus palabras es como si yo las dijera ya que él es el Patrono de los Sacerdotes.

Hoy voy a hablar de los sacerdotes, pero antes tendría que decir que no me gusta cómo están organizados los Seminarios en América (hay maravillosas excepciones).

 

La América del Norte produce sacerdotes intelectuales que son fruto de todo un sistema de vida. Y los que están al Sur del Río Bravo promocionan sacerdotes para un tiempo que ya pasó… No son eficaces… Salvando montones de excepciones los que se ordenan tienen una mentalidad que no funciona para América y para empeorar los premian mandándolos a Europa, sobre todo a la Gregoriana de Roma y vuelven muy ilustrados, pero de América entienden muy poco. No conocen sus culturas, sus costumbres, sus vidas, no saben cómo manejarse hasta en las situaciones más simples.

Y muchos se creen santos (y lo serán) pero esa santidad no es la que quiere Jesús.

Estoy desilusionado con la formación del clero en América y cuando aparece alguna voz que realmente habla por el Espíritu Santo, es respetuosamente silenciada. No creo que sea por mala voluntad sino por una mentalidad caduca, cómoda, desubicada y en moldes europeos.

¿Cuándo van a aprender a llevar el Mensaje de Jesús a todas las culturas latinoamericanas y norteamericanas? El panorama es desolador, es por eso que confío en la Gran Cruzada del Espíritu Santo, para que las mentes estrechas y condicionadas, se abran por fin. No será fácil además porque no hay que perder de vista algo principal: las penas por los pecados cometidos en toda esta América tienen que ser reparados… si tomáramos conciencia de esto no viviríamos en paz… no se duerman porque puede ser demasiado tarde…

Yo pregunto al clero en general: ¿qué es lo que saben, qué es lo que conocen de América? No me refiero a los grandes centros urbanos (aunque estos centros también son tierra de misión), me refiero a los marginados, oprimidos, destrozados, estropeados y todos los que mueren acariciando el sueño de que por fin se haga justicia con ellos… ¿Si no toma partido la Iglesia, quién lo va a tomar?

Examinen vuestra conciencia mis queridos Ministros de la Palabra y todos los que forman la Iglesia, sobre todos aquéllos que tienen en sus manos el poder, porque la conciencia de muchos a mí me preocupa bastante, nada tiene que ver con Jesús… (en esto último se refiere a los laicos, por supuesto).

Quiero expresarles todo mi amor y reconocimiento porque en vuestras manos toma dimensión la Sagrada Forma, pero cuidado porque Jesús les está pidiendo cosas muy distintas de las que ustedes hacen…

Ésta es una oportunidad, no la desaprovechen.

Nadie quiere disminuir el enorme protagonismo de los laicos dentro de la Iglesia, protagonismo que irá creciendo, pero el Señor se complace y ama profundamente a aquéllos que han consagrado su vida a Él.

Soy el patrono de los sacerdotes y estoy a los pies del Altísimo pidiendo siempre por ustedes. Sepan que los amo.

Comentario: ¡Cuánto dolor había en el rostro de este Santo!

 

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